• La alegría es la base para salvarse de los problemas:

Sabemos que una de las creaciones más fuertes de Hashem, es el agua y las olas del mar. Sabemos que nadie es capaz de retar o meterse con las vigorosas olas del mar.

Encontramos en el Tehilim que dice: “Mikolot Maim Rabim, Adirim Mishberé Yam, Adir Bamarom Hashem” – “Aun más que el sonido de aguas abundantes, son las poderosas rompe olas del mar, poderosos en la altura de Dios”. [1]

Nos dice David Hamelej que es posible protegerse de las aguas cuantiosas del mar, con un simple “rompe olas”.

Y no solo los “rompe olas” nos salvan de las olas gigantescas, sino son capaces de controlar el mar para poder nadar ahí y pasar un bonito momento

Para entender qué son esas aguas cuantiosas y qué son esos “rompe olas”, vamos a explicarlo con una historia que cuenta la Guemará.

Cuenta la Guemará que Rabi Gamliel iba en una ocasión en un barco y vio otro barco que se estaba hundiendo y estaba sufriendo mucho, ya que en el barco que se estaba hundiendo se encontraba el famoso Rabi Akibá.

Cuando llegó Rabi Gamliel a tierra, se encontró a Rabí Akibá estudiando Torá. Le preguntó Rabí Gamliel a Rabí Akibá: ¿Quién te trajo hasta aquí? Le contestó Rabí Akibá, que una tabla del barco se le presentó, se sentó en ella y cada ola y ola que le llegaba, agachaba la cabeza para salvarse de ellas y así logró salir de ahí.

Dice la Guemará: “De aquí aprenden los Jajamim: Si llegan problemas a la persona, uno debe agachar la cabeza y no pelear con ellos”. [2]

Vemos de esta Guemará, que las aguas cuantiosas que se refieren los Jajamim, son los problemas, las situaciones difíciles, los escenarios complicados que pasamos en nuestras vidas, etc.

Enseguida de esta historia, la Guemará nos cuenta otro relato, pero ahora el que estaba dentro del barco era Rabí Akibá. Al igual que la historia anterior, Rabí Akibá vio a otro barco que se estaba hundiendo y estaba sufriendo, ya que en el barco que se estaba hundiendo se encontraba un Jajam muy grande llamado Rabí Meir. Cuando Rabí Akibá llegó a la ciudad, también llegó Rabí Meir y Rabí Akibá le pregunta cómo llegó hasta ahí, quién o cómo se había salvado.

Rabí Meir le dijo que una ola del mar lo había llevado a otra ola y esta ola a otra ola, hasta que llegó a tierra. De esta manera se había salvado.

Vemos de esta Guemará, que las aguas cuantiosas son la salvación para nuestras vidas.

Cabe una pregunta después de analizar estas dos historias.

En la primera historia vemos que las aguas cuantiosas son los problemas, y la solución de los problemas es agachar los problemas. Y en la segunda historia vemos que las aguas cuantiosas son las situaciones que nos pueden salvar de los problemas.

La respuesta es:

Realmente las olas son los problemas, situaciones difíciles, asuntos complicados que pasamos en nuestras vidas, etc., pero:

• Si ves a los problemas como problemas, entonces serán problemas y deberemos bajar la cabeza para salvarnos de ellos, así como vimos con Rabí Akibá que cada ola que le llegaba agachaba la cabeza.
• Pero si ves a los problemas como medio para crecer, elevarte y perfeccionarte en tu vida, saldrás de los problemas. Así como vimos con Rabí Meir que de una ola a otra ola llegó a tierra y se salvó.

La pregunta es: ¿Cómo podemos salvarnos de esas aguas cuantiosas que son los problemas? ¿Cómo podemos vivir tranquilos y felices después de recibir ciertos problemas en nuestras vidas? ¿Cómo podemos elevarnos por medio de los problemas y situaciones difíciles que vivimos todos los días?

De esa Guemará vemos que la solución es: “Agachar la cabeza y aceptar todo lo que nos pasa”. Así mismo, vemos que “un problema es capaz de elevarnos y perfeccionarnos en nuestras vidas hasta el grado que el mismo problema es la solución para salir adelante”.

Pero para llegar a eso es necesario algo más, ya que la pregunta surge: ¿Cómo es posible agachar la cabeza y usar a los problemas como medio para perfeccionarse?

Dice la Guemará: Dijo Rabi Yojanan en nombre de Rabí Eliezer: “La persona que quiere que sus bienes se conserven, que plante un árbol llamado “Adar””. [3]

La Guemará explica que por cuanto que el árbol “Adar” en un árbol muy alto, la gente mirará ese árbol y se correrá la voz que ese árbol es de tal persona, y ya nadie se atreverá a robarlo, por eso se conservarás sus bienes.

Se puede explicar que ese árbol llamado “Adar” que debemos plantar, es el mes “Adar”, que es el mes de la alegría, así como dice la Guemará: “Mishenijnas Adar Marbim Besimja”- Desde que empieza el mes de Adar, se debe aumentar en alegría”. [4]

Sobre esto explica el comentarista Rashí, que por cuanto que el mes de Adar es un mes que se hicieron los milagros de Purim, por eso es un mes que debemos aumentar la alegría.

Se puede explicar que por cuanto que es un mes de milagros, estamos contentos y por eso cuando se planta el árbol de la alegría se conservan nuestros bienes y todo lo que hacemos sale bien y tenemos éxito.

Por eso dice la Guemará que la persona que tiene un juicio con el Goy, que lo haga en el mes de Adar, [5] ya que es un mes de alegría y cuando hay alegría, todo sale bien.

Así mismo, cuando la persona tiene un juicio con el Goy en el mes de Ab, que no lo haga en ese mes, ya que el Mazal no es bueno. ¿Por qué no es bueno hacer juicio con el Goy? Ya que dice la Guemará que en el mes de Ab debemos disminuir la alegría, entonces por cuanto que no tenemos alegría, el juicio no saldrá bien para nosotros.

Vemos de esto, que cuando la persona está contenta y alegre, todo lo sale bien. Y no sólo se puede plantar la alegría en el mes de Adar, sino todo el año se puede plantar ese árbol llamado “Adar” que es la alegría.

Cuando la persona tiene problemas como los de Rabi Akiba, que nadie hubiera pensado que se salvaría, debe adquirir esos “rompe olas”, que son la única manera que podemos salvarnos de nuestros problemas y ese “rompe olas”, es el mes de “Adar”, que es vivir con alegría.

Y no solo que vamos a salvarnos de los problemas, sino esos mismos problemas nos ayudarán a elevarnos y salir de las situaciones complicadas en nuestras vidas.

¿Con qué empiezo a acercarme a la Torá?

Una de las preguntas más básicas de la gente que comienza a acercarse a la religión es: ¿Con qué empiezo a acercarme a la Torá?

Hay varias opiniones en los Jajamim. Vamos a explicar esas opiniones y debemos saber que una no discute con la otra, sino son diferentes caminos para llegar a ser un buen Yehudí religioso.

Shabat: Los Jajamim que opinan que se debe comenzar con Shabat, explican su motivo. Debido a que el día de Shabat es el día del pacto entre Hashem y el pueblo de Israel, uno mismo se conecta con Hashem.

La persona que cuida el día de Shabat como lo marca la ley, no hay duda que se siente conectado con Hashem. Un día a la semana que nos desconectemos totalmente con el mundo material y nos apeguemos al mundo espiritual es un sentimiento que nadie lo puede entender sin haberlo vivido.

Taharat Hamishpajá: Hay opiniones de Jajamim que dicen que se debe comenzar con la pureza familiar. Debido a que la pureza familiar provoca santidad en la casa, es un buen comienzo para comenzar a vivir una vida espiritual. La pureza familiar no solo es algo espiritual, sino es una vida plena y feliz con la pareja. El hecho de esperar el momento que se permite estar con su pareja, provoca un amor mutuo entre el hombre y la mujer incomparable.

Kashrut: Hay Jajamim que opinan que se debe empezar con el Kashrut. Debido a que el Kashrut purifica a la persona, provoca que la sangre que sube al cerebro piense correctamente. No es lo mismo pensar con sangre creada de un animal Taref, que una sangre creada de un animal Kasher. Así como pasó una historia con un hombre muy alejado que le preguntó a Rab Yaakob Kanievsky unas preguntas sobre la religión. Cuando Rab Yaakob Kanievsky miró las preguntas, se dio cuenta que era un hombre muy alejado, y esas preguntas no las había hecho él, sino su sangre creada de alimentos Taref. Rab Yaakob Kanievsky le contestó en la carta así: “Debido a que esas preguntas no las hiciste tú, las respuestas no las entenderás, ya que esa sangre que tienen impregnada a tu cuerpo, jamás podrá entender palabras de Torá; pero de todos modos, te voy a contestar las preguntas que me hacer, sólo para que no pienses que no tengo las respuestas”.

Estudiar Torá: La opinión que dice que es necesario comenzar con el estudio de la Torá, opina que por medio del estudio de la Torá uno se conecta con Hashem, ya que es la guía que Hashem nos obligó a estudiar y cumplir. Y cuando la persona se dedica a estudiar la Torá, se siente apegado a Hashem, ya que cuando estudia Torá, Hashem le manda ayuda celestial para todo lo que haga.

Existe otra opinión, donde es la base de toda la Torá. Este consejo es: “Estar feliz toda la vida”.

Cuando la persona está feliz toda su vida, se sentirá tranquilo, jamás verá problemas en su vida, no verá lo mismo que otros ven (los que se quejan de todo), etc.

Aunque la alegría no es Mitzvá, ni el estar triste es pecado; lo que la alegría puede ayudar, ninguna otro Mitzvá lo puede lograr; y lo que la tristeza puede provocar, ningún otro pecado puede llegar”.

Y esto lo dijo Shlomó Hamelej en Mishlé: “Ruaj Ish Yejalkel Majaleu, Veruaj Nejea Mi Isaena” – “Un buen ánimo, puede sostener la enfermedad, y un mal ánimo, ¿quién lo soporta?” [6]

Sabemos que hoy en día se recomienda a los enfermos hacer actos que le provoquen estar alegres, ya que un ánimo elevado y alegre, lo saca de las dificultades de sus enfermedades.

Así mismo se recomienda a los soldados hacer cánticos y provocar alegría antes de ir a la guerra, ya que eso provoca éxito en la guerra.