Rav Yosef Bitton
Tora y Halajá

Resumen de la Parasha Tezave

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RESUMEN DE La Parashá TETSAVE

MENORA

Dios ordena que se use el aceite de oliva mas refinado para encender diariamente la Menora, el candelabro de oro que estaba en el interior del tabernáculo.

LAS ROPAS DE LOS COHANIM
Moshé recibe la indicación de consagrar a Aharón y a sus hijos como sacerdotes vistiéndolos con ropas especiales. La Torá explica cómo hacer el Efod del Sumo Sacerdote. El Efod es una prenda muy elaborada que usaba el Sumo Sacerdote (entre un chaleco y un delantal) sobre la cual descansaba el Joshen (ver más adelante). El Efod estaba tejido con hilos de oro, violeta y escarlata, y estaba hecho de lino fino y bordado con un elaborado tejido de hilo dorado. Luego la Torá describe el Joshén o pectoral que el Sumo Sacerdote vestía por encima del Efod. Este pectoral contenía cuatro filas de piedras preciosas, cada fila contenía tres piedras (urim vetumim, "luz y verdad" , que está representado por ejemplo, en el escudo de la univerdiad de Yale. Ver imagen arriba). Los artesanos grabaron los nombres de las 12 Tribus de Israel en estas doce piedras. El Joshén estaba asegurado con correas que lo conectaban al Efod.

EL TEJELET
Luego la Torá menciona al me’il, una túnica de color violeta (en la tradición sefaradí el color tejelet no es azul o celeste sino “violeta») que estaba adornada con campanillas de oro y granadas. Luego se describe el tzitz, como una vincha o banda dorada que se usaba en la frente, y en la cual estaban grabadas las palabras “Consagrado para Dios». Luego, la Torá describe las cuatro prendas que usaban tanto el Sumo Sacerdote como los sacerdotes regulares: túnicas, turbantes, fajas y pantalones.

CONSAGRACION DE LOS SACERDOTES
La Torá indica la ceremonia que se debe llevar a cabo para consagrar a Aharón y sus hijos como sacerdotes. Aharón y sus hijos serán llevados a la entrada del santuario, se sumergirán en una mikve (baño ritual) y vestirán las ropas sacerdotales. Luego Moshé deberá ofrecer varios sacrificios inaugurales . Esta ceremonia se repetirá durante un período de siete días, después del cual la consagración estará completa. También se incluye en esta sección una descripción de cómo los futuros Sumo Sacerdotes serán consagrados en sus funciones.

QORBAN HATAMID Y QUETORET
Dios instruye a los judíos a ofrecer dos sacrificios diarios ininterrumpidamente: un cordero por la mañana y otro por la tarde. Estos sacrificios deberán ser realizados en el Tabernáculo incluso en Shabbat o Yom Kippur. Y por último la Torá describe el Quetoret o incienso que se ofrecía sobre un pequeño altar de oro puro que se encontraba en el interior del Santuario, cerca de la Menorá. Los sacerdotes estarían a cargo de producir el quetoret sobre este altar dos veces por día.

QUETORET
El perfume de Jerusalem

La Torá menciona la preparación de el Quetoret (Ketoret HaSamim) en español, “incienso” en nuestra Parashá Tetsave (Shemot, Éxodo 30:34 ). El incienso es un humo que se prepara con ciertas especias que al ser quemadas producen un aroma muy agradable. La Torá solo menciona 4 de los 11 elementos que se utilizaban en la preparación del Quetoret. Los otros 7 elementos son mencionados por el Talmud en el tratado de Keritut, que leemos todos los dias en nuestra Tefilá (2 veces en Shajarit y 1 vez en Minjá). 

Pero, ¿qué por qué se necesita una explicación tan extensa para algo aparentemente tan sencillo como el incienso? El tema más complicado es identificar cuáles eran esos 11 elementos que se usaban para preparar el Quetoret. La identificación de estas especias, luego de la destrucción del Bet haMiqdash, ha sido objeto de múltiples debates, teorías y especulaciones. Esto no solamente ocurre con las plantas del Quetoret. Lo mismo pasa con otras plantas, piedras preciosas o animales mencionados en la Torá. Como ilustración les cuento que el muy estimado Doctor Rab Isaac Betech de México ha escrito un fascinante libro que se llama: “El enigma del Shafán”, con un objetivo fundamental: identificar este animal Bíblico (popularmente traducido como «conejo» o «liebre»). Con un objetivo similar el Rab Portaleone, por ejemplo, dedica 11 capítulos de su libro a este tema. Incluyendo 13 páginas para intentar identificar la primera especie del Quetoret: el Tsorí.

Pero antes de profundizar en estos detalles, les contaré un poco más acerca de la Mitsvá del Quetoret.

368 PORCIONES 
Los 11 elementos, cada uno en su exacta medida, se mezclaban en un preparado especial una vez por año, al comienzo del mes de Nisán. Este preparado se molía a mano y se dividía en 368 porciones (manim) de aproximadamente 1/2 kilo cada una. Cada mañana y cada tarde, durante los 365 días del año solar, se quemaba media porción del Quetoret, luego del sacrifico diario.

En Yom Kippur, en el momento más sagrado del día, el Gran Sacerdote ingresaba al Sancto Sanctorum (Kodes HaKodashim), donde ningún otro hombre ingresaba durante el resto del año, y realizaba allí la Mitsvá del Quetoret. Pero a diferencia de los demás días del año, en Yom Kippur en lugar de usar media porción del Quetoret se usaban tres porciones completas. Y estas porciones, que eran sostenidas en la mano del Gran Sacerdote, tenían que ser molidas con mucha más intensidad que las porciones diarias (Daka min HaDaká).

El Quetoret diario se quemaba sobre un altar, relativamente pequeño y exclusivo para esta función: el Mizbeaj haZahab, el altar de oro que estaba en el Hejal, un recinto interior del Templo.

EL SECRETO DEL QUETORET 
Mientras el Quetoret se consumía, su humo impregnaba de un aroma dulce e inigualable al Bet haMiqdash. Y lo más bonito es que el aroma del Quetoret no sólo se sentía en el Bet haMiqdash sino en todo Yerushalayim. ¿Cómo era esto posible? En primer lugar la fragancia era muy intensa. Los elementos que se usaban en la preparación del Quetoret, la mayoría de los mismos eran plantas o resinas, no eran de uso común sino que eran muy escasos (e increíblemente caros!).  

Pero había algo más: una familia en Yerushalayim, los Abtinás, encargados de preparar el Quetoret, conocían la “fórmula secreta” del Quetoret, que consistía en la manera artesanal en la que se molía y se mezclaban las especias del Quetoret. Ellos también conocian la identidad de una misteriosa plantita llamada en hebreo “ma’ale ‘ashán” (=elevador de humo).

 Unas pocas hojitas de esa planta hacían que el humo del Quetoret subiera verticalmente, lo cual era requerido ritualmente. El humo del Quetoret s elevaba y luego su incomparable fragancia del Quetoret descendia por toda la ciudad de Jerusalem, lo que es hoy la Cuidad Vieja. La fragancia del Quetoret era el perfume habitual que uno sentía en Yerushalayim, y era parte de lo que hacía de nuestra ciudad capital que fuera tan hermosa y especial.

Se cuenta que los viajeros que llegaban a Yerushalayim desde el sur, Yerijó (Jerico) podían darse cuenta que estaban cerca de nuestra ciudad capital porque coemnzaban a percibir el inigualable aroma del Quetoret.

El Midrash también afirma que en Yerushalayim, las novias no necesitaban usar perfumes ni siquiera en el día de su boda, porque la deliciosa fragancia del Quetoret superaba cualquier otro perfume que alguien pudiera usar.