Algunas
personas dicen que el matrimonio es dar y tomar; y algunos dicen que
es 50 y 50. Pero el pensamiento judío tiene una diferente perspectiva:
el matrimonio es 100 y 100. El judaísmo dice que el matrimonio
es dar y dar y dar· - sin hacer cuentas.
La
clave para amar es dar. No es la clave para ser amado sino para amar.
¿Por qué los padres sienten un amor mucho más fuerte
por sus hijos, de lo que sus hijos sienten por ellos? Porque ellos le
han dado a sus hijos mucho más y por mucho más tiempo
de lo que sus hijos les han dado a ellos.
Creemos
que amamos a la persona que nos da, pero en realidad es al revés,
pues eso es sólo amor propio. Verdaderamente, amamos a las personas
a quienes les damos.
El
rabino que nos casó a mí y a mi esposo, Rab Moshé
Aharón Stern zt"l, nos contó una historia: Cuando
él era chico e iba a la ieshivá, un día estaba
en la cena devorándose la comida cuando su maestro se acercó
y le dijo: "Moshé, amas el pescado". Mientras masticaba,
le contestó afirmativamente. "Incorrecto!" - le corrigió
su maestro. "No amas al pescado, te amas a ti mismo
porque si amaras al pescado no te lo estarías comiendo; eso es
sólo un placer egoísta".
Tomar
no lleva a amar. Tomar lleva a un sentimiento de deuda. Dar lleva a
amar.
Dar Nos Lleva a Solidarizarnos
Este
punto está confirmado por la psicología moderna. Los terapeutas
te van a decir que cuando damos tenemos que racionalizar una justificación
para hacer el esfuerzo. Consecuentemente veremos con mayor importancia
a la persona a la que le estamos dando y nos sentiremos mejor a causa
de nuestras acciones. Por lo tanto el dar nos lleva a que la otra persona
nos importe.
El
dar no tiene que ser voluminoso, ni tiene que ser en gran escala. No
requiere ni mucho dinero ni muchas horas, pero seguro que abrirá
nuestros corazones!
Gustavo
y Paola se iban a casar. Un amigo de Paola iba a venir a la ciudad para
la boda y necesitaba un lugar para quedarse.
Gustavo le pidió a unos conocidos suyos, los Goldberg, si podían
hospedar a su amigo. Ellos dijeron que sí e indirectamente se
ofrecieron para ayudar en los arreglos de la boda. Por este pequeño
acto de dar se sintieron inmediatamente más cercanos a la novia
y a su familia, hasta tal punto que hicieron una comida antes del evento
y conformaron una relación duradera con la pareja
recién casada.
Inclusive
el sonreírle a alguien crea un mayor sentimiento de conexión.
Como lo dicen nuestros Sabios en Pirké Avot: "Recibe a todos
con una sonrisa en la cara".
Una
vez que apreciamos la diferencia que puede hacer el acto de dar, podemos
empezar a entender el potencial que tiene en el matrimonio.
Dale
a tu pareja y haz la cuenta al final del día: "¿Le
dí a mi pareja al menos cinco cosas el día de hoy? ¿Le
sonreí al final del día cuando entró a la casa?
¿Le cociné su comida favorita? ¿Le hice la cena
con cariño porque estaba pensando en la persona a la que le estaba
cocinando? ¿Recogí la ropa de la secadora? ¿Saque
la basura?
Estos
no son trabajos catastróficos; no requieren de un esfuerzo grande
ni de un desembolso considerable; pero pueden cambiar tu mundo, y si
cambias tu mundo, vas a poder influenciar a los que te rodean también.
Existe
una cantidad de maneras para dar en el matrimonio, y en las relaciones
entre personas en general. Una es expresar apreciación, no tomar
nada por sentado. Lo que tu pareja haga por ti, agradéceselo.
Tal vez sientas que es su obligación, tal vez sientas que es
lo esperado, pero sé agradecido de todos modos.
No
Tomes Nada Por Sentado
Lea
y Javier llevaban unos cuantos meses de casados y estaban decepcionados
de la frialdad en su relación. Después de un análisis
se descubrió que Javier nunca le agradecía a Lea las cenas
que cocinaba: "Está todo el día en la casa; es su
trabajo! Ella aceptó hacerlo!". Por su lado, Lea nunca le
agradecía a Javier por trabajar tan duro para pagar las cuentas:
"Es lo que tiene que hacer! ¿Cómo sobreviviríamos
si no sería así?". Su terapeuta les aconsejó
que empiecen por decirse una palabra de elogio diariamente. Esto los
llevó a decirse dos palabras, después tres, hasta que
perdieron la cuenta, y el amor y el cariño empezaron a florecer.
Toda
la gente necesita ser apreciada, y más aún tu pareja -
especialmente si está actuando para tu beneficio.
Cuando
elogiamos el dibujo que hizo un niño, no debemos decir "es
precioso", sino que debemos identificar y señalar diferentes
aspectos del mismo: "Me gustan los colores que has utilizado; en
especial el rojo. El sol se ve tan cálido! Se ve que trabajaste
duro en el dibujo".
Aunque
tratemos de aparentar, los adultos no somos diferentes. Nos gusta el
elogio y cuanto más grande y detallado sea, mejor:
"El
postre estaba realmente espectacular. Se veía muy bien y estaba
exquisito. Te debió haber llevado mucho tiempo su preparación!".
"Me gustó la forma en la que presentaste esa idea. Fue tan
clara y fácil de seguir!". "Gracias por hacerme ese
mandado. Me ahorraste mucho tiempo". Javier llamó para decir
que realmente lo ayudaste mucho a él y a Lea en su matrimonio.
Dijeron que tienes mucha perspicacia y sentido humano, y les dije que
concuerdo con ellos".
Al
fin de cuentas nunca llegarás a ser demasiado apreciativo.
Empatía
Otro
aspecto importante de dar es la empatía. Tú y tu pareja
reaccionan de diferente manera a las situaciones que se les presentan;
cada uno ve la situación de distinta manera. Pero trata de entender
la reacción de tu cónyuge y cómo se siente ante
esa situación. Eso te llevará a sentir una mayor intimidad.
Raquel
quería remodelar su cocina y Esteban estaba empezando un nuevo
negocio. Raquel creía que a Esteban no le importaba lo que ella
sentía al ver la pintura pelada, los cajones caídos, al
tener todos los utensilios en una alacena pequeña que en cualquier
momento se le vendría encima. Esteban estaba frustrado porque
Raquel no entendía la presión financiera tan terrible
que estaban viviendo, y cuán ansioso estaba él de que
la nueva empresa tuviera éxito.
Ambos
tienen razón. Ninguno de los dos entiende al otro y eso provoca
que los sentimientos de dolor y resentimiento aparezcan.
Sin embargo, en un diálogo abierto, cada parte debería
entender y ser empático con el otro, abriendo así el camino
para un acuerdo.
Para
poder construir una verdadera relación unificada, debemos tratar
de ponernos en los zapatos de nuestra pareja. ¿Cómo se
ve el mundo desde su perspectiva? Mientras más entrenados estemos
respecto de la empatía, más significativo será
nuestro acto de dar, y por ende, más grande será la cercanía.
Hay
una historia muy famosa contada sobre el gran sabio, llamado el Jafetz
Jaim: Un día él estaba recolectando dinero para una escuela
que necesitaba un horno. Una noche de frío intenso, él
fue a la casa de un adinerado filántropo. El señor encontró
al Jafetz Jaim en la puerta y lo invitó a pasar. Pero el Jafetz
Jaim no quiso aceptar hasta obtener una donación importante,
pues tenía miedo de que en el calor de su hogar, la empatía
del filántropo por el frío de los estudiantes se convierta
en mínima. Pero en el frío de la entrada·
Debemos
tratar de pararnos en la entrada congelada de la puerta de nuestras
parejas y hacer un esfuerzo grande para trabajar nuestra empatía
y nuestra apreciación. Si dedicamos nuestras energías
para darle a nuestro cónyuge, vamos a experimentar un gran placer
y vamos a intensificar un amor que no puede ser descubierto de otra
manera. |