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Acercándose al Creador

El judío... Don Quijote de la Mancha 2da.parte

  Segunda parte   Me permito presentar esta serie de art?culos, recopilados del libro recientemente editado en Barcelona, Los refranes esot?ricos del Quijote, La C?bala en la obra de Cervantes (Ediciones Obelisco), tras solicitar el debido permiso del autor, Julio Peradejordi. El
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Segunda parte

 

Me permito presentar esta serie de art?culos, recopilados del libro recientemente editado en Barcelona, Los refranes esot?ricos del Quijote, La C?bala en la obra de Cervantes (Ediciones Obelisco), tras solicitar el debido permiso del autor, Julio Peradejordi. El libro, adem?s de estar debidamente fundamentado, es una muestra evidente de que el autor, tal como ?l mismo lo dice de Cervantes, conoce las fuentes jud?as ?demasiado bien para no ser jud?o, o al menos, marrano?. De lo que s? me atrevo a dar fe es de su profundo amor y respeto por todo aquello que, tras investigar minuciosamente, reconoce relacionado con la Verdad.

La circuncisi?n

Las alusiones a la circuncisi?n practicada por los jud?os son constantes en el texto del Quijote, aunque nunca de un modo expl?cito. Cervantes es muy discreto. Sin duda sab?a que la guematria de ?Discreci?n? Taket es 118, la misma que la de Jalaf, que significa ?cuchillo?, una alusi?n a la circuncisi?n.
Veremos que no s?lo el nombre de don Quijote, le?do como Keshet es una alusi?n a esta pr?ctica, tambi?n la Orla que encontramos en Rold?n, Orlando, o Rotolando evocan al prepucio que es cortado en la circuncisi?n.
El tema de la circuncisi?n, aparece representado tambi?n en la castraci?n del castor, que encontramos en la Primera Parte del Quijote (I-21).

Pero quiz? el gui?o m?s sutil nos lo proporciona el an?lisis numerol?gico del n?mero de cap?tulos que aparecen en la primera y la segunda parte. Como veremos m?s en profundidad, 52 cap?tulos de la Primera Parte y 74 de la Segunda suman 126, la guematria de Nimol, ?circunciso?.

En el cap?tulo 19 de la Segunda Parte Cervantes nos hablar? del los ?discretos cortesanos?, una manera discreta de referirse a los ?cortes sanos? de la circuncisi?n.

El Sastre que aparece en el episodio del juicio de la ?nsula Barataria insiste en que es ?sastre diplomado?. De hecho lo que nos est? diciendo es que es un Mohel, un rabino capacitado (diplomado) para realizar circuncisiones. Cervantes est? jugando con la etimolog?a de Jaiat, ?sastre?, que quiere decir ?cortar?.

Los ?errores? de Cervantes

Tras una lectura apresurada y superficial se podr?a pensar, como de hecho lo hacen la mayor?a de cervantistas, que Cervantes era un escritor descuidado que escribi? El Quijote a toda velocidad y ni siquiera se tom? el trabajo de releerlo. Obviamente no es as? y muchos de los presuntos errores y confusiones no son sino gui?os que brinda al lector atento y conocedor de la c?bala. Cervantes no es libre, est? en el exilio, en la c?rcel de este mundo, y su libro es un libro para el exilio escrito desde el exilio: ?se engendr? en una c?rcel, donde toda incomodidad tiene su asiento?. (I-1)

Tendr? ocasi?n a lo largo de este trabajo de levantar algunos de estos ?errores? y ver que no son tales. Algunos de los m?s evidentes, que analizar? detalladamente, son la confusi?n de la sarna con la matriarca Sara o la de Busilis con Osiris. Cometiendo estos ?errores? Cervantes sigue una t?cnica que los cabalistas conoc?an bien. De hecho en la misma Torah hay algunas curiosidades que los exegetas modernos no jud?os consideran ?errores?, pero que son llamadas de atenci?n que la c?bala explica muy satisfactoriamente.

En el cap?tulo 5 de la Primera Parte a Urganda la desconocida la llama Urgada, con lo cual Cervantes nos est? advirtiendo que para entender su mensaje hemos de buscar m?s all? de la letra, hemos de ?hurgar? en el texto, de ?revolverlo? o sea de darle la vuelta para ver qu? se nos est? diciendo sin decirlo.

El relato de la quema de la biblioteca del ingenioso hidalgo que aparece en el cap?tulo 6 de la Primera Parte merece especial inter?s. Cervantes nos est? recordando una costumbre de la ?poca y es la de quemar las copias del Talmud que eran incautadas a los marranos.

Que uno de los asistentes a la quema sea precisamente un barbero no deja de ser curioso, y eso por dos cosas. Es harto probable que, acudiendo a la figura del barbero, Cervantes nos est? diciendo que aquellos que quemaban las copias del Talmud no eran sino b?rbaros. Por otra parte, en hebreo ?barbero? se dice Sapar, que se escribe igual que Sefer, ?libro?.

En el ?donoso y grande escrutinio que el cura y el barbero hicieron en la librer?a de nuestro ingenioso hidalgo? se quema un libro que el barbero llama Florismarte de Hircania, cuando en realidad se llamaba Felixmarte de Hircania. Hircania, nos dicen los comentaristas, era una regi?n del Asia Menor cuyos habitantes y animales se caracterizaban por su crueldad, pero en realidad me temo que a Cervantes le importaba muy poco el Asia Menor: est? aludiendo a un personaje que aparece menudo en el Talmud: Rab? Eli?cer ben Hircanos, llamado ?el inflexible guardi?n de la Tradici?n?, por lo que es comparado en el tratado talm?dico de Avoth con una cisterna, o sea alguien que retiene todas las ense?anzas que recibe.

En este trabajo he acudido constantemente al maravilloso Diccionario Akal del Refranero Sefard?, de Jes?s Cantera Ortiz de Urbina, Ed. Akal, Madrid, 2004
Eduardo de Echegaray, Diccionario general etimol?gico de la lengua espa?ola, voz ?cabello?, Madrid, 1887.

El libro se puede comprar a trav?s del mail:
comercial@edicionesobelisco.com



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