Extraído
del Libro "Una Ventana a la Eternidad"
"…Y la zarza estaba
en llamas, y la zarza no se consumía…"
Éxodo 2:3
*
* *
El
Hombre Eterno
Parte
5: Mundos y Energías Espirituales
Maestro: Sigamos con
el tema.
Jorge: ¿Quiere usted
decir que cada acción de una persona, por más pequeña
que sea, cuenta en el Universo?
Maestro: Sí,
cada acción positiva o negativa que realices, ejerce una influencia.
Jorge: ¿Acaso no hay
acciones neutras?
Maestro: Claro, pero
aún siendo de naturaleza neutra, tienen siempre cierta carga positiva
o negativa que anula su neutralidad.
Jorge: ¿Quiere decir
que tengo que cuidar cada acción por más simple y pequeña
que sea, ya que su carga va a acumularse en la energía cósmica?
Maestro: Exacto. El
Talmud explica que antes de llevar a cabo cada acción relacionada
con una mitzvá, la persona debe pensar que el mundo está en
equilibrio entre la energía positiva y la energía negativa,
y que la acción que está a punto de realizar va a ser decisiva
para inclinarlo a un lado o a otro de la balanza. Y es por eso que el
hombre fue creado sólo al final de la Creación, en
el sexto día, para subrayar la influencia única que
puede ejercer sobre el estado espiritual de todo el Universo
y sobre lo que en él ocurre.
Jorge: ¿Eso quiere
decir que una simple acción nuestra podría ser fatal?
Maestro: Bueno, no
necesariamente fatal, pero sí de grandes consecuencias.
Jorge: ¿Y eso también
está escrito en la Torá?
Maestro: Como te dije
al principio, mis enseñanzas se basan en la Torá, que abarca
todos los campos de la vida. Así es que no debe sorprenderte que
en la Torá podamos encontrar cualquier cosa.
Jorge: Si me lo permite,
quisiera preguntarle en qué versículo se encuentran estos
conceptos.
Maestro: En el versículo
de Génesis que habla de la creación del hombre, “...a la semejanza
de D'os, creó al hombre”.
Jorge: ¿En ese versículo?!
Maestro: Sí,
aunque parezca extraño. Este versículo nos indica que D'os
creó al hombre a Su semejanza. Estas palabras no se pueden entender
literalmente ya que D'os no tiene ninguna imagen física. La Cabalá
nos explica que el hombre es semejante a D'os, no en su aspecto
físico, sino en sus cualidades, principalmente en la de poder
crear y destruir mundos, como D'os mismo.
Jorge: ¿Crear y destruir
mundos?
Maestro: Sí,
mundos espirituales integrados por las energías positivas y negativas
que resultan de nuestras acciones. Mira, así como hay “ondas
o mundos” electromagnéticos en el Universo, también hay “ondas
o mundos” espirituales.
Jorge:
Ah… este ejemplo me ayuda mucho a entender
el concepto que me está usted exponiendo. Es decir, que así
como existen los “mundos electromagnéticos”, aunque no podamos
verlos ni sentirlos, así también sucede con los “mundos espirituales”.
Maestro: Exactamente.
Las dos energías, la positiva y la negativa, están simbolizadas
en la primera letra de la Torá.
Jorge: ¿En la Bet?
Maestro: La Bet también
representa el número dos.
Jorge: ¿Y por qué
empieza la Torá con el número dos?
Maestro: Precisamente
para indicarnos que el mundo se encuentra siempre en un estado de dualidad.
Jorge: ¿Como lo espiritual
y lo material?
Maestro: Muy bien.
Veo que has avanzado en el proceso de elaboración de tus pensamientos.
Jorge: Gracias, maestro.
Pero, ¿qué otras dualidades representa la letra Bet?
Maestro: Luz y oscuridad,
día y noche, Adam y Javá, el Mundo Presente y el Mundo Venidero,
la Torá Escrita y la Torá Oral, el bien y el mal, la vida
y la muerte, la bendición y la maldición…
Jorge: Interesante.
Maestro: Sí,
muy interesante. También en la Torá aparecen elementos binarios
que suponen una distinción entre lo positivo y lo negativo, como
por ejemplo: Abel y Caín, Abraham y el mundo entero en su contra,
Itzjak (Isaac) e Ishmael, Yaacov y Eisav, Rut y Orpá, David y Goliat…
Y todas estas dualidades, representan las fuerzas del bien y el mal.