Rav Yehuda Levi
Pirke Avot

Pirke Avot Capitulo 6

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Capítulo 6

Introducción

"Enseñaron los Sabios mediante el lenguaje de la Mishná.  Bendito es quien los eligió a ellos y a sus enseñanzas".

La Torá sólo será encontrada en quienes no posean malas características y estén llenos de cualidades positivas e importantes.  Esto lo aprendemos del hecho de que los hijos de Israel antes de recibir la Torá debieron lavar sus ropas para purificarse de la impureza y de las suciedades que le impiden al alma comprender.

Los capítulos anteriores a éste, están repletos de importantes lecciones que acercan al alma a su Creador y la despiertan a Su servicio; y para que la misericordia Divina se despierte por las personas santas, se acostumbró comenzar a leer los Pirké Avot en los sábados anteriores a la entrega de la Torá.

Este capítulo habla solamente sobre el despertar a la Torá y el amor a ella.  Y a pesar de que en los cinco capítulos anteriores también encontramos muchas enseñanzas relacionadas con esto, en este capítulo sólo encontramos enseñanzas referidas a la Torá, para enseñarnos que el despertar a la Torá y el amor a ella, es el objetivo primordial de los capítulos anteriores, y a través de sus palabras nos despertaremos para adquirir la Torá.

Este capítulo es conocido con el nombre Kinián Torá (la adquisición de la Torá) para enseñarte que si la persona se reviste de buenas cualidades antes de entrar en el pacto de la Torá, ésta penetrará como el agua dentro de sus entrañas, y el hombre que la estudie se podrá dedicar a la Torá en el nivel más elevado.  ¿De dónde aprendemos esto?  De la historia de Rabí Akivá.  Cuando la hija de Kalbá Sabúa vió a un hombre recatado y modesto llamado Akivá, le dijo a él: \"Yo me casaré contigo si tú irás a estudiar Torá a la Ieshivá\".  Él acepto, y por cuanto que antes de ir a estudiar Torá él estaba colmado de buenas cualidades, al final llegó a ser el gran Rabí Akivá.  Y es por eso que este capítulo comienza con una enseñanza de Rabí Meir, su alumno, como veremos a continuación en la primer Baraitá.

(Basado en el comentario del jasid Rabí Iosef Iabetz, 1441 - 1507)  


Baraitá 1

"Rabí Meir dice: Todo el que se dedica a la Torá por la Torá en sí, es meritorio a muchas cosas y no sólo eso sino que se merece todo el mundo; él es llamado amigo, amado, quien ama a Di-s , quien ama a los creados, quien alegra a Di-s , quien alegra a los creados.  (La Torá) lo reviste de humildad y veneración, y le posibilita ser justo, piadoso, recto y fiel.  (La Torá) lo aleja del pecado y lo acerca a los méritos.  Y (las personas) se benefician de él mediante su consejo e ingenio, su inteligencia y su fortaleza, como está escrito: \'Yo (-dice la Torá-) tengo el consejo, el ingenio; Yo soy la inteligencia y la fortaleza\' (Mishlé -Proverbios- 8:14).  (La Torá) le brinda el reinado, el gobierno y el entendimiento de la ley.  Los secretos de la Torá le son revelados y se convierte en un manantial que fluye y en un río que no deja de brotar y correr.  A quien es recatado, paciente y perdona a quien lo avergüenza, (la Torá) lo engrandece y lo eleva por sobre todas las cosas\".

Generalmente nosotros no prestamos atención a las cosas que hacemos y tampoco tenemos conciencia del alcance que tienen nuestros pensamientos y nuestras acciones.

Aquí, Rabí Meír nos enseña que a pesar de que la persona pueda creer que al estudiar Torá y dedicarse a ella, se está preocupando sólo por sí misma - y en especial sólo por su intelecto - en realidad, esto es erróneo.  La persona que estudia Torá no sólo estudia la palabra de Di-s sino que también se ocupa del mundo que lo rodea, aún más de lo que otros piensan que ella se ocupa.  Citaremos un ejemplo solamente:  

"Todo el que se dedica a la Torá? él es llamado? quien ama a los creados?".  Por cuanto que él está apegado a su Creador y no le da extrema importancia a las cosas de este mundo, no siente en su interior celos de las cosas buenas que pertenecen a su prójimo.  Por consiguiente, él ama a su prójimo porque no tiene ningún motivo para odiarlo, puesto que así es la naturaleza del ser humano: el hombre ama a sus semejantes si no está influenciado por los celos, el deseo o la búsqueda de honor.

(Basado en el comentario del jasid Rabí Iosef Iabetz, 1441 - 1507)


 

Baraitá 2

"Dijo Rabí Iehoshúa Ben Leví: Todos los día una voz sale del monte Jorev (Sinai) y proclama diciendo: 'Ay de las personas que desacatan la Torá\', pues todo aquel que no se dedica a la Torá frecuentemente es llamado \'amonestado\', como está escrito: \'un colgante de oro en la nariz de un cerdo es como una bella mujer sin gracia\' (Mishlé -Proverbios- 11:22).  Y también está escrito: \'Y las tablas, obra de Di-s son; y la escritura, escritura de Di-s es, grabada (jarut)sobre las tablas\' (Shemot -Éxodo- 32:16). No leas \'grabada\' (jarut) sino \'libertad\' (jerut), pues sólo es libre quien se dedica al estudio de la Torá.  Y todo aquel que se dedica a la Torá se eleva, como está escrito: \'Y desde Regalo hasta La Heredad de Di-s , y desde la heredad de Di-s hasta Las Alturas\' (Bamidvar -Números- 21:19)\".

Y también está escrito: 'Y las tablas, obra de Di-s son; y la escritura, escritura de Di-s es, grabada (jarut)sobre las tablas\'.  Cuando la Torá relata cómo eran las tablas de piedra que contenían los Diez Mandamientos, está escrito que la escritura estaba jarut al halujot (grabada sobre las piedras), pero en el texto debería estar escrito que la escritura estaba \"jarut balujot\" (grabada en las piedras) y no jarut al halujot (grabada sobre las piedras).  Además, realmente es innecesaria esta información, pues de momento que las tablas eran de piedra, es evidente que la escritura estaría tallada sobre ellas.

Es por eso que nuestra Mishná nos enseña que hay una doble intencionalidad por parte de la Torá.  Por un lado se nos quiere enseñar que la escritura estaba tallada en las piedras, y por otro lado, se nos quiere insinuar otro mensaje.  Como es sabido, en el libro de la Torá no están escritas las vocales; sólo las consonantes aparecen en el texto.  Es por eso que las letras J.R.U.T. de la palabra jarut (grabada), pueden ser leídas también como: jerut (libertad).  

Dicen Nuestros Sabios que no hay persona más libre que quien se dedica al estudio de la Torá.  En nuestra interpretación aprendemos que, en algún aspecto, las letras de la Torá no estaban fijas en el texto sino que la escritura estaba libre sobre las tablas, cosa que va más allá de lo natural.

Sin embargo, esta interpretación aparenta contradecir la realidad, pues alguien que se dedica el estudio y cumplimiento de la Torá, no solamente tiene obligaciones con su familia y con la sociedad,  sino que también tiene que rezar tres veces por día, cumplir el shabat, estudiar Torá todos los días para saber cómo comportarse de acuerdo con ella, y muchas otras cosas más.

Pero esto no es exactamente así, pues los Sabios nos enseñan que a la persona que se escape del yugo de la Torá le serán impuestos otros yugos, como por ejemplo el esfuerzo que tendrá que hacer para obtener el sustento para su familia.  ¿Y todo por qué?  Porque él despreció a la Torá y demostró que se siente mejor cuando se dedica a su trabajo.

El hombre fue traído a esta tierra para esforzarse.  Si tiene el mérito, se esforzará en el estudio de la Torá, y si no lo tiene, deberá esforzarse en cosas sin importancia, así como explica el Talmud en el tratado de Sanhedrín (99b).  Quien se dedique a la Torá ganará, pues todo el beneficio de su esfuerzo será para él.  En realidad no será un yugo para él pues todo lo que hará, lo hará para él.  Pero quien no se dedique a la Torá, deberá esforzarse inútilmente todos sus días para ganar dinero.  ¿Para qué?  Para que después de su muerte otros disfruten de él.

¿A quién se asemeja quien se dedica a la Torá?  A un rey que obliga a su esclavo a contar monedas de oro todo el día, y por ese trabajo le paga dándole las monedas de oro que contó.  Pero si el esclavo no querrá contar las monedas el rey lo castigará.  En definitiva, sabemos que todo lo que el esclavo trabajó fue solamente para su beneficio, pues contó las monedas de oro que le pertenecían.  Es por eso que no deberíamos llamarlo esclavo sino hombre libre.  

(Basado en Rabí Jaim de Voloshin, 1749 - 1821, en su comentario \"Ruaj Jaim\")


 

Baraitá 3

"Quien aprende de su prójimo un capítulo o una leo un versículo o una palabra o incluso una sola letra debe comportarse con él con respeto, pues así encontramos respecto de David el rey de Israel, que a pesar de que estudió de Ajitófel solamente dos cosas lo llamó su maestro, su señor, su allegado, como está escrito: 'Y tú eres mi íntimo, mi señor y mi allegado' (Tehilim - Salmos - 55:14). Y con más razón en otros casos: si David el rey de Israel, sólo aprendió de Ajitófel dos cosas y a pesar de eso lo llama su maestro, su señor y su allegado, quien aprende de su prójimo un capítulo o una ley o un versículo o una palabra o incluso una sola letra, con mucha más razón debe brindarle honor! No existe más honor que la Torá, como está escrito: \'El honor es heredado por los sabios\' (Mishlé - Proverbios - 3:35); y también está escrito: \'Bondad heredarán quienes tiene plenitud\' (Mishlé 28:10); y no hay bondad excepto la Torá, como está escrito: \'Pues una buena enseñanza les he dado a ustedes; Mi Torá no abandonen\' (Mishlé 4:2)\".

Debemos comprender por qué el autor de esta Baraitá no dijo que quien le enseña a su prójimo algo debe ser honrado, sino que hizo depender el honor y la honra del maestro del aprendizaje del alumno, diciendo que en caso de que el alumno haya aprendido algo de ese maestro entonces él debe honrarlo. Además, tampoco está claro por qué dijo: "Quien aprende de su prójimo?" y no \"Quien aprende de su maestro?\".

La respuesta a la primer pregunta es que hay veces en las que las personas escuchan de alguien alguna clase sobre un tema determinado, pero basados en el contenido de esa clase deducen alguna nueva y buena enseñanza que ese maestro no tuvo la intención de decir, a pesar de que podríamos pensar que el maestro también tuvo la intención de enseñar eso. Es por eso que aquí el Taná (autor de la Baraitá) nos enseña que a pesar de que en este hipotético caso descripto habría un alumno sin un maestro respecto de este aprendizaje en cuestión, de todas formas por cuanto que aprendimos algo de esa persona debemos respetarla.

Además, el Taná nos enseña que no sólo debemos respetar a personas más sabias y grandes que nosotros, sino también a personas simples e iguales a nosotros y es por eso que escribió \"Quien aprende de su prójimo\" y no \"quien aprende de su maestro\".

(Basado en el comentario \"Midrash Jajamim\" de Rabí Moshé Jaim Kleinman)


Baraitá 4

"Así es el camino de la Torá: pan con sal comerás, agua en pequeña cantidad beberás, sobre el piso dormirás, una vida de sufrimiento vivirás y a la Torá te dedicarás, y si tú haces esto, 'feliz eres, y será el bien para ti' (Tehilim -Salmos- 128:2), 'feliz eres' - en este mundo, 'y será el bien para ti' - en el mundo venidero. No busques grandeza para ti y no procures más honor del que te corresponde por tu erudición. Y no desees la mesa de los reyes, pues tu mesa y tu corona es más grande que la de ellos, y tu Empleador es fiel para retribuirte el pago por tus acciones".

Aparentemente, no es lógico lo que está escrito aquí. Si la persona seguirá el camino de la Torá cumpliendo al pie de la letra todos los detalles mencionados a continuación, ¿cómo puede ser que él sea feliz en este mundo?

La respuesta es que aquí la Baraitá no le está hablando a las personas pudientes que disponen con facilidad de todas las cosas aquí mencionadas, sino que se está dirigiendo a los pobres y les dice que incluso si su situación económica no les permite más, no deben abstenerse de estudiar la Torá ya que si ellos hacen esto, finalmente la estudiarán con riqueza, como estudiamos dos capítulos atrás: \"Rabí Iojanán dice: Todo el que cumple la Torá con pobreza, al final la cumplirá con riqueza, mas todo el que no la cumpla con riqueza, al final la transgredirá con pobreza\" (4:11).

(Basado en el comentario de Rashí - Rabí Shelomó Itzjaki, 1040 - 1105)


Baraitá 5

"La Torá es más grande que el sacerdocio y la realeza, pues la realeza se adquiere mediante treinta requisitos y el sacerdocio mediante veinticuatro, mas la Torá se adquiere mediante cuarenta y ocho cosas, y ellas son: (1) mediante el estudio, (2) escuchando efectivamente, (3) vocalizando lo que se estudia, (4) entendiendo mediante el corazón, (5) sintiendo miedo, (6) sintiendo temor reverencial, (7) siendo humilde, (8) estando alegre, (9) mediante la pureza, (10) mediante el trato con los Sabios, (11) mediante un trabajo con los amigos, (12) estudiando con los alumnos, (13) siendo tranquilo y asentado, (14) estudiando las Escrituras y la Mishná, (15) minimizando el dormir, (16) limitando las actividades comerciales, (17) limitando la conversación, (18) disminuyendo la risa, (19) limitando los placeres, (20) limitando las relaciones íntimas, (21) retardando nuestro enojo, (22) teniendo un buen corazón, (23) creyendo en las palabras de los Sabios, (24) aceptando los sufrimientos, (25) conociendo nuestro lugar, (26) siendo feliz con lo que tenemos, (27) evitando ser arrogante, (28) limitándose en las cosas que le son permitidas, (29) siendo amado, (30) amando a Di-s (31) amando a las creaturas, (32) amando la reprimenda, (33) amando la rectitud, (34) alejándose del honor, (35) no siendo arrogante en el estudio, (36) no disfrutando al tomar decisiones legales, (37) siendo solidario con los demás, (38) juzgando al prójimo para bien, (39) encaminando al prójimo hacia la verdad, (40) encaminando al prójimo hacia la paz, (41) asentando el estudio, (42) preguntando puntualmente y respondiendo específicamente, (43) aprendiendo del maestro y acrecentando el estudio personal, (44) estudiando para enseñar, (45) estudiando para hacer, (46) haciendo a su maestro más sabio, (47) ordenando los conceptos que ha estudiado, (48) citando las enseñanzas recordando quién la ha enseñado. He aquí que has aprendido que quien cita las enseñanzas que escuchó recordando el nombre de quien la ha dicho trae la redención al mundo, como está escrito: \'Y dijo Ester al rey en nombre de Mordejai\' (Ester 2:2)\".

"La Torá es más grande que el sacerdocio y la realeza, pues la realeza se adquiere mediante treinta requisitos y el sacerdocio mediante veinticuatro, mas la Torá se adquiere mediante cuarenta y ocho cosas". Debemos entender por qué al referirse a la Torá la Baraitá dijo que ella se adquiere mediante 48 cosas, pero respecto del sacerdocio y la realeza dijo que se adquieren mediante 30 ó 24 requisitos.

La respuesta es que la Baraitá nos quiso enseñar dos aspectos de la grandeza de la Torá - que encuentra por sobre el sacerdocio y la realeza: por un lado, respecto de la cantidad de requerimientos que se necesitan para adquirir cada una de ellas, y por otro lado, respecto de la calidad de los requerimientos que se necesitan para adquirir cada una de ellas.

La explicación de esto es que el sacerdocio y la realeza se adquieren mediante requisitos (maalot), mas la Torá se adquiere mediante cosas (devarim) y la diferencia esencial entre estos dos conceptos es que los requisitos son requerimientos o derechos que tienen relación con la importancia y el poder solamente y son cosas externas a la persona, pues ellas no se obtienen mediante el esfuerzo. Por ejemplo, sólo quien posea oro y plata, esclavos y siervas, campos y viñedos, será digno de considerarse parte de la realeza.

Pero esto no es así con la Torá, pues las cuarenta y ocho cosas mediante las cuales ella se adquiere no son externas a la persona sino que le pertenecen totalmente a él, pues él se esforzó mucho en hacerlas para incorporarlas a su alma, y por eso es que esas cosas no son llamadas maalot, pues los caminos para adquirir la Torá no tienen relación con la importancia y el poder, sino todo lo contrario, solamente con la humildad y el recato.

(Basado en el libro \"Midrash Shemuel\" de Rabí Shemuel de Uceda, 1538 - 1602)


Baraitá 6

"Grandiosa es la Torá, porque le da vida a aquellos que la cumplen, tanto en este mundo como en el Venidero, como está escrito: \'Pues vida son (las palabras de la Torá) para quienes las encuentran, y curación para toda su carne\' (Mishlé -Proverbios- 4:22); y dice: \'(La Torá) será medicina para tu cuerpo y curación para tus huesos\' (Mishlé 3:8); y dice: \'Ella es un árbol de vida para los que se aferran a ely quienes la sustentan son felices\' (Mishlé 3:18); y dice: \'Pues (las palabras de la Torá) son una bella guirnalda para tu cabeza y collares para tu cuello\' (Mishlé 1:9); y dice: \'(La Torá) será en tu cabeza una bella guirnalda; una corona de gloria te protegerá\' (Mishlé 4:9); y dice: \'Prolongación de días a su derecha, y a su izquierda riqueza y honor\' (Mishlé 3:16); y dice: \'(Las palabras de la Torá) te otorgarán largos días y años de vida y paz\' (Mishlé 3:2)".

La Torá es una gran cosa. Cuando uno estudia Torá, recibe recompensa en el Mundo Venidero, lo cual representa su capital. El interés que recibe de ese capital lo mantiene con vida en este mundo, como está escrito: \"[Las palabras de la Torá] son vida para el que las encuentra y curación para todo su cuerpo\" (Proverbios 4:22).

La Torá también te dará vida en el Mundo Venidero, como está escrito, \"Es un árbol de vida para aquellos que se aferran a ella y todo aquel que la sostiene es afortunado\" (Proverbios 3:18). La Torá será como un árbol de vida en el Mundo Venidero para aquellos que hacen el esfuerzo de estudiarla y entenderla, así como para aquellos que hacen el esfuerzo de ayudar materialmente a los que la estudian, sosteniéndolos.

Tal vez la persona se cuestione diciendo: \"Si estudio Torá tendré vida en ambos mundos pero no obtendré riquezas y honor\". A esto el sabio nos responde que la Torá será para ti una grata compañía y una corona de gloria te protegerá. Además de darte vida y riquezas, la Torá te dará una corona de honor. Serás honrado y respetado entre las personas. Sin embargo, debes saber que todos estos beneficios sólo vendrán si estudias Torá sin intereses de por medio.

El sabio concluye diciendo que cuando una persona estudia Torá para cumplir con la Voluntad del Creador no sólo obtendrá vida, riqueza y respeto, sino también paz y tranquilidad, como está escrito: \"pues largos días, y años de vida y paz te incrementarán [las palabras de la Torá]\" (Proverbios 3:2).

(Basado en el comentario \"Meam Loez\" de Rabí Itzjak Magriso, s. XVIII)


Baraitá 7

"Rabí Shimón Ben Iehudá dijo en nombre de Rabí Shimón Bar Iojái: La belleza, la fuerza, la riqueza, el honor, la sabiduría, la ancianidad y la vejez, y los hijos - son buenos para los justos y buenos para el mundo; como está escrito: 'Una corona de gloria es la ancianidad; será encontrada en el camino de los justos' (Mishlé -Proverbios- 16:31); y dice: 'La corona de los ancianos son los nietos, y la gloria de los hijos son sus padres' (Mishlé 17:6); y dice: 'La gloria de los jóvenes es su fuerza y el esplendor de los ancianos es su vejez' (Mishlé 20:19); y dice: 'La luna se confundirá y el sol de avergonzará pues D'os reinará en el monte de Tzión y en Ierushalaim, y delante de sus ancianos habrá honor' (Ieshaiahu -Isaías- 24:23)".

La Baraitá enumeró siete cosas que son buenas para los justos y también para el mundo, pues es muy fácil utilizar cualquiera de estas cualidades para dedicarse únicamente a usufructuar este mundo y sus placeres, y a pesar de eso el justo las utiliza para servirlo a D'os, quebrando su impulso del mal.

Tomemos como ejemplo la belleza. Alguien que recibió esta característica podría utilizarla para adentrarse en el mundo de los placeres físicos prostituyéndose detrás del sexo. Sin embargo, si a pesar de ese incentivo natural que D'os le dio a esa persona (y que alguien feo no posee), ese hombre someterá a su iétzer hará (impulso del mal) y no se desviará del camino de la Torá y la santidad, entonces su decisión es buena para él y además es buena para el mundo, pues ahora toda la creación tiene más méritos; y también el resto de las personas aprenderán de este hombre a controlar sus impulsos y deseos negativos.

(Basado en los comentaristas)


 

Baraitá 8

"Rabí Shimón Ben Menasiá dice: Estas siete cualidades que enumeraron los Sabios para los justos, se encontraron en Rabí y en sus hijos".

Resulta extraña la forma de esta Baraitá pues es dificultoso llegar a comprender qué es lo que Rabí Shimón Ben Menasiá nos quiso enseñar al contarnos que esas siete cualidades que enumeraron los Sabios en la Baraitá anterior, realmente se encontraron en Rabí Iehudá Hanasí (s. II) y sus hijos.

Pero tal vez la respuesta es que el Sabio Rabí Shimón Ben Menasiá nos quiso mostrar que la Baraitá anterior no es solamente una clase teórica, sino que realmente es posible que todas las cualidades que fueron nombradas se encuentren en un mismo ser humano que además las utiliza para el bien.

Muchas veces podemos estar de acuerdo con alguna idea, pero cuando somos preguntados si consideramos que es posible aplicarla a la vida de todos los días respondemos en forma negativa, y esa actitud es precisamente la que provoca que no podamos aplicarla. Pero si veremos ejemplos de vida de personas iguales a nosotros que lucharon y pudieron, entonces eso nos dará el impulso para despegar. Por eso vino Rabí Shimón Ben Menasiá y nos señaló con el dedo a Rabí y sus hijos.

(Escrito por el Rav Iehuda Levi)


Baraitá 9

"Dijo Rabí Iosí Ben Kismá: Una vez iba caminando por el camino, y se encontró conmigo un hombre. Me saludó y lo saludé. Me dijo: 'Rabí, ¿de dónde eres?'. Le dije: 'De una gran ciudad de rabinos y escribas yo soy'. Me dijo: 'Rabí, si es tú deseo vivir con nosotros, en nuestro lugar, te daré un millón de monedas de oro, piedras preciosas y perlas'. Le dije: 'Aunque me des toda la plata, el oro, las piedras preciosas y las perlas del mundo yo no viviría excepto en un lugar de Torá, y así está escrito en el libro de los Salmos de David - el rey de Israel: 'Mejor es para mí la Torá de Tu boca, que miles de (monedas) de oro y plata' (Tehilim -Salmos- 119:72), y no sólo eso, sino que en el momento de la muerte de la persona, no lo acompañan ni la plata ni el oro ni las piedras preciosas, ni las perlas, sino sólo la Torá y las buenas acciones, como está escrito: 'Cuando vayas - ella te llevará, cuando te recuestes - cuidará de ti y cuando te despiertes - ella será tu conversación' (Mishlé -Proverbios- 6:22). 'Cuando vayas - ella te llevará': en este mundo, 'cuando te recuestes - cuidará de ti': en la tumba, 'y cuando te despiertes - ella será tu conversación': en el mundo venidero, y (además) dice: 'Mía es la plata y Mío es el oro - palabra de D'os' (Jagai -Agueo- 2:8)".

En esta Baraitá, Rabí Iosí Ben Kismá nos ha dejado una importante lección que a todos nos concierne. A pesar de que él podría haber ido a la ciudad de donde el hombre con el cual se encontró provenía, Rabí Iosí Ben Kismá consideró que era más apropiado no mudarse a ese lugar. ¿Por qué? ¿Es que a él no le interesaban los judíos que allí habitaban? ¿Tal vez pensaba que él no podría ayudarlos espiritualmente?

No. Rabí Iosí Ben Kismá no se negó a ir a esa ciudad porque a él no le interesaban esos pobres judíos que no tenían quien los dirija, ni tampoco porque él pensaba que no podría convertir esa ciudad en un centro de Torá, sino que se negó porque así como él sabía que seguro podría influenciarlos mucho - para bien, él también se vería un poco influenciado por ellos - para mal.

Rabí Iosí Ben Kismá nos enseñó que para acercar a otros judíos a nuestro rico legado, es un error desplazarnos al lugar donde el otro se encuentra, sino que el camino correcto y seguro para nosotros, es traerlo al otro a nuestro lugar, para que de esa forma podamos iluminar su alma, pues de hacer lo contrario, incluso alguien tan sabio y justo como este gran Taná (Sabio de la Mishná) puede verse influenciado para mal.

(Basado en el libro "Mijtav Meeliahu" parte 2 pag. 113, de Rabí Eliahu Dessler, 1891 - 1954)


Baraitá 11

"Todo lo que creó el Santo - bendito es Él - en Su mundo, sólo lo creó por Su gloria, como está escrito: 'Todo lo que es llamado, por Mi nombre y por Mi gloria lo he creado, lo he formado y lo he hecho' (Ieshaiahu - Isaías - 43:7); y también está escrito: 'D'os reinará por siempre' (Shemot - Éxodo - 15:8)".

"…y también está escrito: 'D'os reinará por siempre' (Shemot - Éxodo - 15:8)". Aparentemente no se comprende qué relación tiene este segundo versículo que el autor de la Baraitá ha escrito en ella, con la lección que noquería enseñar de que "Todo lo que creó el Santo - bendito es Él - en Su mundo, sólo lo creó por Su gloria", pues la idea ya estaba probada y fundamentada cuando citó el primer versículo del libro del profeta Ieshaiahu!

La respuesta es que nosotros vemos que muchas veces parecería ser como si en este mundo el instinto del corazón de las personas fuera únicamente malo, pues nuestros ojos son testigos de toda clase de injusticias por parte de personas que suelen hacer solamente lo que ellos encuentran lógico y beneficioso para ellos. Y eso demostraría que D'os no creó Su mundo para engrandecer Su gloria, y aún más, hasta hubiera sido preferible que Él no lo hubiera creado para que Su Nombre no sea profanado más.

Es por eso que el autor de la Baraitá nos dijo que a pesar de que por ahora hay muchas personas malas en el mundo, de todas formas en el futuro, es decir en la época mesiánica, D'os será uno y Su Nombre será único en el corazón de los hombres; entonces ellos harán lo correcto. Y por eso dijo: 'D'os reinará por siempre', pues cuando eso ocurra se unificarán todas las personas para proclamar el nombre de D'os y servirLo juntos, y entonces Su honor y Su gloria serán vistos por todos.

(Basado en el libro "Midrash Shemuel" de Rabí Shemuel de Uceda, 1538 - 1602


 

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