Todos hemos experimentado en algún momento algo tan fascinante que nos sentamos en la punta de nuestros asientos. Puede haber sido un paseo en la montaña rusa, un conferencista brillante o un paisaje sobrecogedor. En ese momento, estábamos totalmente comprometidos con la emoción de vivir.
Es por eso que una crisis —a pesar de que produce miedo— es tan estimulante. Porque demanda de nosotros un 100% de atención, la fusión de la mente y el corazón. Imagina si pudieras reproducir esa sensación cada día de tu vida, ¡sería increíble!
El Camino #43 es Mityashev libó betalmudó, ‘asienta los estudios en tu corazón’. Esto significa que cuando comienzas cualquier actividad, no sólo debes llevar a tu cuerpo, sino que debes asegurarte que tu mente y corazón también estén allí. Debes conectar tus necesidades emocionales con tu apreciación intelectual, ya que de otra manera, todo lo que obtendrás de la vida será una experiencia a medias.
Debes estar completamente absorto en lo que sea que estés haciendo. No importa si estas estudiando geometría, cocinando la cena o educando a tus hijos, ¡debes fascinarte! Porque cuando estamos fascinados, tenemos una mayor captación y retención, y al final haremos un mejor trabajo.
La razón por la cual frecuentemente carecemos de fascinación es porque no nos enfocamos en el beneficio que obtendremos.
¿Podrías disfrutar de una clase sobre carburadores de autos? ¿Una detallada descripción de cómo la gasolina se mezcla con el aire para generar combustión? Quizás es interesante por cinco minutos, pero luego zzzz…
Ahora imagina que te quedas estancado en el desierto con el carburador roto. Si alguien te ofrece una detallada clase sobre carburadores, tú dirías: “¡Wow! ¡Fascinante! ¡Habla lento porque quiero tomar nota!”.
¿Qué es lo que hizo cambiar tu perspectiva?
Los carburadores repentinamente se hicieron relevantes. Algo que es muy aburrido en un momento puede ser totalmente fascinante al instante siguiente si percibimos su importancia en nuestras vidas.
Fíjate cómo nos detenemos a leer una propaganda que dice: “Gana un millón de dólares. Garantizado”. Ciertamente prestaremos atención, ¡estamos interesados!
Entonces, la próxima vez que alguien te presente alguna información nueva, no digas: “¿A quién le importa?”. En lugar de eso, conéctala con tus deseos. Define: ¿Por qué quiero saber acerca de eso? ¿De qué manera eso es relevante en mi vida? ¿Cómo puedo integrar esa idea en forma práctica?
Una vez que te comprometes a aplicar la sabiduría, verás cuán fascinante puede llegar a ser.
Aprende de tus éxitos. La “fascinación” te ha golpeado en el pasado. Descubre por qué un tema tan árido como la biología de repente se volvió fascinante. ¿Qué pasó? ¿Qué te llevó a conectarte con su belleza?
La clave es descubrir cómo la idea intelectual le habla a tus emociones. Hay verdades espirituales sumamente profundas en la biología, como por ejemplo la simetría artística de los organismos, la unidad holística de la naturaleza, etc. Entonces, no te limites solamente a la información intelectual. Ve un paso más adelante y descubre las realidades metafísicas que son paralelas a tu mundo diario.
Esto funciona incluso con los aspectos más mundanos de la vida. ¿Alguna vez te fascinó podar el césped? Hasta que una vez, de repente, ¡comienzas a hacer dibujos en el césped! Descubre qué fue lo que ocurrió. ¿Qué te atrapó? ¿Estabas en un estado de ánimo en particular que sentiste que querías jugar con eso? ¿Había algún significado básico de la vida que sacaste de eso?
En lugar de sufrir, ¡enfócate en esto cada vez que cortes el césped!
Como ejercicio, piensa acerca de dos ocasiones en las cuales quedaste fascinado con algo que generalmente no te interesaba. Averigua por qué repentinamente diste un vuelco. Ahora toma la respuesta y utilízala para la vida. Si encuentras que la vida es aburrida, esto hará que tu creatividad fluya de nuevo. Si funcionó una vez, puede funcionar de nuevo.
Los niños viven en un estado natural de asombro; piensan que todo en la vida merece atención y que de todo se puede aprender algo. Para recuperar ese asombro de niño, averigua qué es lo que más te fascina en la vida. ¿La tecnología? ¿La naturaleza? ¿Las relaciones interpersonales? ¿La sociedad? Haz una lista de las diez cosas que más te fascinan.
Presta atención al mundo que hay a tu alrededor. Constantemente ocurren cosas fascinantes. Intenta identificar esas cosas en tu experiencia diaria. Guarda tu lista de los “Top 10” a mano para poder “darte una carga de fascinación” cuando lo requieras.
Sé proactivo y busca situaciones fascinantes. Una persona que está buscando oro tiene más posibilidades de encontrarlo que alguien que simplemente está escalando una montaña. Si estás buscando fascinación es más probable que la experimentes.
Podemos aprender mucho al observar lo que le fascina a otros. ¿Qué clase de película es un éxito garantizado? Noventa asesinatos en una sola película, ¡Wow! ¡Eso es un asesinato por minuto! ¿Por qué todos sintonizan CNN para ver un avión estrellándose, un tornado o casas derrumbadas? La gente ama las historias de guerra, terror, fama, detectives. ¿Por qué tanta fascinación por eso? ¿Cuál es el denominador común? ¿Qué es lo que esto nos dice acerca de la naturaleza humana?
Esto no es una aprobación de esos temas, sino que es más bien una observación sobre cuáles son las cosas que capturan la fascinación del mundo occidental moderno.
Ahora compara esto con tu propia lista. ¿Qué cosas te estás perdiendo? ¿Cómo puedes evitar las trampas en las que otros están cayendo?
Fascínate con cada ser humano al menos por un momento. Un enigmático misterio de la vida está pasando justo a tu lado. ¡Presta atención!
No trates a las personas como objetos. Si consideras que el vendedor del negocio es un elemento cuya función es facilitarte la compra, eso no te inspirará mucho interés. En lugar de eso, desarrolla tu sentido de la curiosidad y elabora algunas preguntas amigables. ¿Te gusta tú trabajo? ¿Hace cuánto tiempo trabajas aquí? ¿Ha sido un día ocupado? ¿Estás al comienzo o al final de tu turno?
Sé amigable, abierto y muestra interés. Eso llenará tu vida de personajes interesantes.
Si alguien se fascina más con películas y novelas que con la vida misma, es una señal de que algo está mal. Él está viviendo indirectamente, escapándose de sí mismo y de su potencial. Es una pena estar más fascinado con los personajes de una novela que con los verdaderos seres humanos. Para que tu vida valga realmente la pena, ¡fascínate con la realidad!
Debes darte cuenta que la mayoría de las cosas a las que prestamos atención son ilusiones. No nos enseñan nada acerca de la vida. Un programa de TV, una novela o incluso un diario. ¿Qué aprendes realmente? ¿Puedes aplicar algo de esto a tu vida? Terminas la novela y dices: ¡Esos personajes eran fascinantes! Piensas que tu vida ha cambiado, pero ¿cuánto te enseñó realmente acerca del significado de la existencia? El libro fue fascinante, pero ¿has aprendido sabiduría para vivir? No necesariamente.
Intenta canalizar tu curiosidad natural hacia una conexión con personas reales. La vida misma es más fascinante que cualquier juego de vídeo. ¡Sólo necesitas aprender cómo funciona!
Una buena manera de estar fascinado es conociendo a la persona más interesante que jamás hayas visto. ¿Sabes quién es? ¡Tú! Entonces, siéntate y conversa contigo mismo. Pregúntate: ¿Para qué vivo? ¿Hacia dónde estoy yendo?
Muchas personas carecen de fascinación porque no tienen claro qué quieren de la vida. Si tienes metas claras entonces estarás mucho mejor equipado para ver el valor que hay en cada experiencia.
Imagina a alguien que tiene una gran ambición de ser médico. En la secundaria toma cursos introductorios, lee muchas revistas de medicina, es voluntario en el hospital local y se hace amigo de muchos médicos. Está totalmente enfocado. Cuando termina la secundaria, ya habla como un doctor, entiende los procedimientos básicos y ha desarrollado un hábito de atención y visita de pacientes, ¡todo esto mucho antes de ingresar a la escuela de medicina!
Si una persona sabe lo que realmente quiere de la vida, entonces encontrará los caminos y medios para llegar hasta allí. Y se fascinará con cualquier cosa que esté remotamente relacionada con esa meta.
Ten una dirección clara. Conoce lo que quieres. Repasa el itinerario de tu vida. Tu deseo es dominar la vida, no andar por ella a tropezones. Recuerda, eres ambicioso, deseas grandeza. Ese es tu anhelo interno. Las horas que pasas divirtiéndote están robando tu grandeza. Seguro que es divertido, pero sabes que no es el camino hacia la grandeza.
No esperes hasta que te aburras de tu trabajo. No te la pases simplemente “pasando el rato”, yendo a la deriva por la vida. Busca ver hacia dónde está dirigiéndose tu vida y traza el camino. Fascínate. Alcanza tu meta.
Cultiva tus intereses naturales. Si no estás decidido acerca de qué carrera estudiar, toma la opción que más te llame la atención.
Nuestros sabios dicen: “La persona siempre debe estudiar lo que su corazón desea”. Si aprecias el tema, entonces estudiarlo se convertirá en una experiencia agradable. Es más, el entusiasmo por un tema se pasa a otro y te ayuda de esa forma a que sea más fácil estudiar los temas menos fascinantes.
¿Tienes dificultad para abrir un libro? Observa el índice y elige un capítulo que te motive. Utiliza tu deseo natural como una vía de entrada para involucrarte en algo que de otra manera sería un tema demasiado denso.
Lo mismo se aplica al estudiar sabiduría. ¿Estás abrumado por la magnitud de la Torá? Para comenzar, elige un tema que te fascine. Puede ser cómo hacer jalot, cómo escoger un cónyuge o cómo amar a la humanidad. Con 613 mitzvot de las cuales escoger, ¡deberías encontrar por lo menos una!
Para poder fascinarnos con la verdad y la sabiduría, debemos entender que nuestra esencia es un alma, no un cuerpo. Esto te ayudará a no perder el tiempo en frivolidades. Comer está bien —obviamente tienes que alimentar al cuerpo y “el sabor” es sin duda un placer maravilloso—, pero no te pierdas en la comida. Sabes que eres un alma, a la que le fascina la sabiduría, la vida y el misterio de la existencia. Abre el próximo capítulo. ¿Qué será? Eres un alma encerrada en un cuerpo. ¡Qué emoción!