El Muro
de los Lamentos, como lo conocemos hoy en día, es el
último vestigio que quedó intacto después de la destrucción
del Segundo Templo por las legiones del ejercito romano en el año 70
EC., siendo éste una pequeña parte del muro occidental que circundaba
el Har Abayit (Monte del Templo), lugar de los dos
Templos sagrados de Jerusalem, que a su vez estaban localizados en el Monte
Moría. La parte inferior de los muros del Monte del Templo se conservó,
y sus restos aún están en pie.
Algunas
secciones del muro sur del Monte del Templo y en especial la punta suroeste
quedaron al descubierto durante las excavaciones arqueológicas de la
década del 70, descubriéndonos en una forma admirable los monumentales
muros herodianos que rodeaban el Monte del Templo y las vastas áreas
de construcción pública fuera de ellos.
El Muro
occidental del Monte del Templo, dentro de la actual Ir Atiká,
la ciudad antigua de Jerusalem, es el más largo, 485 metros.
La mayor parte de sus características de construcción,
incluyendo las bases y las cuatro puertas que alguna vez tuvo, son ahora conocidas.
No lejos de la esquina suroeste del Monte del Templo, se puede ver los restos
del "Arco de Robinson" que salen del muro.
Este arco concluía en una monumental escalinata que daba acceso al Templo
desde el camino debajo de él.
Los primeros
80 metros del lado sur son parte de las excavaciones arqueológicas, de
aquí en adelante se extiende la plaza del Kotel, el lugar de plegaria
para todos los que vienen a rezar al lugar. Esta zona fue liberada en la Guerra
de los Seis Días. Con la unificación de la ciudad de Jerusalem,
la ciudad Antigua pasó a ser una gran atracción, tanto espiritual
como turística para millones de visitantes que vienen cada año
a Jerusalem.
Según
nuestra tradición, el cimiento del mundo fue erigido de la piedra angular,
el Even HaShtia. Esta es parte de la piedra basal
que se encuentra en el Monte del Templo. Al Monte se le llama en la Biblia,
en el libro de Bereshit, Har HaMoria y sobre esta
roca ató Abraham a su hijo Izjak para elevarlo como ofrenda para cumplir
con el mandamiento Divino.
En el tiempo
que estaban erigidos los Templos, sobre esta piedra estaba situado el Kodesh
HaKodashim, el lugar mas santo del Templo, donde el Sumo Sacerdote
podía entrar una sola vez al año.
Las piedras
del Muro son las más cercanas al Kodesh HaKodashim, la puerta por donde
pasan las plegarias de los judíos de todo el mundo, que siempre rezan
en esta dirección, para que suban desde allí al cielo.
Los
Templos, el Primero y el Segundo
El Monte Moriá es el lugar que Di-s eligió para construir el Beit
Hamikdash, el Templo Sagrado. Dos veces fue construido y dos veces fue destruido.
El
Rey David el “padre” del reinado de Israel y el
que conquistó Jerusalem, quiso construir el Templo; sin embargo el que
tuvo el merito de hacerlo fue su hijo el Rey Shlomo hace aproximadamente
3000 años. Este templo fue destruido por Nevujadnezer 400 años
después.
Después
de 70 años de diáspora, nuevamente reconstruyeron el Segundo Templo
sobre las ruinas del primero.
El lugar
donde estaba el Beit HaMikdash es donde encontramos aún la presencia
Divina y el lazo profundo entre el hombre y su prójimo, entre el hombre
y su Creador. En el tiempo que el Templo estuvo en pie, fue éste el centro
religioso y espiritual del pueblo judío. Hoy que no lo tenemos desgraciadamente,
todos rezamos y dirigimos nuestras plegarias en dirección a ese templo,
añorando que sea reconstruido en nuestros días para sentir nuevamente
esa conexión con nuestro Creador.
Cuando venimos
a Jerusalem visitamos el lugar, el Kotel, una pequeña
sección de uno de los muros que rodeaban el Har HaBayit, el único
pedazo restante de esa Gran Casa de Oración y servicio al Eterno, el
Muro Occidental del que dijeron nuestros sabios “Nunca se
alejó la Presencia Divina del Kotel HaMaaravi”.
Por lo tanto
todos volvemos a este lugar, a su lado cada judío siente su judaísmo,
a veces como la primera vez, volvemos sin saber por qué y para qué.
Esta es como una primera experiencia profunda y misteriosa, tocar las piedras,
estos enormes pedazos de roca tallada y sentir la conexión de la eternidad
del pueblo judío.
El Kotel
nos hace recordar la gloria, la belleza y la grandeza del Templo en los tiempos
de los reyes de Israel, nos hace recordar la renovación y la futura redención
de nuestro pueblo.
La conquista de Jerusalem
En Jerusalem el 17 de Mayo, 28 de Iyar celebramos Iom Yerushalaim. Para reflejar la importancia de este día les entregamos un recuento histórico
Tan pronto como Israel declaró su independencia en 1948, fue atacado por sus vecinos árabes. Jordania ocupó el este de Jerusalén y la Ciudad Vieja. Las fuerzas israelíes hicieron un intento concertado para desalojarlos, pero no pudieron hacerlo. Al final de la guerra árabe-israelí del 1948 Jerusalén quedó dividida entre Israel y Jordania. La Ciudad Vieja y Jerusalén oriental continuaron siendo ocupada por Jordania, y los residentes judíos fueron expulsados. Bajo el gobierno jordano, la mitad de los cincuenta y ocho sinagogas de la Ciudad Vieja fueron demolidas y el cementerio judío del Monte de los Olivos fue saqueado como así también sus lápidas, que fueron utilizadas como adoquines y materiales de construcción.
Esta situación cambió en el año 1967, como resultado de la Guerra de los Seis Días. Antes del inicio de la guerra, Israel envió un mensaje al rey Hussein de Jordania diciéndole que Israel no atacaría a Jerusalén o a Cisjordania, siempre y cuando el frente jordano permanezca tranquilo. Pero por la presión de Egipto y sobre la base de informes de inteligencia engañosas, Jordania comenzó a bombardear posiciones civiles en Israel a lo que Israel respondió el 6 de junio, abriendo el frente oriental. Al día siguiente, 7 de junio de 1967 (28 de Iyar 5727),
Israel capturó la ciudad vieja de Jerusalén.
Más tarde ese mismo día, el ministro de Defensa Moshe Dayan declaró lo que se cita a menudo durante Iom Ierushalaim:
“Esta mañana, las Fuerzas de Defensa de Israel liberaron Jerusalén. Hemos unido a Jerusalén, la capital dividida de Israel. Hemos vuelto al más sagrado de nuestros lugares santos, para nunca separarnos de nuevo. Para nuestros vecinos árabes extendemos, también en esta hora y con mayor énfasis ¡a esta hora-nuestra mano en paz! “
La guerra terminó con un cese del fuego el 11 de junio 1967.
El lema del Día de Jerusalén, está basado en un verso del libro de los Salmos, "Ke'ir lah shechubra Yajdav" – como una ciudad que se unificó" (Salmos 122: 3)
El Día de Jerusalén (en hebreo Iom Ierushalaim) es un día de fiesta nacional israelí que conmemora la reunificación de Jerusalén y el establecimiento del control israelí sobre la Ciudad Vieja en la Guerra de los Seis Días (06 1967). En estos días de sangrientos combates, fue recuperado el acceso al Muro de los Lamentos y a toda la zona que fue ocupada por los jordanos en el año 1948.
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