Adaptación Rav Gabriel Guiber
La Hoja

La Hoja Ki Tetze

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LA GRANADA

Una de las costumbres de todo el pueblo de Israel es comer “rimon” (granada) en la comida de las noches de Rosh Hashana, y pedir “que sea la voluntad de Hashem que nuestros méritos sean tan numerosos como las semillas del rimon".

Posteriormente, durante los “diez días de arrepentimiento”, en nuestros rezos también pedim os: “Avinu Malkenu, inscríbenos en el libro de los méritos”. Así pedimos y gritamos a “boca llena” uno 8 pedidos más importantes, que sean tenidos en cuenta para el gran juicio, la mayor cantidad de méritos que sean posibles.

Vemos como tan trascendental este pedido, a tal punto que nos obliga a hacer todo lo que esté a nuestro alcance para aumentar más y más en méritos, en especial en estos días, cuando nos vamos acercando a Rosh Hashana. Por eso, particularmente en estos días, aunque generalmente debería ser también así durante todo el año, buscamos la forma de fortalecernos en el cumplimiento de los preceptos, y evitar que el ietzer hara se interponga y nos saque de las manos la posibilidad de crecer espiritualmente. El rab hagaon Israel Salanter ztz”l, en su libro “Or Israel”, nos mostrará cuán grande es la recompensa por el cumplimiento de los preceptos y cómo sacarnos de encima al ietzer, inyectándonos el deseo, las ganas de cumplir con la voluntad de nuestro Creador.

Dice la Mishna en el tratado de Avot (2,1): “serás meticuloso en el cumplimiento de los preceptos fáciles y difíciles, ya que no sabés cuál es la recompensa que corresponde a cada precepto”. Muchos de los explicadores se refirieron a esta Mishna con un ejemplo de Jazal:

Un rey deseaba tener un gran jardín que tuviera todas las plantas y flores del mundo. Reunió a sus sirvientes y les dijo que por cada planta o flor que consiguieran recibirían una recompensa, pero, por las especies que al rey, personalmente, más le gustaban, recibirían un premio mucho mayor. Todos les pidieron al rey que les revelara cuáles eran las plantas o flores que más le gustaban, pero el rey no les dijo nada, porque sabía que si conocían su secreto, todos correrían a traer solamente de las clases que recibirían mayor premio, y su jardín no tendría todas las especies del mundo como era su deseo.
 

Así escribió Rabenu Iona en su explicación al tratado de Avot. Si Hakadosh Baruj Hu nos mostrara las recompensas de cada precepto, las personas cumplirían las que darían mayor recompensa, dejando de lado las que les harían obtener una recompensa menor, de forma que no existiría en el mundo una “persona íntegra” que cumpliera con todos los preceptos. Por eso, lo ideal es intentar cumplir con todos los preceptos, ya que no sabemos cuál es fácil o cuál difícil (hablando de recompensa). Y en nombre del Rambam, explica sobre “que no conocemos cuál es la recompensa de cada uno de los preceptos”, que nos quiere decir que no tenemos idea, que no podemos siquiera imaginar la magnitud de la recompensa del más simple de los preceptos, por eso, no dejemos es

Un ejemplo de la recompensa que obtenemos por un precepto sencillo, dice Rabenu Iona, lo encontramos en el precepto de “shiluaj haken” (al encontrar un nido de pájaros en el camino, la Tora nos ordena espantar a la madre y tomar los huevos o los pichones), algo que no requiere un esfuerzo físico ni tampoco un desembolso de dinero, y está escrito sobre él: “para tu bien y para que se alarguen tus días”, y agregaron Jazal: para tu bien, en el mundo en el que todo es bueno, y para que se alarguen tus días en el mundo en el que todo es amplio. Y si así hablamos de un precepto de los simples, qué podemos decir sobre la recompensa que nos espera por el cumplimiento de un precepto de los difíciles!! (Shaare Teshuva 3,10)

Jazal nos abren ahora las puertas para recibir una idea del tesoro que tenemos preparado en el mundo venidero. Intentemos entender qué es el mundo en el que todo es bueno y el mundo en el que todo es amplio. Nos ayudará ahora el rab hagaon Eliahu Desler ztz”l con su libro “Mijtav Meeliahu” que se refiere a otra Mishna del Pirke Avot (cap. 4) que dice que “es más linda una hora de satisfacción espiritual (korat ruaj) del mundo venidero que toda la vida en este mundo”. Korat ruaj, dice el rab Desler, es la más pequeña de las satisfacciones, como por ejemplo, lo que siente una persona pobre que pasó varios días sin comer nada, y al pasar por la casa de una persona adinerada, lo invitan a sentarse en la cocina de la casa para que coma todo lo que desee. Esta satisfacción que nosotros vemos como casi “indescriptible” es parecida a lo que se llama “korat ruaj”, y la Mishna nos dice que es la satisfacción más pequeña de la que se puede gozar en el Olam Haba y es más grande que toda la vida del Olam Haze!

Y si vamos a preguntar, qué incluye toda la vida de este mundo, contesta el rab Desler que comprende a todas las satisfacciones que ocurrieron desde los seis días de la Creación del mundo hasta las que ocurrirán al final de los días. Para que entendamos esto agrega: si agrupamos todos los momentos de felicidad que tiene una persona en el transcurso de toda su vida, y se los hacemos sentir todos juntos en el mismo instante, su alegría puede llegar a ser inmensa. Si a esto le sumamos todas las emociones de todos sus parientes y amigos que tuvieron durante todas sus vidas y se las hacemos sentir todas juntas a esta misma persona, la satisfacción se escapa de todo cálculo. Si todavía no nos alcanza, podemos sumarle las alegrías de todas las personas de su país o incluso de todas las personas de su generación que viven sobre el mundo, instalarlas en su corazón en un solo instante, y llegamos a una satisfacción que no tiene medida.

Una sensación de felicidad semejante, imposible de imaginar, no alcanza a llegar a la cantidad de la que habla la Mishna: “toda la vida de este mundo”, ya que esta incluye las satisfacciones de toda la gente que vivió, vive y vivirá sobre la tierra desde su principio, en los días de la Creación, hasta la llegada del Mashiaj Tzidkenu, al final de todas las generaciones. Si juntamos todas esas sensaciones en un solo momento y se las brindamos a una sola persona, esta alegría será menor que una satisfacción pequeña de “korat ruaj” en el Olam Haba!!!

Logramos saber qué es el mundo en el que todo es bueno. Recordemos que todo ese bien se da en el mundo en que todo es amplio. ¿Cómo podemos lograr entender algo sobre la amplitud de ese mundo?

Para interpretarlo, Jazal nos proponen imaginarnos un pequeño pájaro, que intentará alisar la montaña más alta del mundo. Para este fin, una vez cada cincuenta años, llega a la cima, recoge un puñado de tierra (no exactamente un puñado, sino un poquito que puede alojar en su pico) y lo arroja al mar! Si su trabajo lo hace con constancia, al cabo de algunos cientos o miles de años logrará cumplir con su objetivo. Todos comprendemos que retirar un poco de tierra cada cincuenta años para “alisar” la montaña, llevará mucho, pero mucho tiempo. Y el mundo en el que todo es amplio habla sobre un tiempo mucho mayor que el que estamos tratando de imaginar.

Ahora estamos en condiciones de hablar de la recompensa que podemos obtener con el cumplimiento de los preceptos. El precepto que ya nombramos, “shiluaj haken”, es de los más fáciles para cumplir, y sobre él la recompensa es el bien, que es seguramente más que “korat ruaj”. Pero este bien no se nos da solamente durante una pequeña hora sino con un aumento en nuestros días, en el mundo en que todo es bueno y todo es amplio. Esto nos enseña las dimensiones a las que puede llegar la recompensa de un precepto que requiere un esfuerzo físico o monetario, que nos exige “molestarnos”. Y de un precepto simple y de uno difícil, aprendemos que el premio por el estudio de la Tora no tiene medida, ya que está “frente a todos” los preceptos!!!

Y cada uno de los preceptos, cuando lo cumplimos en medio de dificultades, o con algún sufrimiento, multiplica su recompensa por cien, como estudiamos en el Avot de Rabi Natan: “es más grande un precepto cumplido con sufrimiento que cien cumplidos sin sufrimiento”.

Pensamientos como éstos pueden ayudarnos mucho, fortalecernos para salir exitosos en el cumplimiento de la voluntad de Hakadosh Baruj Hu y poder superar las pruebas a las que nos somete. Cuando aparecen dificultades que quieren impedirnos el cumplimiento de algún precepto o cuando nos sentímos “débiles” o sin ganas, es muy bueno pensar en la recompensa que nos espera si salvamos la dificultad. Podemos decirnos: ¿estamos dispuestos a dejar pasar la oportunidad de obtener un tesoro en oro y plata solamente por un pequeño obstáculo en el camino o porque no tenemos ganas de movernos? Seguro que no. Entonces, tampoco conviene perder el enorme premio que nos espera por cumplir preceptos simples o difíciles. Y como no sabemos qué precepto es simple y cuál no, debemos correr a cumplir todos por igual. Y en especial después de haber visto que por el cumplimiento de uno simple la recompensa es incalculable...

Y si tomamos conciencia sobre estas palabras y cumplimos con fuerza las palabras del “tana”: serás meticuloso en el cumplimiento de los preceptos fáciles y difíciles..., llegaremos a Rosh Hashana “llenos” de preceptos como el rimon. Igualmente, todo esto acompañado con la alegría de poder servir al Todopoderoso, de cumplir con su voluntad y saltar de precepto en precepto, para que se cumplan nuestro deseos que son también los deseos del Todopoderoso, para que tengamos un año bueno y dulce, en el que Hashem cumplirá Su Promesa al pueblo del que podrá sentirse orgulloso, y Hashem nos dará todo lo bueno y alargará nuestros días en el Olam Haze y en el Olam Haba.


Lekaj Tov.

 

Leiluy Nishmat

Israel Ben Shloime   z”l

Lea (Luisa) Bat Rosa    Aleha Hashalom

Iemima Bat Abraham Avinu    Aleha Hashalom

Rajel bat Shlomo    Aleha Hashalom

Rina bat Matilde    Aleha Hashalom

 

Consultas: gabrielgiber@gmail.com