CUANDO REZAMOS EN EL BEIT HAKNESET LA ORACION ES RECIBIDA

?Y fue hacia el Monte y construyó allí un Altar para Hashem?

(Bereshit 12,8)

En el libro ?Shmuel Bekorei Shemo?, encontramos un relato asombroso:

En plena segunda guerra mundial, la Ieshivat Pinsk tuvo que irse de su lugar de origen, y se reinstaló en Vilna. Y cuando los comunistas dominaron la región de Lita, la Ieshiva tuvo que escapar nuevamente a una ciudad de refugiados. El Rosh Ieshiva, el gaon rabi Shmuel Vaintrov ztz?l, entró a rezar al Beit Hakneset del lugar. Sin pedir honores, sin buscar sentarse en el ?Mizraj? (en la cabecera del recinto). Se paró en un rincón, en la parte de atrás, y él mismo atestiguó que desde allí se le abrieron las ?puertas de la luz?, sintió una influencia que lo elevó y una gran medida de santidad. Nunca había sentido algo así en sus plegarias, como cuando rezó allí.

El gran favor del Cielo, lo salvó de ese valle de muerte y pudo llegar a nuestra tierra, a la tierra de Israel. Se encontró un día con uno de los habitantes de esa pequeña ciudad y conversaron sobre las experiencias que tuvieron. El hombre comenzó a preguntar: ¿acaso usted se sentó en ese mismo Beit Hakneset, en la fila tal y tal y en tal asiento?

Exactamente, afirmó rabi Shmuel, y asombrado pregunto, ¿cómo lo supo?

Nosotros tenemos una tradición, contestó el hombre, que cuando fue exiliado el Gaon de Vilna ztz?l y llegó a nuestra ciudad, rezó una oración precisamente en ese lugar.

Desde entonces, pasaron varias generaciones, pero la medida de santidad quedó allí, en ese lugar, y jamás disminuyó

En el libro ?Milei Deavot? (cap. 3,2) nos explica el gaon, rabi Ichale Mivoloshin ztz?l, lo que está escrito (Tehilim 1,2): en el asiento de los burladores no te sentarás. No dice allí que no debemos sentarnos con burladores, ni que no podemos asociarnos en sus burlas y en sus maldades, sino que no debemos sentarnos en el lugar en donde ellos hablaron en el pasado usando expresiones de burla, porque ese lugar, desde el momento en que hablaron así, quedó impurificado, y la impureza empuja hacia el mal.

Y sabemos que una buena cualidad, en cantidad, eleva la santidad del lugar donde estuvo presente esa cualidad: si dos personas se sentaron juntas, y comenzaron a decir palabras de Tora, entonces, la Divinidad residirá entre ellos (Avot 3,2), y no desaparecerá de ese lugar.

En el libro ?Maase Ish? encontramos, que el Maran Hajazon Ish ztz?l caminaba por la calle con un familiar. De pronto, señala con su mano un lugar de la vereda que estaba junto a un árbol, y dice con mucho sentimiento: aquí estuvieron parados dos hombres que hablaron palabras de Tora.

¿Cómo supo eso?, preguntó el acompañante.

Y el Jazon Ish contestó: aquí hay una marca.

Sí, diremos, hay una marca que solamente un sabio como el Jazon Ish la puede ver

Así podemos entender la explicación del Or Hajaim Hakadosh ztz?l, en nuestra perasha. Abraham Avinu construyó un Altar para Hashem, como dice el versículo. Y el Or Hajaim explica que después de construir el Altar, lo desarmó y ocultó sus piedras, para que nadie lo encuentre y lo utilice para la idolatría, y para volver a levantarlo cuando vuelva a ese lugar. Entonces preguntamos, ¿para qué tanto sacrificio, acaso faltan piedras en un monte?

Lo que sucede es que cuando tenemos un Altar, donde ya hemos acercado sacrificios, un Altar en donde Abraham Avinu trajo sus ofrendas, no es cualquier Altar sino un Altar con mucha santidad, y esa santidad puede ser utilizada y aprovechada en la próxima oportunidad, en el próximo sacrificio, ya que al ocultarlo, la santidad no desaparecerá. Sería una lástima desaprovechar tanta cantidad de santidad, por eso vale la pena todo el esfuerzo y el trabajo que se tomaba Abraham Avinu.

Y nosotros podemos decir, que las oraciones del Gaon de Vilna, o los sacrificios de Abraham Avinu, traen santidad y desparraman luz. Pero nosotros, somos como principiantes, un cero a la izquierda, ¿podemos compararnos con ellos?, ¿qué influencia pueden tener nuestras acciones?

Tremendo error, disminuir nuestros valores. Así dice la Guemara (Berajot 6b), todo hombre que reza siempre en el mismo lugar, tendrá con él la Ayuda del D-s de Abraham?, y cuando muera, dirán sobre él: murió una persona humilde, piadosa, de los alumnos de Abraham Avinu.

La Guemara dice todo hombre, y no un hombre en especial, con determinadas cualidades.

¿Y cómo sabemos que Abraham rezaba en un lugar fijo? Está escrito: Y Abraham se levantó temprano y fue hacia el lugar donde se iba a parar (Bereshit 19,27). Y explica Rashi, recibirá la Ayuda del D-s de Abraham, de la misma forma que Hashem ayudaba a Abraham.

¿Y por qué un hombre podrá merecer esto? Explica rabenu Hanoda Biehuda ztz?l, cuando un hombre reza en un lugar específico, ese lugar ?adquiere? santidad, y esa santidad le permitirá concentrarse más en la próxima oportunidad en que vuelva a rezar allí. Y así, cada vez, podrá rezar con más y más santidad, y sus plegarias serán mejor recibidas. Hasta llegar a recibir la Siata Dishmaia, la Ayuda Celestial, como la que recibió Abraham Avinu, que tenía grandes cantidades de animales, oro y plata.

Ahora podemos comprender con una nueva luz las palabras de la Guemara, que dicen que las oraciones del hombre no son escuchadas sino cuando reza en el Beit Hakneset, porque ese es un lugar que ?desborda? de oraciones, repleto de santidad, ¿y quién no desea que sus oraciones sean aceptadas?

¿Quién puede conformarse rezando fuera del Beit Hakneset?

Maian Hashavua. 

Leiluy Nishmat

León Ben Ezra ???