Rav Arie Natan
Visiones

Parashat Devarim

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La amonestación indirecta.

"En el desierto, en la planicie, frente al mar de las cañas..." (Devarim 1.1)

En este shabat comenzamos la lectura del quinto libro de la Torá, llamado por boca de todos "Devarim" y conocido también como "Mishné Torá" o sea la repetición de la Torá, debido al hecho que se repasan los temas ya enseñados en los otros libros y también se recuerdan los hechos principales que rodearon el viaje de Israel en el desierto. Giran los acontecimiento sobre un punto relevante, será este libro una especie de despedida que el gran líder del pueblo, Moshé, hará algunos días antes de morir, razón por la cual este libro representa un gran sello que identifica los conceptos mayores que relacionan a Moshé con Israel en tanto el profeta de Hashem.

"Las palabras que habló" fluyen de su boca, palabras enérgicas y educativas, consoladoras y profundas. En estos momentos de separación, el pasado entero se presenta entre alusiones y recuerdos punzantes, este es el momento de hacer una reflexión interna colectiva, de analizar los logros y los fracasos; no existe momento mejor que este para reforzar la fe de este pueblo y de enraizar en ellos los programas futuros, aquellos que serán los contenidos principales del período de conquista y asentamiento en la tierra de Israel. También vio Moshé el momento propicio para repasar el sistema completo de los preceptos como tratado monolítico de comportamiento general, y de advertir sobre cualquier posible desviación de los mismos y las consecuencias fatales que conllevan el alejamiento del camino de Hashem: la destrucción y el exilio.

Este es un resumen del libro que termina con la muerte del siervo de Hashem, Moshé, en el monte Nevó.

Este libro desde la perspectiva de su contenido, se divide en tres partes:

1. La primera parte, incluye en su interior un discurso de amonestación moral al pueblo, reprochándole los pecados y los reclamos hechos por ellos en el desierto. Del mismo modo se encuentran pensamientos generales sobre el mundo, el pueblo y la historia, y sobre la tierra de Israel. Esta sección va desde el principio de nuestra parashá hasta el final del capítulo cuatro.

2. La segunda parte, su finalidad principal es volver sobre los preceptos de la Torá que en ciertos casos reciben también explicación y motivo. También los preceptos no encomendados en los libros anteriores se los menciona aquí. Esta parte abarca desde el capítulo quinto hasta el octavo.

3. La tercera parte, corresponde a un "tratado" muy especial, las bendiciones y las maldiciones que son como una espada de doble filo sobre la cabeza de Israel; estos temas que representan las advertencias más palpantes de la Torá ocupan los últimos capítulos de este libro.

Si reflexionamos en la forma que cada una de estas partes comienza veremos relaciones de contenido y de estructura con el resto de los libros del Pentateuco. La primera parte, comienza con la siguiente oración: "Estas son las palabras..." (Devarim 1.1) del mismo modo que comienza el libro de Shemot, "Estos son los nombres de los hijos de Israel..." (Shemot 1.1). La parte relativa a los preceptos comienza. "Y llamó Moshé a todo el pueblo..." (Devarim 5.1) paralelo a la forma que comienza el libro de Vaikrá "Y llamó a Moshé..." (Vaikrá 1.1). Así también la tercera parte empieza. "Y habló Moshé y los cohanim..." (Devarim 27.9) y esta es como el comienzo del libro Bemidvar: "Y habló Hashem a Moshé" (Demidvar 1.1).

Esto último nos viene a enseñar que en el libro Devarim está resumida toda la historia de Israel como pueblo. Esta historia recibió especial atención en los libros previos, Shemot, Vaikrá, Bemidvar, mientras que en este nuevo libro reciben los hechos del pasado una dimensión distinta, un anhelo y una concentración tal que serán para siempre recordadas por el pueblo y sus líderes.

Si analizamos el primer momento de la historia de Israel nos encontraremos ante aspectos diferentes del pueblo de Israel y reciben una pureza que no se pierde jamás. Veremos en los versículos que desde un principio la capacidad de entender fue una cualidad del pueblo y por este motivo Moshé, en momentos de amonestación, dirige sus acusaciones de manera encubierta, aludiendo a un gran número de circunstancias que se amalgaman con pensamientos e ideas que se concretan. Así, por ejemplo, en las planicies de Moav se reunió todo el pueblo para escuchar las palabras últimas de este gran líder. Este discurso se trasformó en una especie de diálogo íntimo; desde el corazón del líder del pueblo, hasta cada uno y uno de los miembros del campamento.

En esta larga conversación reveló Moshé mucho de lo que sucede dentro de si mismo, los obstáculos con los que se tropezó y finalmente los pensamientos que ocuparon su atención pocos días antes que su alma se separaré del cuerpo, una serie de asociaciones se presentan en los versículos que aluden a circunstancias mayores y pasadas. Las dificultades con las cuales se tropezó en la conducción del pueblo, quedan claras cuando se declara:

"Como llevaré solo sus molestias, sus cargas y sus discusiones..." (Devarim 1.12)

Las esperanzas de Moshé se distinguen en los pasajes que, después del decreto de no dejarlo ingresar a la tierra prometida; a pesar de todo levemente una sensación que todavía puede ser que amerite ingresar a la tierra percibimos del siguiente pasaje:

"También en contra mía se enojó Dios por causa de ustedes, diciendo... no ingresarás allí" (ibíd. 17).

Pero sobre todo mensaje encubierto, sobresalen las amonestaciones que Moshé expresa frente al pueblo de Israel, en este tema se vale el gran líder de una serie de lugares geográficos que son alusiones a circunstancias de gran contenido espiritual e histórico y así en cada uno de los lugares mencionados está presente un mensaje profundo, un mensaje que se constituye como tal solamente cuando fuera necesario ocuparlo como se declara:

"Estas son las palabras que habló Moshé a todo Israel, al otro lado del Jordán; en el desierto, en la planicie frente al Mar de las cañas, entre Parán y Tofel y Laván, en las explanadas y en los patios del oro"(Devarim 1.1)

Un ejemplo de las asociaciones que traen los nombres geográfico de nuestra parashá está en el hecho que la palabra oro que se encuentra casi al final del versículo, se relacionará con el pecado del becerro de oro, a causa de la multitud de oro que tenían, es decir no es relevante si dentro del versículo hace referencia la palabra en especial a un lugar geográfico conocido, sino el "ruido" que causa el hecho de mencionar el término "oro"; el oro aquí se relaciona con ese otro oro allá. Estas son las palabras de Mosj0nhé, esta es su forma de amonestar.