Rav Avigdor Miller sobre los beneficios del clima frío
Pregunta:

¿Cómo nos beneficiamos de este frío?

Respuesta:

Los beneficios del clima frío son enormes.

El clima frío hace que la tierra deje de producir. Si la tierra continuara produciendo todo el año, consumiría todos sus recursos, todos sus nutrientes y energía. Y es por eso que los desiertos se encuentran en climas cálidos. No encontrarás desiertos en climas fríos. Porque en climas templados la tierra siempre tiene la oportunidad de recuperar sus poderes. Sin embargo, en los climas cálidos, a veces el sol brilla continuamente con tanto calor, y la tierra continúa produciendo y produciendo hasta que se vuelve árida y finalmente pierde toda su energía.

Así que el clima frío es mamash a yeshuah una redención, un salvavidas. El clima frío es la razón por la que el año que viene habrá cosechas nuevamente. Las cosechas son el resultado del clima frío que le dio a la tierra la oportunidad de recuperarse.

Así que el próximo verano, cuando estés a punto de morder un delicioso durazno, recuerda agradecer a Hakodosh Boruch Hu por el invierno frío que preparó la tierra para darte este durazno. Y cuando camines hoy en el frío, recuerda agradecer a Hashem por todas las frutas deliciosas que el clima frío está preparando para ti, como los citricos con la gran cantidad de vitaminas que te proporcionan.

Ya sabes, la tierra utiliza toda su energía para producir para nosotros. Pero cuando llega el frío, todas las hojas caen al suelo. Y las hojas son fertilizante. Después de un tiempo se descomponen en el suelo. Y entonces llega el tiempo frío y ya no hay más crecimiento. Todo deja de crecer. La tierra deja de producir. ¿Qué hace la tierra? Recicla. Recicla toda la energía que había perdido y la tierra se vuelve fértil una vez más. Y ahora, en primavera, está lista para producir de nuevo. Así que el frío es en realidad un salvavidas para nosotros. Sin frío habría desiertos por toda América. Pero los desiertos secos se encuentran sólo en las zonas con climas cálidos como el Sahara o los desiertos árabes porque el sol brilla allí todo el año.