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Dijo el
Rav Moshé Tzví Neria: El autor del libro "Mesilat
Iesharim" escribió "que se aclare ante la persona cuál
es su obligación en su mundo". Es decir, la persona debe
de revisar y verificar dos cosas: su obligación y su mundo y la revisión
de su mundo es anterior a la revisión de su obligación. La persona
no puede saber cuál es su obligación, hasta que no sabe cuál
es su mundo.
Dicho en
otras palabras, si una persona no se conoce a sí misma, no reconoce su
singularidad y no identifica sus virtudes y sus debilidades, tampoco podrá
cumplir con su obligación en éste mundo, que es trabajar para
revelarlos, corrigiendo lo que se debe de corregir y mejorando y desarrollando
lo que se tiene el potencial de desarrollar...
Y si bien
la acción nos puede ayudar a experimentar cosas que nos conduzcan al
autoconocimiento, la introspección y el estudio son esenciales para poder
hacerlo, y no en menor medida...
Y no porque
sí el Judaísmo colocó al estudio de la Torá por
encima de todo lo demás, pues el estudio de la Torá es un estudio
de índole interno y no externo, y tiene la fuerza y el poder espiritual
para ayudarnos a iluminar nuestra alma para así conocer mejor a nuestro
mundo interior, lo cual nos ayudará a su vez a conectarnos de una manera
mucho más feliz y armónica con nuestro mundo exterior; cumpliendo
efectivamente con lo que el autor del libro "Mesilat Iesharim" definió
como nuestra "obligación"...
Dijo el
Rav Moshé Tzví Neria: La persona que pregunta
cuál es su deber y no cuál es su derecho, su mundo es totalmente
diferente.
Y esto es
algo simple de comprender, pues la persona que pregunta "¿cuál
es mi derecho?", es una persona cuya actitud es de carácter egoísta,
pues piensa esencialmente en aquello que tiene la potestad de poder recibir,
en lugar de enfocarse en aquello que posee, y que por consiguiente tiene el
deber de esforzarse por dar.
Y por el
contrario, la persona que se pregunta "¿cuál es mi deber?",
vive una vida mucho más altruista, pues está enfocada en lo que
debe de hacer por los demás, en lugar de enfocarse en aquello que los
otros supuestamente tienen que hacer por ella; siendo mucho más independiente
de las acciones y actitudes de los demás y por ende mucho más
feliz.
Y si bien
la persona tiene derecho a defender eventualmente sus derechos, la actitud de
vida debe de estar centrada en el deber y no en el derecho, pues es allí
donde se encuentra el secreto de la vitalidad, la creatividad y la autorealización.
Y realmente
no hay punto de comparación entre el placer que siente la persona que
percibe que usufructuó un derecho y el placer que siente quien sabe que
cumplió con su deber...
Dijo el
Rav Moshé Tzví Neria: Hay quienes se escapan
de sí mismos y hay quienes se escapan hacia sí mismos. Mientras
que lo primero representa debilidad, decadencia y cobardía, lo segundo
representa esfuerzo, estabilidad y valentía.
Y en este
sentido, lejos de ser el Judaísmo un sistema espiritual que induce a
la persona a escaparse de sí misma, el Judaísmo es un sistema
espiritual que convoca a la persona a encontrarse consigo misma...
Y no porque
sí, lo primero que Hashem le dijo a Abraham es que se "vaya hacia
si mismo" (Lej Lejá); insinuando con ello que todo el Judaísmo
no eso otra cosa que eso: un sistema espiritual que le permite al individuo
encontrarse consigo mismo.
Y a diferencia
de lo que muchos piensan, no sólo que el Judaísmo no es un sistema
de escape para que las personas débiles se escapen del enfrentamiento
consigo mismas, sino que es un sistema que las induce a "poner las cartas
sobre la mesa" y hacer propicio este vital enfrentamiento...
Y por el
contrario, es el mundo el que muchas veces distrae a la persona del encuentro
consigo misma, haciéndole creer erronea y falsamente que la felicidad
pasa por encontrar y conseguir todo tipo de cosas que están fuera de
la persona, cuando la felicidad verdadera pasa por descubrir y revelar justamente
aquello que se encuentra dentro de ella...
Dijo el
Rav Moshé Tzví Neria: Todo depende de la voluntad,
inclusive la voluntad de tener voluntad.
¿Y
qué es lo que puede hacer una persona que siente que no tiene fuerza
de voluntad para despertar su voluntad?
Debe obligarse
a hacer las cosas inclusive sin voluntad, obligándose también
a hacer las cosas como si tuviese ganas, aún cuando a priori nos las
tenga.
Y por más
que eso podría llegar a parecer un acto de "hipocresía",
los sabios nos enseñan que "detrás de las acciones van los
corazones", y cuando uno hace y poco a poco, paulatinamente le trata de
poner fuerza, a través de ello la fuerza aparece, haciendo finalmente
que "el motor de la voluntad" también se encienda.
Y así
como en un automóvil, el encendido "pequeño" es el que
finalmente conduce al encendido "grande", así un pequeño
esfuerzo por "auto-encendernos", puede producir el gran encendido
interior que idealmente tanto esperamos...
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