Mijael Polaj
Entendiendo el JudaĆ­smo

El baculo se tranformo en serpiente

First slide

Parashat Bo

Tratemos de entender mejor la verdadera ubicación del hombre en el mundo por medio del mensaje que nos enseña esta parashá.

La Torá comienza esta semana con la siguiente "orden":

¡Bo el Paró...! Si pudiéramos traducir esta expresión diríamos, "Ven hacia Paró". Moshé está lejos del Reinado del Faraón en todo aspecto, tanto en lo espiritual como en lo material. Moshé también está lejos del lugar del reinado, entonces por qué HaShem le ordena  ¡VEN!, tendría que decir anda donde el se encuentra.

Veamos como se desarrollan los eventos:

El nivel mas bajo de moral en todo aspecto, y el lugar mas inmundo e impuro del mundo era Egipto. Nos explican nuestros sabios que la palabra Mitzrayim viene de la raiz TZAR que significa estrecho, MEITZAR – estrecheses. No solo que vivían “apretados”, presionados por el caudillo que los esclavizó, sino que perdieron su derecho a decir NO, y la presión era constante.

Trabajaban día y noche, les daban actividades de mujeres a los hombres y de hombres a las mujeres, los forzaban a hacer trabajos peligrosos de los que no sabían si volverían vivos o no y lo mas terrible, con una total falta del descanso.

El Faraón y su corte se encuentran en un castillo hechizado, animales salvajes protegen las entradas y fuertes guardias no permiten el ingreso. Y después de todo esto, HaShem le ordena a Moshé ¡Ven!, ¿a este palacio, a hablar con este soberano?

Expica el Rebe de Kotzk, “No está escrito “ve” donde el Paró, sino que VEN, porque uno no se va de HaShem Bendito Sea, por cuanto “todo el mundo es su honra”, sino que, Bo – VEN CONMIGO, por que Yo estoy contigo. “

El lugar de Moshé es otro, la dimensión en la que el vive es otra. Moshé es capaz de “tomar nuevamente la serpiente por su cola”, esta serpiente que es el najash hakadmoni, la misma serpiente que vemos en Bereshit que engaña a Java y la hace comer del fruto prohibido, la representación del yetzer harra – el mal instinto, del malaj hamavet – del ángel de la muerte, y convertirlo nuevamente en el báculo, este báculo que le fue entregado a Adam Harrishon, que robó Eisav de Nimrod, que fue sacado por Yitro de Egipto y clavado en la tierra de Midian. Solamente Moshé tuvo la fuerza de sacarlo, para hacer con él las señales ordenadas por El Creador del Mundo delante de la corte egipcia.

Los egipcios tenían el poder de hechizar la materia y por medio de brujería transformarla, pero siempre llevándola a un nivel mas bajo y mas depravado, como de madera a serpiente. Subirlo nuevamente a un nivel de santidad, en el cual hay un dominio espiritual de de la materia, no podían. En el trabajo espiritual de la persona, este concepto lo conocemos como “Veahavta et HaShem Elokeja bejol lebabja” – literalmente Y amaras a HaShem tu Di-s  con tus dos corazones, con tus dos instintos (el bueno y el malo), para poder hacer la avodá, el trabajo que HaShem nos ordena, mejorandonos para llegar a un nivel espiritual mas alto, doblegando al mal instinto – el yetzer harrá -  y ocupándolo para el bien. Esto es Ven, ven a Mi. Así también Ha Shem nos ordena a nosotros a acercarnos a El, Shuvu Elay, Vuelvan hacia Mi, aprendemos que El esta siempre con nosotros, Como dice Slomo Hamelej A”H en Mishle Bejol drajeja daehu(Mishle- 3) en todos tus caminos conéctate con El, El esta siempre con nosotros, pero a nosotros nos falta conectarnos.

Am Israel tiene la fuerza que Moshé Rabenu nos legó. Todos somos atrapados en algún momento por el yetzer hara -instinto del mal-, diríamos que es casi inevitable, estas son las pruebas que debemos pasar en este mundo. Pero la grandeza del Yehudí está en saber agarrarlo por lo cola, (como Moshé hizo con la serpiente)  y volver a convertirnos en seres humanos. En la vida caemos muchas veces, pero tenemos la capacidad de levantarnos y seguir caminando siempre hacia delante. ¿Y de donde sacamos esa fuerza? De las enseñanzas de nuestro querido Moshé Rabeinu.