Algunas personas piensan que las decisiones son cosas que uno toma de vez en cuando, cuando surge algún asunto importante. Pero en realidad, toda la vida —cada momento consciente— es una decisión. Desde el instante en que despertamos, comenzamos a decidir: ¿Qué voy a desayunar? ¿Cómo voy a saludar a mi jefe hoy? Incluso si bostezamos, nos damos vuelta y volvemos a dormir, eso también es una decisión.
El impacto acumulativo de las decisiones, aunque cada una sea pequeña por sí misma, es lo que determina nuestra calidad de vida en términos generales. El Camino #38 es Eino sameaj Evora, que significa ‘no tomes las decisiones a la ligera’.
Obviamente distintas decisiones tienen distintas consecuencias. Si no vas a Disneylandia, no verás al Ratón Mickey. Pero si no adquieres sabiduría para tener un matrimonio exitoso, eso puede tener consecuencias trágicas.
En cuanto a vivir, tómatelo en serio. Pregúntate: ¿Qué voy a hacer hoy? ¿Esta semana? ¿Este año? ¿Qué estoy haciendo con mi vida? ¿Cuáles son mis posibilidades? ¿Qué puede lograr un ser humano?
Considera las consecuencias de no saber cuál es el sentido de la vida.
Quienquiera que diga que no hay respuestas para las preguntas filosóficas importantes de la vida, es porque probablemente no ha hecho las preguntas correctas a las personas correctas. Debes saber que no investigar esos temas tiene consecuencias.
Tenemos que investigar estas preguntas y encontrar respuestas serias:
Mucha gente toma decisiones de vida o muerte sin pensarlas. Si tomar una decisión es incómodo, generalmente optamos por hacer caso omiso del asunto y lo sacamos de nuestras mentes. Podemos no cuestionar a un doctor por miedo a ofenderlo. O podemos elegir nuestro grupo de amigos en base a motivos frívolos, sin tomar en cuenta las consecuencias de esto. Debes estar atento de no caer en esa trampa.
Tómate un tiempo para hacer una introspección. Clarifica tus decisiones importantes. ¿En qué te basaste para llegar a esas conclusiones? Puede que te sorprendas del poco cuidado que has tenido al tomar algunas decisiones que han tenido un impacto dramático en tu vida.
Decidir qué hacer con tu vida es igual de serio que decidir si someterte o no a una operación del corazón. ¿Decidirías una cirugía echándolo a la suerte? ¡Por supuesto que no! Entonces no tomes las decisiones importantes (ni expreses tu opinión) hasta no haber pensado bien el tema.
Toma decisiones de una manera responsable. Antes de abordar cualquier tema, debes investigarlo rigurosamente. Obtén toda la información necesaria.
Cuando te enfrentes a una decisión, relájate. No te sientas presionado de decidir en ese preciso instante. Está bien tomarse un tiempo para elaborar una respuesta.
Toma las precauciones necesarias cuando vayas a tomar una decisión. Considera las distintas opciones y sus respectivas consecuencias. ¿Sería una buena idea comprar esa casa? ¿Contraer matrimonio con esa persona? Porque si tomas las decisiones sin la debida precaución, puedes llegar a cometer costosos errores en tu vida.
Gran parte del problema es que muchas de nuestras decisiones no tienen consecuencias inmediatas, o tienen consecuencias que no siempre podemos percibir. Al tomar una decisión importante, asegúrate de haber tomado en cuenta tanto las consecuencias de largo plazo como las de corto plazo. Analiza las posibles consecuencias de tus decisiones con otras personas, ya que ellos podrían hacerte ver factores que tú nunca consideraste.
Similarmente, al ayudar a los demás debemos estar conscientes de que hay una delgada línea divisoria entre enseñarle a alguien y tomar decisiones por él. Si alguien te pide un consejo, no te precipites a dar instrucciones a menos que estés seguro de lo que dices. Imponer tu opinión es una solución artificial: no será provechoso y eventualmente la otra persona guardará resentimiento.
Hay un pasatiempo muy popular llamado "Entrenador del lunes por la mañana". Es la forma en que los fanáticos del fútbol cuestionan a posteriori la forma en que el entrenador debería haber mejorado su estrategia durante el partido del día anterior. Todos tienen una opinión brillante… ¡sobre las decisiones de otros!
Pero el "Entrenador del lunes por la mañana" no se limita solamente al fútbol. A nosotros nos gusta "jugar" a tomar decisiones en temas como: "Si yo fuera el presidente de Estados Unidos", o "Si yo fuera el presidente de la compañía", o "Si yo fuera Dios". Ten cuidado. Juzgar los errores de los demás nos da un falso sentido de nuestra propia sabiduría. Pero es bastante probable que nosotros hubiéramos cometido los mismos errores.
La sociedad moderna equipara el conocimiento con la importancia. Por lo tanto, a veces caemos en la trampa de fingir que sabemos sólo porque nos avergonzamos de admitir que no sabemos.
Los seres humanos cometemos errores. El error más grande es decidir que no vas a cambiar de parecer. Si cometes un error y estás demasiado avergonzado como para corregirlo, entonces estarás cometiendo un segundo error.
Cuando discutas con otras personas, aprende a decir: "No sé". Incluso cuando estés seguro, di: "A mí me parece". Porque de otra forma, una vez que te hayas comprometido con cierto punto de vista puedes sentirte demasiado avergonzado como para retractarte y terminarás defendiendo firmemente un punto de vista al que ya no te adhieres.
En realidad, decir “no sé” no es una razón para avergonzarse. Ser honesto respecto a tus limitaciones te ayudará a percatarte de las lagunas que hay en tu conocimiento. Además, no causarás que otros se equivoquen, y la gente llegará a respetarte más debido a tu honestidad.
Es poca la gente que es capaz de admitir que no sabe algo. Pregúntale a cualquier persona cuál es la definición de una buena persona o como ser feliz. Es poco probable que admita nunca haber pensado en eso.
Similarmente, es difícil admitir que nunca hayamos considerado la idea de si existe un Dios y si Él habló en el Monte Sinai o no. O admitir que cuando se trata del libre albedrío, lo hemos estado ejerciendo pero que no sabemos de qué se trata.
Sé flexible en tu toma de decisiones. Mantén la mente abierta cuando otra persona te muestre nueva evidencia e intenta estar dispuesto a cambiar en base a la nueva información. Anda donde quienes saben más que tú. Respeta sus consejos. ¡No juegues con tu vida!