Kiruv para los ángeles Todo el día y todos los días llegaba gente y Avraham Avinu los alimentaba y los acercaba a Hashem.   Un día llegaron tres ángeles. No necesitaban la comida de Avraham Avinu ni su guía espiritual. ¿Por qué l

Kiruv para los ángeles

Todo el día y todos los días llegaba gente y Avraham Avinu los alimentaba y los acercaba a Hashem.

 

Un día llegaron tres ángeles. No necesitaban la comida de Avraham Avinu ni su guía espiritual. ¿Por qué la Torá elige detallar precisamente el único episodio en el que Avraham Avinu cumplió la mitzvá de hajnasat orjim –recibir huéspedes- para aquellos que no necesitaban su cuidado?

Pero, en realidad, estos ángeles sí necesitaban a Abraham y a Sara. Estaban en una misión peligrosa y pesada. Debían entrar en el foso de Sodoma y rescatar a Lot y sus hijas. Y aunque eran seres angelicales, necesitaban desesperadamente refuerzo espiritual contra la tumá –la impureza- de Sodoma.

Hubo mucha aprensión en torno al rescate de Lot porque el bienestar y el destino de toda la creación dependían de su éxito.

De la unión de Lot y sus hijas surgirían Amón y Moav de quienes vendrían Ruth y Naamah, las “madres” del Mashíaj. ¡El rescate de Lot y sus hijas fue el rescate de la chispa del Mashíaj!

Al detenerse en la casa de Abraham y Sara en su camino a Lot, los ángeles tuvieron la oportunidad de fortalecerse espiritualmente.

El entorno de Avraham y Sara, así como el alimento que les proporcionaban, eran santos; mucho más elevado y santo que cualquier cosa a la que estos ángeles tuvieran acceso en sus elevados reinos en el Cielo. Esta kedushá les dio a los ángeles el impulso que necesitaban para tener éxito en su fatídica misión.[1]

Avraham Avinu había realizado innumerables actos de bondad en su vida. Pero su mayor acto de bondad fue hacia estos ángeles. Al llevarlos a su tienda y proporcionarles comida y bebida, ayudó no sólo a ellos, sino a toda la creación, asegurándose de que la chispa del Mashíaj fuera salvada. [2]

 

[1] Hay una discusión entre los comentaristas sobre si el pan de Sara fue servido a los ángeles, ya que ella se volvió impura mientras amasaba la masa. Sin embargo, tenemos que entender que incluso el pan de Sara, amasado mientras era tamei, era de una calidad espiritual infinitamente superior a cualquier sustento celestial al que estos ángeles estaban acostumbrados; tan grande era su santidad.

[2] De hecho, incluso con el refuerzo espiritual que recibieron, se equivocaron. Le dijeron a Lot: “Estamos destruyendo Sedom” (Bereshit 19:13). La tumá de Sedom hizo que tropezaran y se atribuyeran el poder de destruir a Sedom a ellos mismos y no a Hashem, de quien eran mensajeros; sin su permiso y poder no podrían hacer nada. Por este error, no se les permitió regresar al cielo durante 138 años, hasta el sueño de Yaakov cuando vio a estos ángeles ascendiendo al cielo. (Bereishit Rabbah, 50:9 y 68:12. Véase Parashas Vayeitzei, nota al pie 194.)