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48 caminos

Camino #41: Viviendo en la realidad

La vida es impresionante. ¿No preferirías sentir el amor en vez de verlo en una película? Salte de la ilusión y entra a la realidad. Hoy en día, demasiada gente vive en una ilusión. Se escapan al mundo ficticio que crean las películas o al mundo de
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La vida es impresionante. ¿No preferirías sentir el amor en vez de verlo en una película? Salte de la ilusión y entra a la realidad.

Hoy en día, demasiada gente vive en una ilusión. Se escapan al mundo ficticio que crean las películas o al mundo de la realidad virtual.

¿Pero acaso la realidad más hermosa no es aquella que es real? ¿No es mejor ver un fantástico atardecer que una película? ¿No preferirías sentir la emoción de la aventura en vez de simularla en un parque de diversiones? ¿No preferirías alcanzar la grandeza en vez de alucinar que eres Cleopatra?

Todos saben en realidad que la vida es fantástica.

Entonces, ¿por qué hay tanta gente desdichada? Se debe a que no están enfocados en la realidad. Una persona puede fingir que tiene todo bajo control, cuando en realidad se está engañando a sí mismo. La realidad es absoluta. En todo momento es de día o de noche. Puedes vivir la realidad durmiendo y decidir no relacionarte con ella, pero la realidad seguirá estando ahí.

El Camino #41 es Maamidó al haemet, que significa literalmente ‘institúyelo en la verdad’. No vivas una vida de ilusiones. Entra en la realidad. Es lo único verdadero.

Tú puedes encontrar la verdad

Dos personas pueden ser vecinos por años, jugar golf juntos, cenar juntos, considerarse mejores amigos y sólo estar en desacuerdo en un tema: Dios. El tema más fundamental en la vida —el cual determina nuestro pensar sobre prácticamente todas las cosas— ¡y estos dos ni siquiera están de acuerdo en si existe o no!

"Coexistencia" no es lo mismo que vivir en la misma realidad. Entonces, ¿la realidad de quién es la verdadera?

Conviértete en un buscador de la verdad. Sé ambicioso y busca saber de qué se trata realmente la vida. Busca constantemente evidencia para apoyar o para contradecir tus ideas. Siempre debes estar abierto a recibir nueva información, la cual te permitirá afinar tu entendimiento de la verdad.

Conoce la evidencia

En nuestra generación, la gente generalmente no se molesta en buscar la verdad porque no creen que exista. "Todos tienen razón. Es una opinión contra la otra”. Y por lo tanto, aceptamos vivir en un mundo de confusión. La gente incluso tiene miedo de conversar sobre temas profundos, porque dicen: "Me van a lavar el cerebro. No seré capaz de decidir si lo que me están diciendo es correcto o no".

Lucha contra esa locura que habita en tu propio interior y en los demás. Debemos confiar en que existe la verdad y en que puede ser encontrada. Ese es el punto de partida de toda realidad.

Debes tener confianza en tu habilidad para distinguir entre lo correcto y lo incorrecto. Por ejemplo, sabes que tienes 10 dedos en las manos. ¿Pero qué pasa si viene alguien y te dice que tienes 74 dedos? ¿Tienes pruebas de que está mal?

Todos tus sentidos y tu experiencia previa te dicen conjuntamente que tienes 10 dedos en las manos. Es una convicción inquebrantable.

Ahora probemos con un ejemplo más difícil. ¿Qué es más importante, ser feliz o ser rico? La mayoría de la gente diría "ser feliz". Y que pasa si viene alguien y te dice: "Está bien sentirse miserable y solitario, ¡siempre y cuando tengas mucho dinero!". ¿Quién está bien y quién está mal? ¿Acaso lo sabes?

¿Qué pasaría si hubieras nacido en Alemania y te hubieran dicho “mata a los judíos, son una plaga para la humanidad”? Cuando te pusieran en juicio por crímenes de guerra, ¿podrías declararte inocente diciendo que tu opinión es tan válida como cualquier otra? ¿Por qué no? Porque sabemos que ciertas cosas están objetivamente mal. Y todo ser humano tiene la responsabilidad de conocer esa realidad.

Reúne evidencia clara para estructurar tu actitud frente a la vida. Te ayudará a evitar que te conviertas en una víctima de las modas pasajeras… o de cosas peores.

Cambio de actitud

La realidad está íntimamente ligada a la actitud.

Imagina una mujer joven que viaja a una ciudad distante para ir a la boda de su amiga. Tiene un hermoso vestido, diseñado especialmente para la ocasión. Entonces, justo antes de irse del hotel rumbo a la boda, un torpe camarero le da vuelta una bandeja con comida encima del vestido. ¡Qué desastre!

Instantáneamente, su mente empieza a recorrer todas las posibilidades: encontrar un servicio de tintorería de emergencia, intentar pedir prestado otro vestido, o simplemente no ir a la boda. ¡Tiene que tomar una decisión!

Esta mujer llega a la conclusión de que la mejor opción es ir a la boda con el vestido sucio. Esto desencadena otra serie de decisiones, porque cuando alguien le pregunte, "¿Por qué tu vestido está sucio?", ¿qué va a responder? Podría simplemente decir, "En realidad no importa, lo importante es que estoy aquí para gozar de la boda de mi amiga”. O bien podría decir: "Pobre de mí", y pasar el resto de la noche quejándose de cómo ocurrió, de cuán cabizbaja se siente y de cuán desastroso había resultado todo.

Si decides que "el mundo es un desastre y es horrible tener que estar aquí", entonces así es como vivirás. Pero si decides que "la vida es buena y es un placer estar aquí", ¡así es como vivirás!

Si es bueno estar vivo, debes saber: ¿Qué tiene de bueno?

Frecuentemente, el verdadero problema es que la gente no sabe lo que quiere. Si no sabes lo que quieres, entonces no podrás poner todas tus energías en alcanzarlo.

Una vez que conozcas tu razón para vivir, no habrá qué te detenga. Cada mañana saltarás de la cama con el asombro de un niño ante la emoción de vivir.

Si hay cosas malas en el mundo, tienes dos opciones: puedes quejarte o puedes ayudar a mejorarlas. El secreto está en tu actitud. No te quedes ahí sentado diciendo, "Ojala el mundo fuera diferente". Lo hermoso de esta vida es que podemos cambiar las cosas malas. Tienes el potencial, sólo tienes que decidir usarlo. Siempre hay un sinnúmero de caminos para escoger. La vida es tu decisión. Nadie más decidirá por ti. Pregúntate: ¿Estoy usando todo mi potencial? ¿Por qué no? ¿Qué me está deteniendo?

Lucha contra la locura

El judaísmo dice que la enfermedad más terrible, dolorosa, destructiva y contagiosa es la ignorancia. La gente puede llegar a suicidarse por causa de la ignorancia. Pierden dinero en la bolsa de valores y de repente piensan que ya no vale la pena vivir. ¿Qué ocurrió? Cortaron su conexión con la realidad.

"Cordura" va más allá de que simplemente no te encierren en un hospital psiquiátrico. La cordura despeja tu mente de la falta de claridad y te permite estudiar la belleza de la creación. La cordura es energizante, expansiva, impresionante.

La locura es contagiosa. Imagina que te encerráramos en un hospital psiquiátrico donde todos ven serpientes en las paredes. Después de seis meses, ¡es casi seguro que tú también creerás que hay serpientes en las paredes!

La gente acepta las cosas más ridículas sólo porque los demás las aceptan. La moda y la mercadotecnia de masas funcionan basadas en este principio.

¿Cuál es la mejor manera de sobrevivir en un hospital psiquiátrico? ¡Cura a los otros enfermos! Ya que si no lo haces terminarán influenciándote.

Busca la raíz

Todos hemos tratado de ayudar a alguien que se encuentra en problemas, ya sea un amigo, un compañero de habitación, un colega o un primo. El tipo está confundido y deprimido: "No sirvo para nada, soy débil, no soy nada". Lo apoyas, haces que sonría, lo alistas para que se enfrente a la vida, y después… a la mañana siguiente nuevamente está confundido y deprimido.

El problema es que no lo plantaste firmemente en la realidad. Solamente pusiste un parche, y el parche se salió.

Para alinear a alguien con la realidad, no busques soluciones cosméticas. Debes llegar a la raíz del problema. Busca cuál es la falta de conocimiento que lo lleva a esa acción negativa. ¿Cuál es el problema de fondo que lo detiene en su avance? Busca cuál es la movida estratégica que le dará un giro a su vida, liberará su potencial y hará que comience a avanzar en la dirección correcta. Eso hará que tus soluciones sean más eficaces y duraderas.

Imagina al padre de un adolescente que está frustrado porque su hijo no escucha sus consejos. Constantemente hay tensión y peleas. ¿Cuál es la solución? Haz que el padre se dé cuenta de un principio básico: "Nunca le puedes decir a otro qué tiene que hacer. Sólo le puedes mostrar por qué es significativo y le es beneficioso”. De esta manera, ayudarás al padre a replantearse su forma de enfrentar el problema.

¿Y cómo ayudas al hijo, que está convencido de que sus padres lo odian? Dale el siguiente ejemplo:

Estás viajando por Europa, te atropella un auto y terminas en un hospital. ¿Quién va a viajar 10.000 kilómetros para asegurarse de que estés recibiendo el mejor tratamiento posible? Tú sabes quién es el que viajará: tu padre. ¡Y sin embargo dices que te odia!

Canaliza su atención: Sus padres lo quieren incondicionalmente y no hay manera de que lo odien. Ahora le has dado claridad. Al menos hasta la próxima vez que su padre lo llame un “bueno para nada”...

Solución personalizada de problemas

Debes darte cuenta que no existen las soluciones estandarizadas. Tal como cada persona es única en su apariencia, de igual manera cada persona tiene motivaciones y necesidades diferentes. Una persona puede verse impulsada por el idealismo, otra necesita seguridad, otra quiere bienes materiales y otra está en búsqueda del honor. Así que, aunque hayas encontrado una solución, puede que ésta no sea aplicable en todos los casos.

(Por otro lado, existen ciertos motivadores universales: el deseo de ser mejor, de alcanzar nuestro potencial, de ayudar al prójimo, etc.)

Por ello, encarrilar a una persona en el camino correcto no significa ser un "mago de las soluciones" que le diga qué hacer. Significa ser un guía que puede ayudar a otros a ver sus errores y que guía sus exploraciones personales hacia las respuestas correctas.

No olvides enfrentar tus propios problemas. Para poder lograr que alguien viva en la realidad, primero tienes que entenderla tú mismo. Por lo tanto, lucha para resolver tus propios problemas, para liberarte y para poder ver más allá de tus problemas personales. Y mientras más "perfecto" seas, mejor líder serás para los demás.

En algunas instancias, sin embargo, si te encuentras con un problema muy difícil de resolver, algo que te puede ayudar es intentar resolver los problemas del resto. Contigo mismo, estás trabado. Con los demás, puedes ser más objetivo, y una vez que experimentes el éxito al resolver problemas externos, entonces podrás aplicarlo a ti mismo.

Dios y los judíos

Vas caminando y de repente ves un niño corriendo hacia la calle para buscar su pelota. Un automóvil da un frenazo para poder alcanzar a detenerse. El conductor grita por la ventana, llamándole la atención al niño por su insensatez. Algunos transeúntes menean la cabeza, otros apuntan al niño con un dedo acusatorio. Pero una persona corre tras el niño, lo persigue por 5 cuadras, lo agarra y le de una palmada en el trasero. ¿Quién es esta persona? ¡Su padre! Las demás personas dicen, "Algún día se va a matar, que terrible". Pero sólo al padre le importa lo suficiente como para procurar darle un gran susto de modo que no vuelva a hacer algo semejante.

Dios se preocupa del pueblo judío más de lo que cualquier padre se preocupa por su hijo. El pueblo judío es el transmisor de los valores de la Torá, y Dios no va a permitir que desaparezcamos. Por eso Dios tiene que mantenernos en contacto con la realidad. Incluso si nosotros decimos: "No nos importa ser judíos, queremos asimilarnos", Dios dice: "De ninguna manera. Tengo un trato con Abraham y ustedes son demasiado valiosos como para dejar que se pierdan. Aprenderán aunque sea Yo mismo quien tenga que mostrarles la diferencia".

Dios nunca "castiga". Siempre es de manera instructiva, encarrilándonos en el camino de la realidad.

Además, Dios no se venga de Sus hijos. Imagina que tu hijo hace cosas muy malas, poniendo su vida en peligro y causándote un sufrimiento intolerable. Entonces, un día vuelve y dice: "Papá, lo siento. Lo que hice fue horrible. Por favor, discúlpame". ¿Ahora qué vas a decir? ¿“Espera, tengo que vengarme por lo que me has hecho”? ¿O llorarás, lo abrazarás y celebrarás?

Un padre no se venga de su hijo. Ese es el principio de nuestro Padre Celestial.

¿Por qué vivir en la realidad es un camino a la sabiduría?

  • Nunca dejes de preguntarte: ¿Es bueno estar vivo? ¿Para qué estoy viviendo?
  • Debemos ser buenos. Ayudar a los demás a transitar por el camino correcto no es sólo otra parte de nuestra vida; es de lo que se trata la vida.
  • Identifica la raíz del problema. Córtala y libera el potencial latente.
  • Pregúntate: "¿Realmente deseo vivir en la realidad?".
  • Toma decisiones acerca de la sabiduría que adquieres: "¿Voy a vivir con ella o la voy a ignorar?".
  • Vive en el mundo real. Te hará anhelar la cordura.

 



Sobre el Autor

Rav Noaj Weinberg fue el fundador y director de Aish HaTorah Internacional. Por más de 40 años con sus programas educacionales atrajo a cientos de miles de Judíos de vuelta a su herencia.

Que la lectura de este artículo sea un mérito para elevar su alma.



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