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Juzgar para bien

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"Yehoshua ben Perajiá solía decir: hazte un maestro, adquiere un amigo, y juzga a los demas con el beneficio de la duda."

Juzgar con el beneficio de la duda es, en primer lugar, uno de los 613 preceptos de la Torá y se podría considerar también como uno de los elementos más importante de la moralidad judía.

Este principio merece ser analizado en profundidad y con paciencia. Por lo tanto dedicaremos más de un día a explorarlo y entenderlo bien. 

Primero, vamos a definir este concepto como lo refleja PIRQUE ABOT y dar algunos ejemplos. Segundo, BH mañana, veremos dónde y cómo aparece en la Torá. Y tercero, escribiremos sobre las excepciones, es decir, en qué circunstancias NO debemos juzgar con el beneficio de la duda.  

Juzgar con el beneficio de la duda significa que cuando no conozco todo el escenario, o todas las circunstancias alrededor de un hecho que me parece mal, no me apresure a juzgar ese hecho o a la persona involucrada, negativamente, sino que trate de buscar atenuantes, posibles razones o escenarios que justifiquen esa acción que me parece mal. 

Ejemplo:  alguien llega tarde a una cita conmigo. Existen dos posibles formas de reaccionar antes de conocer los hechos.  Una, que yo juzgue a esta persona negativamente y piense en mis adentros que es un desconsiderado, negligente e irresponsable. La segunda opción, es que yo piense en mis adentros que seguramente algo más allá de su control habrá sido la causa de su retraso y me diga a mí mismo: seguramente hubo mucho trafico o no encontró un lugar para estacionar su carro, etc.  Esto último es juzgar con el beneficio de la duda. 

En este punto no importa cuál es la verdadera razón por la cual esa persona llegó tarde. Ahora estamos analizando mi reacción inicial, mi carácter, para determinar si yo juzgo a los demás de una manera crítica o si los juzgo con el beneficio de la duda.  

Debemos saber que, por lo general, tendemos a juzgar a los demás por sus acciones y a nosotros mismos por nuestras intenciones. Lamentablemente no estamos "programados" para juzgar con el beneficio de la duda, sino que por una cuestión innata o adquirida, somos más bien desconfiados. La Torá, sin embargo, nos invita a cambiar esta actitud, "re-programarnos" y juzgar a los demás con altruismo. 

Otro ejemplo: Estoy dando una importante conferencia y  al final del salón veo a un conocido hablando sin parar con otra persona que desconozco. Al terminar me acerco para reprocharles  su mala conducta, pero antes de que pueda pronunciar una palabra me dice: "Te presento a mi primo Gerard, de Paris. Le estuve traduciendo toda tu conferencia palabra por palabra. Le encanto".  Yo sólo vi a dos personas hablando, inteerumpiendo mi conferencia, y lo primero que cruzó mi pensamiento es que eran dos individuos desconsiderados.... No los juzgué con el benefico de la duda. 

Juzgar con el beneficio de la duda, en hebreo Lishpot le kav zejut consiste en desarrollar una disposición positiva y de confianza hacia las personas. No es un método para buscar la verdad, sino una actitud pata lograr y mantener una paz interior. 

 

"Yehoshua ben Perajiá solía decir: hazte un maestro, adquiere un amigo,  y juzga a los demas con el beneficio de la duda.  "

Juzgar a los demás con el beneficio de la duda es una Mitsvá de la Torá. ¿Dónde aparece esta Mitsvá? En el libro de Vayiqrá 19:15 dice: betsedeq tishpot 'amiteja, "con justicia juzgarás a tu prójimo". Los Jajamim explicaron así esta Mitsvá: 

Hay 3 categorías de personas: el hombre justo, el hombre malvado y el hombre medio. El justo o tsadiq es aquel que tiene un record impecable de buenas acciones. Esas personas que son más angeles que humanos. No son muchos. Digamos, el 5% del total. En el otro extremo tenemos a los verdaderos malvados, resha'im, aquellos individuos egoistas, con malas intenciones y con un prontuario y un record que los condena.   También serán un 5% de la población total (el libro "The sociopath next door", afirma que los sociópatas son el 4% de la población). Y luego tenemos a las personas promedio: nosotros, aquellos individuos que por lo general tenemos intenciones nobles. Hacemos cosas buenas, pero tambien nos equivocamos. A veces somos egoístas y a veces somos altruistas. Este es el 90% de la población.    

 

La Torá dice 3 cosas:

1. Al hombre justo, al tsadiq, tienes que juzgarlo con indulgencia. Incluso cuando percibas una situación sospechosa, mientras no tengas todas las evidencias frente a ti, juzgalo con el beneficio de la duda.

2. Al malvado, al que ya tiene un record de actuar con maldad, no le puedes dar el beneficio de la duda mientras no se arrepienta explicitamente y se corrija. Debes ser desconfiado, aun cuando parezca que quiere hacer algo noble (sobre este punto hablaremos más adelante).

3. ¿Y al hombre promedio? A la persona media debes juzgarla como si se tratará del  "tsadiq",  le darás el beneficio de la duda, a menos que se demuestre lo contrario.  En otras palabras, esta Mitsvá, "con justicia juzgaras a tu prójimo",  se debería leer más o menos así : " Juzgarás a tu prójimo (al hombre promedio) al igual que juzgas al justo (al Tsadiq)" . Así, de acuerdo a la Torá, debemos juzgar con indulgencia ¡a casi todas las personas! 


Dar el beneficio de la duda tiene sus grandes beneficios. 

Veamos por qué.

LESHON HARA: Cuando hablamos mal de otras personas (Leshón haRa), muchas veces lo hacemos repitiendo algo que escuchamos sobre esa persona, de lo cual es posible que ni siquiera tengamos evidencia. Si juzgamos a los demás con el beneficio de la duda, nos cuidaremos mucho más de no repetir "sospechas" o no darles crédito.  Si nos mantenemos en este principio evitaremos hablar Leshón haRa.

BAMIDDA SHEADAM MODED... "Con la misma vara que juzgamos a los demás, seremos juzgado en el cielo".  ¿Cómo queremos ser juzgados por HaShem, luego de 120 años? ¿Esperamos que nos juzgue con severidad, o con indulgencia? ¿Seguramente pretendemos que el Juez Supremo siempre encuentre un atenuante, una justificación para nuestros errores?   Los Jajamim explican que HaShem  nos juzgará con la misma vara que usamos para juzgar a los demás.  Si aprendimos a juzgar a los demás con el beneficio de la duda, así seremos juzgados por HaShem. 

Habria que agregar que no sólo HaShem nos juzga como juzgamos a los demás: por lo general nuestros gestos y actitudes se reflejan, son imitados por la gente que nos rodea: si quieres que las demás personas te juzguen con indulgencia, que no se apresuren a sospechar de ti, que no te condenen antes de tener toda la información en mano, entonces aprende a juzgar a los demás con el beneficio de la duda.