Mientras que otras religiones se basan en una supuesta revelación a uno o a unos pocos individuos, el judaísmo se basa en una revelación experimentada por al menos 3 millones de personas.
Parados en frente de Har Sinai, Klal Yisrael, no escucharon a MosheRabbeinu proclamarse Profeta y les entregó a ellos la Torá. Por el contrario, cada individuo había experimentado una revelación personal de Hashem cuando oyeron los dos primeros mandamientos las Dibros directamente de EL. Entonces, fueron todos testigos cuando Hashem nombró a Moshe Rabbeinu como su Profeta.
Así, Moshé Rabeinu le dice al pueblo judío (Devarim 4:32-33): Investigen ahora con respecto a los primeros días que la precedieron, desde el día cuando Hashem creó al hombre sobre la tierra y desde un extremo del cielo hasta el otro extremo de los cielos: ¿ha habido algo como este gran evento, o se ha escuchado algo como esto? Un pueblo alguna vez oyó la voz de Hashem hablar del medio del fuego, como han escuchado y sobrevivido?" Ninguna nación ha reclamado una revelación nacional, porque ninguna nación ha experimentado una revelación nacional. Y es imposible que una revelación nacional pueda ser reclamada por una nación que nunca la experimentó.
Extraído del sefer próximo a ser editado, basado en la series de Emunah del Mashgiach Rav Moshe Wolfson.
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