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Dijo
Rabi Abraham ben Natan: Así como las personas que están
de duelo encuentran reposo en su llanto, así las personas que estas alegres
lo encuentran en su regocijo.
Y es muy importante, que la persona que se siente acongojada y necesite llorar,
lo haga sin ningún reparo, llorando todo lo que su alma necesite llorar.
Y el llanto ayuda a la persona a limpiarse interiormente del dolor que eventualmente
siente, para luego poder renovar sus fuerzas conectándose con su realidad
de una manera positiva y vital.
Y todo aquel que no llora cuando necesita hacerlo, cargará con el peso
emocional de las lágrimas que no fueron vertidas, atentando ello contra
su presente y futura felicidad.
Y cuanto más la persona concentre su angustia y su dolor en un tiempo
limitado - llorando lo que tiene que llorar sin posponer su llanto para más
adelante-, de mejor manera se "liberará" del dolor que la oprime
interiormente, evitando que dicho dolor y decho peso se transformen en veneno
que atenten contra su salud y contra su felicidad.
Y debemos de recordar, que aún frente a los dolores y las pérdidas
más grandes que ojala no tengamos, nuestro objetivo debe de ser el de
celebrar la vida y servir a Hashem con alegría; constandonos que también
nuestros seres queridos que se encuentran en "el Cielo", desean que
tengamos vidas felices, estando ellos felices con nuestra felicidad.
Y si bien los tiempos de duelo deben de ser respetados - pues a través
de ello demostramos nuestro aprecio y respeto hacia la persona fallecida, elaborando
nosotros nuestro propio duelo que sicológicamente tanto lo necesitamos-,
estando prohibido que sigamos manifestando públicamente nuestro duelo
una vez que el período de duelo finalmente finalizó.
Por último, también nuestros duelos nacionales deben de ser respetados
de idéntica manera, estando tristes por aquello que perdimos, rezando
con fe y esperanza que todo lo que perdimos volverá y todo lo que fue
destruido se reconstruirá...
Y cuando lloremos, es bueno que incluyamos en nuestro llanto al duelo de todo
el pueblo de Israel, ¡rogándole a Hashem que solamente lágrimas
de emoción y de alegría, tengamos el privilegio de poder llorar!
Dijo
Rabi Arie Leib de Gur: La naturaleza es el más grande y
maravilloso de los milagros que nosotros somos capaces de concebir.
Sin embargo, debido a que nos acostumbramos a ver como el cuerpo automáticamente
funciona, el sol cotidianamente sale y la naturaleza realiza silenciosa y gradualmente
todos sus complejos procesos, damos por obvio y por sobre entendido que todo
ello debe de ser así, no considerándolo en absoluto como un milagro.
Empero, si nos detuviesemos por un instante a pensar todas las cosas que deben
de estar perfectamente sincronizadas para que las cosas se dén de la
manera como se dan, viviríamos en un estado de felicidad y emoción
constante, disfrutando mucho más de cada porción de bondad, bienestar
y belleza que Hashem nos dió...
Y en este sentido, a través que el Judaísmo nos insta a decir
toda clase de bendiciones, con ello nos ayudamos a no dar las por obvias, valorando
y agradeciendo por todo lo que tenemos, no perdiendo la capacidad de podernos
maravillar...
Y todo aquel que desee saber cuales son las bendiciones de los alimentos, bebidas,
aromas, salud, etc, que me escriba al e-mail que aparece arriba y con gusto
se las enviaré.
Dijo Rabi
Yosel de Novardok: La persona debe de dar todos los días
de su "mañana" para su "hoy", para que no tenga que
dar todos los días de su "hoy", por su "mañana".
Y muchas son las personas que viven su "hoy" preocupadas y tensionadas
por su "mañana", perdiéndose de vivir y disfrutar de
lo único que realmente tienen, que no es más que su "hoy"...
Y personas que viven de este modo, no sólo que a su "hoy" se
lo pierden, sino que también a su "mañana" no lo lograrán
disfrutar...
¿Y por qué esto es así?
Porque una persona que se acostumbra a vivir en un estado de preocupación
y de tensión constante, dicha conducta se transforma en una parte inherente
de si misma, no lograr jamás alcanzar un estado de plenitud, tranquilidad
y felicidad...
Y como nuestro mañana depende de nuestro hoy, cuanto mejor habrá
de ser nuestro hoy, mejor habrá de ser también nuestro mañana...
Por último, cuando el Judaísmo habla sobre el "mundo venidero",
si bien en forma tradicional se refiere a la vida después de nuestra
vida terrenal, en forma metafórica se refiere también a nuestro
mañana inmediato.
Y así como el lugar en nuestro mundo venidero depende de lo que hagamos
en éste mundo, así el "lugar" que habremos de tener
en el día mañana, depende grandemente de aquello que hayamos -o
no- hecho en nuestro "hoy"...
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