En el año en que vendrá el Mashíaj, las naciones del mundo se enfrentarán entre sí. El rey de Paras (Irán) se enfrentará al rey de Arabia (Arabia Saudita), por lo que irá a Edom (Europa y América) para pedirle consejo. Paras destruirá el mundo entero. (Esperamos que esto se refiera a intenciones ya que, para los no judíos, las intenciones son consideradas como acciones.) Las naciones del mundo estarán asustadas y confundidas y el pueblo judío también estará asustado y dirán: "¿A dónde iremos? ¿A dónde iremos?
”En ese momento, Hashem dirá:“ Hijos míos, no tengan miedo. Ha llegado el momento de su redención. Y esta segunda redención no será como la primera, porque a la primera (la de Mitzrayim-Egipto) le siguieron más tribulaciones y exilios, pero después de ésta no habrá dolor ni subordinación a otras naciones.
¿Mashiaj viene? ¿Qué significan los eventos actuales?
No sabemos qué será, pero una cosa sí sabemos con certeza: nosotros marcamos la diferencia. La venida de Mashíaj es inevitable, pero cuándo vendrá y cómo vendrá depende de nosotros. Necesitamos "golpear mientras el hierro está caliente", para acercar la llegada de Mashiaj y facilitar el proceso, para que el parto del nacimiento de Mashiaj sea rápido y fácil, no prolongado y doloroso.
Torá, tefilá, tzedaká, jesed, Shabat y, lo que es más importante, desarrollar un deseo genuino de que él venga, trae al Mashíaj. Si examinamos cuidadosamente nuestros sentimientos, podemos encontrar que hay cosas que tememos perder. Si bien creemos que cuando el Mashiaj venga, todo será mejor que cualquier cosa que podamos imaginar, aún tenemos que trabajar con cualquier pensamiento o sentimiento que nos impida anhelar al Mashiach como deberíamos hacerlo.
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