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Parashat Ajarei Mot-6

Vivir las Mitzvot "Y cuidarán Mis leyes y Mis preceptos, que los hará la persona y vivirá con ellos, Yo soy Hashem" (Vaikrá 18:5). Aparentemente, la expresión: "y vivirá con ellos" es innecesaria, ya que si la persona cumple con la
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Vivir las Mitzvot

"Y cuidarán Mis leyes y Mis preceptos, que los hará la persona y vivirá con ellos, Yo soy Hashem" (Vaikrá 18:5).

Aparentemente, la expresión: "y vivirá con ellos" es innecesaria, ya que si la persona cumple con la primer parte del pasuk que dice: "Y cuidarán Mis leyes y Mis preceptos", evidentemente vive con ellos.

Pero, en realidad, esta frase encierra un importante mensaje, que si lo tendremos presente en todo momento, nos ofrecerá grandes beneficios en general, y en el área de la educación de nuestros hijos en particular.

Hay dos maneras de cumplir las mitzvot:
La primera es cuando la persona cumple mitzvot estando incentivada por una gran convicción, un deseo creciente de cumplir, y sabe que por ello recibirá una gran recompensa en el Mundo Venidero. Por ejemplo, cuando alguien concurre a la sinagoga para rezar y acercarse a D'os.

La segunda es cuando las mitzvot son observadas por costumbre o por compromiso. Por ejemplo, cuando la persona asiste a la sinagoga para acompañar a su padre o para felicitar a su compañero que festeja el bar mitzvá de su hijo.

Nosotros, por nuestro lado, sin darnos cuenta podemos estar cumpliendo mitzvot sin vivirlas plenamente. Simplemente las hacemos por costumbre. Pero si meditáramos en el gran orgullo que representa ser judío pudiendo cumplir con la Torá y las mitzvot, eso provocaría una constante renovación en nuestras vidas, y de esa manera viviríamos un judaísmo activo y no pasivo.

El parámetro que tenemos para medir en qué nivel nos encontramos, es observando los frutos de nuestras acciones. Si cumplimos una mitzvá tenemos que ver si luego deseamos hacer otra. Si es así, eso quiere decir que estamos viviendo y disfrutando correctamente el cumplimiento de las mitzvot.

Además, quién vive un judaísmo natural y activo, verá los frutos en su descendencia, pues sus hijos habrán recibido el yugo del cumplimiento de la Torá con mucho amor, y principalmente, a través del excelente ejemplo de sus padres.

Nuestros hijos perciben muy bien si nuestro cumplimiento es artificial o natural, y en ellos se verán los frutos.

Consideremos un caso hipotético:
Delante nuestro tenemos dos manzanas.Una es una manzana natural y la otra artificial.

La manzana artificial es idéntica a la natural, el gusto es el mismo, y si quisiéramos identificar cuál es cuál, nos sería casi imposible. La única manera de poder comprobarlo es plantando las semillas. La manzana natural seguirá dando frutos, mientras que la artificial no lo podrá hacer.

Lo mismo ocurre con nosotros. Quien vive su judaísmo de manera natural y con ganas de vivirlo intensamente, podrá ver el mismo comportamiento en sus semillas, pero quien lo vive en forma artificial y con desgano, también le transmitirá a sus hijos un judaísmo opaco y sin sabor.

La mitzvá de contar los días del omer tiene la función de renovar constantemente el deseo de aspirar a lo máximo y no conformarse con lo que ya conseguimos. Vemos que la sefirat haomer no sólo incentivaba al judío físicamente, sino que también psicológica y espiritualmente.

Así como un presidiario cuenta el tiempo que falta para que lo liberen, marcando en su calendario cada día que transcurre, pues cada día está más ansioso por llegar a esa fecha tan esperada, lo mismo ocurrió con el pueblo de Israel en el desierto. Ellos contaban cada día que pasaba, esperando ansiosamente el momento cumbre en el cual recibirían la Torá en el monte Sinai.

De esta manera, todo el pueblo en general, y cada judío en particular, llegó al nivel óptimo para recibir la Torá.

Y precisamente ese espíritu de renovación y vida es lo que la Torá nos pide mediante las palabras: "y vivirá con ellos", es decir, con los preceptos, pues no alcanza con cumplir la parte del pasuk que dice: "Y cuidarán Mis leyes y Mis preceptos…", también se necesita el: "y vivirá con ellos".

Vivir significa renovarse constantemente. Cada día tiene que ser valorado y disfrutado como si fuera único, ya que el potencial de mitzvot que se puede desarrollar en 24 horas es inmenso y su recompensa será eterna.

Si cada uno de nosotros tendrá presente este mensaje, podrá disfrutar de su vida al máximo, tanto en el campo de lo material como en el área de lo espiritual. Esto le brindará una vida llena de alegrías, ya que cada mitzvá cumplida significará haberse acercado un poco más a la meta, siendo éste el anhelo de cada persona en la vida.

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