Queremos ser buenos,
pero no es fácil. Si le preguntas a una persona malvada
y a una buena persona la misma pregunta: "¿Eres una buena persona?",
quién crees que dirá: "Yo soy bueno!" ¿La mala o la
buena persona?.
La persona malvada!
El malvado puede golpear a su propia madre en el estómago
y aún así pensar que es bueno. Si tú le dices:
"Eso es terrible! ¿Cómo puedes hacer algo así?", él
responderá: "Tú no entiendes. Ella me pidió que
saque la basura. Si yo saco la basura, ¿quién sabe que
otra cosa me pedirá hacer después? Y esto puede seguir
así eternamente!".
El hombre bueno
saca la basura, pero cuando tú le dices: "Ah, yo veo que
eres tan buena persona!", él dice: "¿No has notado?, mientras
sacaba la basura, le he pegado a mi madre en el estómago!".
Tú le dices:
"¿Qué estás diciendo? Yo te estaba mirando y tú
no le has pegado a tu madre en el estómago!".
Él te dice:
"¿Pero no has visto que mientras la estaba sacando, me estaba
quejando? ¿Tú sabes por qué me estaba quejando? Yo
quería que ella se sienta mal. Yo quería golpearla
justo ahí. Porque, ¿quién sabe? Ella me puede pedir
que la saque otra vez mañana. De esta manera ya quedó
registrada mi protesta".
La persona completamente
justa, el tzadik, saca la basura y dice: "con todo gusto, mami.
Tú trabajas duro cocinando para todos; es un placer hacer
algo por ti!".
Cualquiera que
ha tratado verdaderamente ser bueno sabe que no es fácil.
Es por eso que es más difícil para la persona buena
verse a sí mismo como bueno. La persona malvada, por otro
lado, no se preocupa por ser bueno, y es por eso que nunca siente
el esfuerzo. Es por eso que contesta rápido que él
es bueno.
La persona que
realmente trata de ser buena sabe cuán duro es el trabajo.
Encamina
tu deseo a ser bueno
En el judaísmo,
decimos que el esfuerzo para hacer el bien es el resultado de
dos inclinaciones en conflicto, en cada ser humano. Por un lado,
todos queremos ser buenos. Es por eso que cuando preguntas a
la mayoría de la gente: "¿Eres bueno?", casi todos dicen:
"Seguro". Porque básicamente, todos nosotros queremos hacer
lo correcto.
Por otro lado,
lleva esfuerzo ser bueno. A veces no tenemos ganas de hacer
ese esfuerzo. A veces queremos ser seducidos por cosas que nos
tientan a ir para otra dirección.
Para tener éxito
en la lucha para ser buenos, tú tienes que encaminar tu
deseo innato a ser bueno y usarlo para tu bien. Si tú puedes
usarlo efectivamente, no te imaginas cuánto poder te dará.
Para hacer esto,
comienza recordando cada día que quieres ser bueno. Di
cada mañana: "Hoy, yo quiero ser bueno". Hazlo parte de
tus pensamientos, y comenzarás a ver un efecto claro a
través del día.
Recuerda tu deseo
de ser bueno especialmente cuando sientas ganas de hacer algo
que no es tan bueno. Por ejemplo, cuando tu madre dice: "saca
la basura". Puede ser que no tengas ganas de hacerlo, pero si
sabes que es lo correcto, lucha contra el deseo de decir: "más
tarde…olvídalo…".
El
conflicto entre lo que quieres y lo que tienes ganas
En un nivel más
profundo, necesitas comenzar a desarrollar una conciencia de
la lucha que se desata dentro tuyo, el hecho de que tú
quieres ser bueno, pero a veces no tienes ganas. Por ejemplo:
Tú quieres
levantarte de la cama a tiempo; tienes ganas de demorarte.
Quieres usar tu
tiempo efectivamente; tienes ganas de relajarte.
Quieres sabiduría;
tienes ganas de mirar TV.
Generalmente,
lo que quieres hacer es lo correcto; lo lógico. Lo que
tienes ganas de hacer es lo que sea cómodo y que no lleve
esfuerzo. Esto es porque el conflicto es realmente un conflicto
entre tu cuerpo y tu alma.
Tu alma quiere
hacer todas las cosas correctas: amar a la humanidad, ser altruista,
buscar la justicia, llegar a utilizar todo su potencial. Tu
cuerpo quiere comer, dormir, codiciar, etc.
Tu alma quiere
cosas que tengan permanencia. Esas oportunidades para ser realmente
talentoso generalmente requieren de esfuerzo para ser alcanzadas.
Tus deseos físicos, por otro lado, no tienen nada que ver
con el futuro. Ellos buscan satisfacción momentánea.
El deseo es para
el momento. Es un escape.
El querer es buscar
lo permanente. Está arraigado en la realidad.
Por ejemplo: tú
quieres hacer el último examen, pero no tienes ganas. Tu
deseo es golpear al profesor en la nariz y decirle: "Quién
necesita este diploma!". Tu alma dice: "Así es como te
sientes ahora, pero tú sí quieres graduarte, porque
quieres encontrar un buen trabajo y más allá de eso,
tus padres se desilusionarán de ti si fracasas".
No es fácil
ganarle a los deseos. Lleva dolor y esfuerzo. Pero si tú
entiendes el conflicto, si puedes recordar que estás luchando,
entonces podrás vencer la batalla.
A través
de la vida, pregúntate en cualquier situación: ¿qué
es lo que mi alma dice sobre esto y qué es lo que mi cuerpo
dice? Una vez que reconozcas la raíz del conflicto, estarás
en el camino a superar el conflicto.
Aprende
a distinguir entre "querer" y "desear"
Algunas veces,
sin embargo, elegir cuál es la cosa que deseamos de lo
que queremos puede ser muy confuso. A veces, nosotros damos
por obvio que queremos ciertas cosas, pero nuestros deseos se
meten en el camino y confunden nuestros pensamientos.
Por ejemplo: es
obvio para nosotros que todos quieren ser felices.
Pregúntale
a alguien: "¿Qué preferirías ser: rico o feliz?"
Probablemente
te contestaría: "Prefiero ser feliz. Sólo dame suficiente
comida para comer y felicidad". Después de todo, ¿qué
clase de tonto quiere ser un millonario triste y miserable?
Ahora bien, le
dices: "vamos, dame una semana y te garantizo que te mostraré
cómo ser feliz".
¿Qué te contestará?
"Bueno, es muy interesante…Quizás algún día lo
tomaré en cuenta".
Tu le dices: "hagamos
un trato: si en un mes tienes éxito en incrementar tu felicidad,
te daré $10 000".
Ahora mira cómo
esa persona corre hacia ti!!
¿Cómo es
eso? ¿Qué es más importante para él: felicidad
o dinero?
Por supuesto que
felicidad es más significativo. Pero el dinero está
arraigado en nuestro deseo. Eso nos distrae de ir detrás
de lo que realmente queremos.
"El deseo" confunde
nuestro pensamiento, haciendo el objetivo de nuestro deseo tan
atractivo que somos engañados y llegamos a pensar que eso
es lo que realmente queremos!!
A menos que hagas
el esfuerzo de distinguir entre tus deseos y lo que quieres
- y clarifiques qué aspecto está controlando tus acciones,
es probable que confundas los dos y pierdas oportunidades valiosas
para alcanzar tus metas.
Siendo
buenos nos hacemos un favor a nosotros mismos
La manera más
poderosa de activar tu deseo por el bien es darte cuenta que
ser bueno es una necesidad fundamental de la naturaleza humana.
Cuando haces algo como ayudar a una anciana a cruzar la calle,
más que hacerlo por ella, estás haciéndote un
favor a ti mismo.
Auto respeto -
la percepción de nosotros mismos como buenas personas -
es tan vital como el oxígeno. Si un ser humano no piensa
que es bueno, se marchita.
Aquí hay
una ilustración: Imagina que eres un cirujano muy exitoso
y famoso en el mundo. Todos te buscan, eres rico, tienes una
hermosa esposa e hijos maravillosos. Todos te aman, y has sido
nominado a ser el Presidente de los
Estados Unidos.
Ahora estás
viajando a través de Arabia Saudita con tres amigos. Una
noche, mientras tus amigos iban a ver una película al cine,
la policía secreta saudita llega hasta tu habitación
en el hotel y dice: "Tus amigos son peligrosos espías.
O nos dices dónde ellos están - o te matamos".
¿Qué harías?
Si tú los
delatas, sería algo terrible de hacer. Por otro lado, tú
puedes aún volver a California y nadie nunca sabrá
lo que ha pasado. Ciertamente los sauditas no hablarán.
Tú podrías aún ser presidente, tener una hermosa
mujer e hijos maravillosos, y seguir siendo un famoso cirujano.
¿Qué harías?
¿Ves la lucha
interna?
¿qué pasaría
si te piden matar mil niños? Tu matas 1000 niños y
puedes volver a tu casa y a tu hermosa vida. ¿Tú crees
que podrías acabar con 1000 niños inocentes porque
quieres sobrevivir? ¿Te das cuenta que puedes matar a los niños…y
luego volver a tu casa y pegaun tiro?
Analizando estas
preguntas descubrimos algo muy profundo en la composición
de todo ser humano. Ser bueno es más importante para nosotros
que casi todo lo demás en nuestras vidas. "El Bien" es
un gran ideal. Inclusive puedes estar dispuesto a morir por
él.
Cuando estás
convencido de que algo es lo correcto, también estarás
dispuesto a morir por ello. Esta es la naturaleza común
del ser humano. Cuando hay algo más importante que nuestras
propias vidas, debemos hacer lo correcto.
Al pensar en esto
obtienes una manera para saber lo que es importante para ti.
Si puedes apreciar
por lo que estás preparado a dar la vida, entonces sabrás
por lo que estás viviendo. Y si estás dispuesto a
dar tu vida para ser bueno, entonces reconoces, profundamente,
que no puede haber una meta más alta en la vida que ser
bueno.
Entonces, sal
y vive para eso! Aprovecha esa fuerza dentro tuyo! Busca la
sabiduría para entender cómo ser bueno. Hazlo tu meta
en la vida. Planea para serlo. Recuerda, no le estás haciendo
el favor a nadie sacrificándote por esta causa. Tú
estás haciendo lo que tu yo interior quiere.
Domina
tu deseo para el bien, porque sino él tendrá el control
sobre ti
Presta atención.
Asegúrate de no pasar tu vida siguiendo la definición
del bien desde la visión de otra persona. Asegúrate
de que lo que estás haciendo es realmente lo que quieres
estar haciendo. Si tú no tomas control de tu deseo interno
de ser bueno, él tomará control sobre ti, y la definición
de la sociedad sobre la bondad puede terminar siendo tu sentencia
de muerte.
El noventa por
ciento de las personas que mueren por una causa, lo hacen porque
la sociedad les dijo que lo hagan. En todo el mundo, las personas
dan su vida para ser buenas. Un palestino suicida con una bomba
muere literalmente por el bien.
Ellos declararon
un golpe por el nacionalismo palestino y están preparados
para morir por ello.
¿Jugarías
a la ruleta rusa? ¿Y si otras personas te llaman "enclenque"
por acobardarte? ¿Ves la ironía? El verdadero cobarde es
el que tiene tanto miedo de lo que las personas piensen, que
arriesga su vida por algo sin sentido.
En América,
la presión social es ser "exitoso".
Tristemente, la
mayoría de las personas pasan su vida haciendo cosas definidas
por la sociedad, como "buenas". Por ejemplo: la mayoría
de los americanos van a la universidad por la presión social.
Quizás es parte del deseo de obtener un mejor trabajo,
pero muchos quieren el diploma por el estatus y el auto respeto.
Si simplemente deseamos dinero, buscaríamos el lugar donde
hacer más dinero.
Pero nosotros
sentimos que si obtenemos un diploma, estamos de alguna manera
siendo mejores personas.
En América,
la definición de "bueno" es éxito financiero. Si eres
exitoso, grandioso. Si no lo eres, necesitas un psicólogo.
Las personas se pulverizan por la depresión de no ser exitosas.
"¿Qué está mal conmigo?, no puedo encontrar un trabajo!
Debo ser mala persona".
Qué dirías
sobre alguien que tiene un dolor de dientes y dice: "Yo no soy
bueno".
Dirías que
está loco: "Si tú tienes dolor de dientes, ve a un
dentista. Busca la manera de sacarte el dolor de encima!". Pero
si una persona no puede encontrar trabajo, todos dirán
que él no es bueno.
Este sentimiento
se transporta a la manera en que nos vestimos y los autos que
conducimos. ¿Por qué las personas compran un Lexus? ¿Porque
es mucho más cómodo para conducir…o porque da estatus?
Nuestra colección de CD, nuestras alfombras - valen el
tiempo y esfuerzo? Es el estatus. Queremos mostrar que somos
buenos (cortésmente, por supuesto, para que las personas
no piensen que somos bárbaros).
Asegúrate
que no pasas tu vida siguiendo la definición de otra persona
de lo que es ser bueno. Asegúrate que lo has elaborado
por ti mismo. Demasiadas personas pasan 10, 20, 50 años
en el camino y entonces se dan cuenta que compraron un mal paquete.
Todo
ser humano quiere grandeza
Hay una cosa crucial
que tienes que saber sobre tu deseo de ser bueno: es simplemente
lo de menos. En realidad, todos nosotros queremos ser más
que buenos. Queremos ser grandiosos.
Nadie quiere ser
un término medio. Trata de decir: "Yo quiero ser un mediocre".
No puedes pronunciar
esas palabras, no es cierto? Queremos ser grandiosos no solamente
buenos.
Si yo te diría
que existe un botón que puedes apretar e instantáneamente
librarías al mundo de todos sus problemas, no te gustaría
ser el que lo apriete? No hay nadie que está leyendo esto
que no le encantaría ser la persona que descubra la cura
para el cáncer o elimine la amenaza de la guerra nuclear.
Entonces, ¿por
qué no aspiramos a eso? No porque no lo queremos. No porque
no fantaseamos sobre cambiar el mundo. Sino porque el esfuerzo
parece demasiado grande.
Cada uno de nosotros
quiere ser la persona que realmente una a la humanidad para
una vida en paz y armonía. Este es el concepto judío
del Mashiaj. Él restaurará el mundo.
Una vez pregunté
en una clase: "Díganme honestamente, en secreto, en lo
más íntimo del corazón, tienen el deseo de ser
ustedes mismos el Mashiaj? Todos los que descubran honestamente
este sentimiento en su corazón, levanten la mano".
Toda la clase
levantó la mano. El último muchacho que levantó
la mano dijo: "Gracias a D'os. Estoy contento que otros comparten
este sentimiento. Pensé que yo estaba loco!".
Aquí tienen
un secreto que nunca aprendieron en la escuela: Cada ser humano,
por debajo de todo, no se sentiría satisfecho siendo el
Mashiaj. El deseo de nuestras almas es ser como D'os. El alma,
la chispa Divina que está dentro de cada uno de nosotros,
anhela estar unida con la fuente de toda vida - el Todopoderoso
D'os.
Nuestra Torá,
nuestras Instrucciones para Vivir, realmente nos brinda la manera
de trabajar hacia eso. Una de las 613 mitzvot es asemejarse
a D'os. Es un trabajo duro, por supuesto. Pero en realidad,
es lo que realmente buscamos.
El
judaísmo nos obliga a ser grandiosos
La Mishná
(Sanhedrín 4:5) pregunta lo siguiente: "¿Por qué D'os
creó cada persona como un individuo separado?". Nosotros
nos podemos comunicar unos con otros, podemos explicar cosas
unos a otros, pero esencialmente cada uno está solo.
La respuesta:
Cada uno de nosotros nace solo y muere solo, para que cada persona
pueda decir: "Bishvilí nibrá haolam" - el mundo fue
creado sólo para mí.
De hecho, ésta
es la manera en que pensamos. Si escuchamos que cinco millones
de hindúes se mueren de hambre, nuestra primer reacción
es: "¿Qué es lo que eso significa para mí? ¿Debo enviarles
ayuda? ¿Debo comprar algunos granos? ¿Habrá una guerra?
¿Debo sentir lástima por ellos? Nuestra respuesta instintiva
es: "En mi mundo, ¿qué significa esto para mí?". Esta
es la manera que fuimos creados.
Sin embargo, a
veces nosotros aplicamos mal este instinto. ¿Alguna vez te has
observado conduciendo en la hora de más tráfico, con
todos los autos en la calle, cuando comienzas a murmurar: "qué
hacen todos estos tontos aquí! Por qué no desaparecen
de la calle y me dejan un lugar!".
El tonto piensa
que el mundo fue creado para él para comer. Todas las vacas,
todas las calles fueron creadas para él. La persona sabia
percibe que el Todopoderoso nos creó de esta manera para
que cada uno de nosotros tome conciencia que, en definitiva
este mundo es mi obligación. Es mi responsabilidad hacer
de él un mejor lugar.
¿Qué
puedo hacer al respecto?
Puedes estar pensando:
"Bueno, yo quiero ser grandioso; pero soy una sola persona.
¿Cómo todo el mundo puede ser mi responsabilidad? ¿Qué
podría yo llevar a cabo?"
Alguna vez has
oído la expresión de Marx: "La religión es el
opio de las masas".
Marx estaba hablando
sobre el cristianismo: "pon la otra mejilla". "No resistas al
mal". Eso es opio. Deja que los dictadores sigan adelante y
te torturen. No resistas al mal.
El pueblo judío
dice: Resiste al mal. Si alguien viene a matarte, mátalo
primero.
No existe tal
cosa como poner la otra mejilla.
Así nosotros
damos vuelta las tablas de Marx. Nosotros decimos: "secularismo
es el opio de las personas".
Aquí está
el por qué: Pregunta a cualquier joven hoy en día:
"¿cuáles son las posibilidades de una tercera guerra mundial,una
guerra atómica dentro de los próximos veinte años?".
Obtendrás
varias respuestas. Algunos dirán 90%, algunos dirán
20%.
Pero lo que sea
que el joven diga, pregúntale: "¿No es eso terrible? Aún
un 20% es un riesgo terrible para la humanidad, no es cierto?
Mas ciertamente, 50%, 60%, 70%. ¿No es eso terrible?"
"Si", él
dice, "eso es horrible".
"Entonces ¿qué
vas a hacer respecto de eso?".
"¿Yo? ¿Qué
voy a hacer yo sobre esto? El Presidente está a cargo!
¿Quién soy yo? ¿Qué puedo yo hacer?".
Y se va directo
a dormir.
En el judaísmo
decimos: Si supieras que D'os te está ayudando, ¿qué
harías al respecto?
Todo!
Bueno, buenas
noticias!: D'os está detrás tuyo. Él dice, si
tú intentas, Yo te ayudaré. Yo quiero que endereces
al mundo. Es por eso que es una mitzvá, una obligación.
Y si nos escapamos de nuestra responsabilidad, tendremos que
responder por ello algún día.
En el judaísmo,
no existe el darse por vencido. Tú quieres ser grandioso,
tú puedes ser grandioso, y tú tienes que ser grandioso.
Así que vamos, sal y lucha.
Usa ese poderoso
deseo de grandeza. Te dirige quieras o no quieras. Entonces,
domínalo. Úsalo como espada. Recuerda diariamente
que quieres ser bueno. Sé consciente del conflicto entre
lo que sabes que quieres y los deseos que se meten en el camino.
Sabe que al ser bueno te haces un favor a ti mismo; tú
quieres autorespeto más que otra cosa en la vida. Entonces,
asegúrate que estás encaminado en lo que objetivamente
sabes que es bueno, no lo que la sociedad te dice.
Todos nosotros
queremos ser grandiosos, el judaísmo dice que es una obligación,
y si hacemos el esfuerzo correcto, D'os, ciertamente, nos ayudará
a conseguirlo.
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