Rav Salomón Michan
Entendiendo el Judaísmo

Sobre la comida Casher

Dice la Torá: “Yo soy D-os, tu D-os, que los aislé a ustedes de los demás pueblos... y separarán entre un animal puro y uno impuro... y serán santificados para mí, ya que santo soy Yo, D-os, y los aparté a ustedes de los demás pueblos p
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Dice la Torá: “Yo soy D-os, tu D-os, que los aislé a ustedes de los demás pueblos... y separarán
entre un animal puro y uno impuro
... y serán santificados para mí, ya que santo soy Yo, D-os, y
los aparté a ustedes de los demás pueblos para que sean para mí”.(1)

Dice el “Séfer Hajinuj” (2)

No hay duda que D-os es la fuente de inteligencia, y de él se expande el conocimiento al mundo;
y no hay duda que es la fuente de la bondad, que nunca va a obligarnos a algo si no es para
nuestro bien, y nos aleja de cualquier cosa que pueda dañarnos. Por eso, aunque nuestra
comprensión no llegue a captar alguna ley o estatuto, debemos saber que cualquier precepto que
se nos asigna es para nuestro bien y debemos estar agradecidos y contentos con el Creador y no
cuestionar cualquier ley que se presente.

Está escrito en el Talmud (3) el motivo de por que no fueron entregadas las razones y motivos de
todas las Mitzvot: para que no lleguemos a caer en algún tropiezo queriendo buscar más a fondo
sobre el tema; ya que cuenta el Talmud que a Shelomó
Hamélej se le entregaron los motivos de las Mitzvot y pecó.
De todos modos, lo que debemos saber es que cualquier alejamiento y distanciamiento en temas
de impureza debemos de obedecerlas, ya que es sólo para nuestro bien, y debemos acatarlas con
apreciación a D-os.

Referente al tema de impureza, que es todavía más difícil de entender, ya que no es algo que
puede afectar a la persona físicamente; de todos modos, le afecta al alma, que es lo más sagrado
que tiene la persona. Por eso dicen los Jajamim, que lo que dice el Pasuk “Venitmetem Bam” (se
impurificarán), podemos interpretar “Venitamten Bam” (se entorpecen), ya que la comida
prohibida afecta al alma, y ésta hace que la persona se entorpezca.(4)

Y dicen los Jajamim que es algo físico que la comida prohibida es la que afecta, más no el
pecado.
Por eso explican que aunque comió algo prohibido sin querer, igual puede entorpecer la
persona, ya que es una realidad y no un castigo.

Dice el Jafetz Jaim: lo que explicamos acerca de que la persona se entorpece, se puede comparar
con una fábula. Esta persona se parece a un comerciante que trabajaba en una tienda de perfumes
y aromas muy agradables, con el tiempo, tuvo que cerrar su tienda y tuvo que abrir una tienda de
lavado de pieles (que es sabido huelen muy mal); al principio sufría mucho, ya que él estaba
acostumbrado a oler sólo cosas agradables; pero con el paso del tiempo, esta persona se
acostumbró, ya que estaba ahí de noche y de día, hasta que ya ni sentía que olía mal las pieles,
puesto ni siquiera percibía el mal olor de ellas.

Lo mismo podemos decir en nuestra situación, que la persona que ingiere comidas prohibidas, se
acostumbra hasta que llega a un punto que no siente que le está afectando al alma, hasta que se le
hace muy difícil poder llegar a separarse del pecado.(5)

Por eso debemos cuidarnos al máximo para poder llegar a lo que dice el Midrash (6)
En el futuro, D-os va a organizar un banquete para todos los justos y para todo el que se cuidó de
no comer algún producto prohibido.

Sobre el Pasuk que mencionamos: “Separé entre un animal puro y uno impuro”, preguntan los
Jajamim; ¿por qué el Pasuk diferenció solamente entre puro e impuro y no dijo algo más obvio

como “separé entre el burro y la vaca”? Para enseñarnos que cualquier desperfecto en la Shejitá
del animal ya puede considerarse prohibido para comer; y, ¿cuánto es ese mínimo desperfecto?
Aun algo mínimo ya lo podemos considerar prohibido. Por eso debemos cuidarnos mucho en las
comidas que ingerimos, hasta el punto que debemos pensar que es como veneno, que realmente
puede afectar a la persona espiritualmente.(7)

Cuentan una historia impresionante que pasó en Polonia. Hace tiempo, el gobierno obligó a
desenterrar a todos los cadáveres que había en el cementerio para hacer calles, y lógicamente
encontraron sólo huesos, pero había dos tumbas que cuando cavaron los cuerpos estaban
completos, una era la del Jajam de la ciudad, que era muy importante, y otro era un soldado
Yehudí. Y todos se preguntaron sobre esto, ya que éste soldado era una persona común.

Investigaron, y descubrieron que éste soldado trabajaba para los polacos y se cuidaba mucho de
no comer alguna comida prohibida. Una vez le contaron al encargado de los soldados polacos
que este soldado se cuidaba mucho en esto y se enojó, y quiso obligarlo a comer puerco, y el
soldado cerró la boca, ya que él no iba a probar del puerco, hasta que el encargado logró meterle
la comida a la boca, pero el soldado no se lo tragó, así que se atragantó y murió. Después de cien
años, descubrieron su tumba y la sorpresa que se llevaron es que estaba entero el cuerpo. Esta
historia se escribió en la Jebrá de Polonia, y causó mucho orgullo a los Yehudim.(8)

Si la persona está dispuesta a mejorar en esto, dice el Talmud, “En el camino que la persona
quiera ir, lo conducen a él”, y preguntan los comentaristas, que significa “lo conducen a él”, si es
que el que lo va a ayudar es D-os debería decir “lo conduce a él”, entonces dicen que quienes lo
conducen, son ángeles celestiales que él creó con pensamientos sobre ya no comer comidas
prohibidas; ya que por cada pensamiento de la persona, se crea un ángel, ya sea bueno o malo,
depende de lo que pensó. Y si quiere mejorar, vienen todos esos ángeles creados por él mismo y
le ayudan a no pecar más.(9)

Cuentan una historia relacionada a lo que dijimos que si la persona quiere hacer las cosas como
se debe, le ayudan a él.

En tiempos de persecución contra los Yehudim en España, había dos Yehudim que viajaban en el
mar; no se dieron cuenta y una ola les pegó muy fuerte, hasta que el barco casi se destroza;
incluso se les cayeron al mar todas sus pertenencias, ropa, comida, etc. Se encontraban sufriendo
mucho y pidieron en sus rezos que D-os los salve.

Después de unos días en el barco casi desecho, encontraron tierra firme, pero comida no tenían,
hasta casi morían de hambre. Cuando bajaron del barco, se dieron cuenta que estaban en España;
ellos sabían la situación de los Yehudim ahí, así que trataron de esconderse de los perseguidores.
Cada uno tomó un camino diferente, hasta que cada uno encontró una casa que le dio vivienda y
alimento.

Uno de ellos agradeció a la gente que le dio de comer y se despidió de ellos. Le dijo el dueño de
la casa: “Voy a decirte algo y no te sorprendas: yo sé que eres Yehudí, ya que te veo en la cara
que eres descendiente de los patriarcas Abraham, Itzjak y Yaakob.” Y el Yehudí le contestó que
realmente sí lo era. El dueño de la casa prosiguió: “Voy a descubrirte un secreto, yo también soy
Yehudí, y cuidó mi religión a escondidas, cumplo con el Kashrut de la casa perfectamente, tengo
Mezuzá en las puertas, pero todo lo hago en secreto, solamente en las calles finjo como que no
soy Yehudí por miedo de la gente; te digo todo esto para que no te angusties y pienses que
comiste Taref, ya que todo lo que tengo en mi casa es Kasher.

Cuando escuchó esto el Yehudí, se le iluminaron los ojos y se alegró mucho, agradeciendo a
D-os que lo encaminó en el camino correcto. Cuando salió de la casa, fue a buscar a su amigo,
ya que se habían separado; lo encontró en la calle y siguieron caminando juntos hasta que
llegaron a un jardín en el que el amigo se sentó a decir Birkat Hamazón (bendición que se dice
después de comer pan) llorando y muy triste, ya que él también se hospedó en casa de una
persona y le dio de comer alimentos Taref y se sentía muy mal por eso. El otro amigo le contó
el milagro que le había pasado, que le dieron Kasher, etc.

Cuando llegaron a su ciudad, fueron con el Jajam de la misma y le contaron lo que les había
pasado en España, y se preguntaban el por qué D-os le mandó a uno comida Kasher y al otro
comida Taref. Hasta que el Jajam le preguntó al que comió Taref, si alguna vez había comido
Taref con premeditación y voluntad. Le contestó que se acordaba que cuando era niño paseaba
por afuera de una sinagoga y vio a gente no Yehudí que estaban repartiendo comida y vinos
Taref, y ya que tenía mucha hambre tomó un poco y comió. Le contestó el Jajam: es lo que dicen
los sabios: la persona que siempre se cuida de no comer algo prohibido, inclusive en situación de
peligro, lo ayudan, como le pasó al amigo, que le sucedió un milagro, ya que él nunca comió
algo Taref. Y si la persona come Taref voluntariamente, igualmente sin su voluntad le mandan
del cielo Taref.(10)

Igualmente cuentan una historia con Rab Simja Zisel MiKelem que estaba en una reunión con
gente muy importante y le ofrecieron tomar un té; cuando agarró el vaso, se le cayó
repentinamente y se rompió; le ofrecieron de nuevo otro vaso de té y se le volvió a caer. Se le
hizo algo anormal la situación, y que algo había detrás de eso. Investigaron cuál era el problema
y descubrieron que los vasos no tenían Tebilá. A esto se refiere el Talmud:
“En el camino que la
persona quiera ir, lo conducen a él”.

1-Vayikrá 20:23-26.
2-Mitzvá 159.
3-Tratado Sanhedrín 21b.
4-Tratado Yomá 39b.
5-Jafetz Jayim a la Torá, al final de la Perashá Sheminí.
6-Vayikrá Rabá 13:3.
7-Mesilat Yesharim, Pérek 11, Midat Hanekiut, en nombre del Torat
Cohanim.
8-Libro Kol Yehudá, Perashá Mishpatim, aparece en el libro Habait
Hayehudí, Jélek 9.
9-Talmud Makot 10b, según explicó el Mearshá.
10-Meam Loez Debarim, Jélek 3, pág. 1105.



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