Rav Yehuda Levi
Haftara Semanal

Haftarat Shekalim

HAFTARA SHEKALIM Melajim II (II Reyes) 11:17 - 12:17 (sefaradim) Melajim II (II Reyes) 12:1-17 (ashkenazim) La primera de las cuatro parashot especiales es parashat Shekalim, y en lugar de leerse la haftará correspondiente a la parashá semanal, en las sinagogas se leerá
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HAFTARA SHEKALIM

Melajim II (II Reyes) 11:17 - 12:17 (sefaradim)
Melajim II (II Reyes) 12:1-17 (ashkenazim)

La primera de las cuatro parashot especiales es parashat Shekalim, y en lugar de leerse la haftará correspondiente a la parashá semanal, en las sinagogas se leerá la haftará correspondiente al shabat shekalim.

"Y concertó Iehoiadá el pacto entre D'os y entre el rey y entre el pueblo, para que sean un pueblo para D'os; y entre el rey y entre el pueblo" (11:17).

Mediante estas palabras comienza la haftarat shekalim (de acuerdo a la costumbre de los judíos sefaraditas), y para comprender su significado es necesario recordar que la concertación de este pacto entre Iehoiadá, el Cohén Gadol (Sumo Sacerdote), Iehoash - el rey de Iehudá, y el pueblo de Israel, tuvo lugar después del derrocamiento del reinado de la malvada Ataliá, reina de Iehudá (s. VIII a.e.c.).  Ella había asesinado a todos los aspirantes a la corona del rey Ajaziahu, para apoderarse así del reinado.  Sin embargo, Iehoash - uno de los hijos del rey Ajaziahu - había sido salvado por su tía Iehosheva, la esposa de Iehoiadá, el Sumo Sacerdote, quien lo escondió durante seis años.  

Seis años más tarde, Iehoiadá decidió que había llegado el momento de hacer que el trono que había usurpado Ataliá retorne a quien verdaderamente le pertenecía, y coronó a Iehoash el hijo de Ajaziahu como rey de Iehudá, y mató a Ataliá.  Después de estos sucesos, lo primero que hizo Iehoiadá fue concertar un pacto "entre D'os y entre el rey y entre el pueblo", y el texto nos dice que ese pacto tenía como finalidad "que sean un pueblo para D'os".

"Habló D'os a Moshé diciendo: Cuando censes a los hombres del pueblo de Israel, cada uno dará una expiación por su alma a D'os al ser censado, y no habrá en ellos mortandad al ser censados. Estos es lo que darán: toda persona censada dará la mitad de un shekel… ofrenda delante de D'os.  Todo censado, de veinte años en adelante, dará la ofrenda delante de D'os.  El adinerado no incrementará y el pobre no disminuirá de un medio shekel, para dar la ofrenda delante de D'os, para expiar por vuestras almas.  Y tomarás la plata de la expiación de los hijos de Israel y la dispondrás para el trabajo (de la construcción) de la tienda de Reunión, y será para los hijos de Israel como recordatorio delante de D'os, para expiar por vuestras almas" (Shemot - Éxodo - 30:11-16).    

- Y una tercer ofrenda opcional para la construcción del Tabernáculo (además de la ofrenda del medio shekel que también era para el Mishkán, pero era obligatoria para todos los hombres de más de veinte años, como explicamos anteriormente).

En su comentario de la Torá, Rabí Iosef Bejor Shor (1140 - 1190) nos enseña que la Torá prohibió que el adinerado donara más de medio shékel, así como también que el pobre donara menos de esa suma, para que la expiación de ambos sea similar.  Sin embargo, Rabí Iehonatán Aibshitz (1690 - 1764) en su comentario sobre las haftarot llamado "Ahavat Iehonatán" nos ofrece otra explicación.

Él nos dice que por cuanto que la persona podría llegar a caer en el error de creer que él no necesita a nadie en el mundo, la Torá ordenó que cada judío debía dar exactamente medio shékel para que la persona comprenda que todas las personas del pueblo de Israel se necesitan unas a otras y que una persona sola no es nada a menos que se junte con otra persona, así como sólo medio shékel no llega a formar un shékel completo, a menos que se lo junte con otro medio shékel.

Es por eso que toda persona censada debía dar medio shékel demostrando mediante este acto que él solo no es nada y que todo el pueblo de Israel debe estar unido, y por eso el rico no podía dar más de medio shékel, pues en caso de permitírsele dar un shékel completo, él podría caer en el error de pensar que él no necesita de nadie en el mundo.



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