Sara bat Yojeved
Januca

¡Estamos necesitando de un milagro!

Januca se celebra en un mes de milagros. Y en estos momentos, como en aquellos momentos, ¡estamos necesitando de un milagro! No desaprovechemos la oportunidad.  Tenemos 8 días para clamar con todas nuestras fuerzas para que termine esta guezerá – este decreto del ci
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Januca se celebra en un mes de milagros. Y en estos momentos, como en aquellos momentos, ¡estamos necesitando de un milagro! No desaprovechemos la oportunidad.

 Tenemos 8 días para clamar con todas nuestras fuerzas para que termine esta guezerá – este decreto del cielo tan duro que cayó sobre Am Israel y sobre el mundo, tenemos 8 días para despertar la misericordia divina y transformar estos días de dolor en días de alegrías. Tenemos la llave en nuestras manos, Di-s nos dio la posibilidad de dirigirnos a El con nuestras tefilot, con nuestras plegarias, y nos dio la posibilidad de cambiar cualquier mal decreto. El nos está esperando, nos está suplicando que retornemos a El. Podemos hacer de cuenta que no pasa nada, y en vez de taparnos la boca, nos tapamos tambien los ojos y seguir escuchando día tras día como otra neshamá pura, vuelve a Su Creador, o podemos gritar de dolor y pedirLe con la voz cordada por las lágrimas que termine de una vez por todas con todo esto.

Januca es la representación de la esperanza. Es la certeza de que todo va a cambiar, de que el dolor no es eterno, de que hay un Creador que mueve los hilos de sus criaturas, que el sufrimiento no es en vano, que todo tiene una razón, que todo puede cambiar de un instante para otro, que en definitiva, todo depende de nosotros. Que nosotros escribimos la historia, y que nada es imposible para el Creador.

Este año, cuando prendas las velas de Januca, tomate unos instantes para reflexionar, piensa en todo lo que tu corazón desea, para ti y para Am Israel, y vuélcalo en una tefila a Tu Creador. Vas a ver que después, pase lo que pase, te sentirás mucho mejor, te sentirás mas conectado, “menos solo”, sentirás que hay Aguien que te escucha, Alguien a quien le importas, Alguien capaz de deshacer el mundo y armarlo de vuelta solo por ti.

En el judaísmo  no existe la desesperanza. Siempre todo puede mejorar, y estamos seguros de que todo es para bien. Hashem desea darnos todas sus brajot- sus bendiciones, solo que a veces no tenemos preparado el receptáculo para recibirlas.

El saber que Hashem nos ama y nos cuida, nos de la fuerza para afrontar todas las pruebas que nos depara la vida. Si no fuera por esa certeza, no podríamos seguir transitando por este mundo a veces tan cruel y tan traicionero.

Este Januca, levanta los ojos a los cielos, e implora al Todopoderoso por la paz en el mundo, por el fin de toda la violencia y la maldad, por la harmonía entre hermanos, por la salud de am Israel y de todo el mundo, por la recuperación de la fe, por la vuelta a Hashem de todos nuestros hermanos.

Al prender la Janukia, encendamos luces de comprensión y de hermandad, luces de paz y de felicidad, luces de despertar y de crecimiento.

Que estas luces que encendemos iluminen nuestro sendero de retorno a Hashem.



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