Rav Iaacob Muhafra
Para Reflexionar Juntos

ESCOGERÁS LA VIDA

Dice el versículo: Y extendió Moshé su mano hacia el cielo y fue la oscuridad y la tiniebla en toda la tierra de Egipto tres días (Shemot 10,22). Explica Rash"í, que estos tres días de oscuridad sucedieron ya que los malvados del pueblo de Israel de a
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Dice el versículo: Y extendió Moshé su mano hacia el cielo y fue la oscuridad y la tiniebla en toda la tierra de Egipto tres días (Shemot 10,22). Explica Rash"í, que estos tres días de oscuridad sucedieron ya que los malvados del pueblo de Israel de aquella generación no aceptaban salir del Egipto y por ello murieron durante estos tres días, para que los egipcios no vieran que también los Iehudim morían y pensa­sen que ellos se encontraban incluidos en el castigo. De hecho ¿Cuántos murieron en la plaga de la oscuridad? Cita Rash"í sobre el versículo: Y armados salieron los hijos de Israel de Egipto (Shemot 13,18) que según una opinión la palabra "armados" puede leer­se como "un quinto", que salieron de Egipto, los demás murieron allí. De acuerdo a esto, es necesario analizar detalladamente. Ya que si el motivo de la plaga de la oscuridad era para que los egipcios no percibiesen la muerte de los Iehudim, ciertamente una falta tan grande como ésta los egipcios la notarían claramente tras los días de oscuridad, no se trataba de la muerte de unos pocos, sino cuatro veces la cantidad que en definitiva salió de Egipto.

 Necesariamente debemos asumir que el Eterno realizó el milagro de que no se percatasen los egipcios de una falta tan grande de personas. Siendo así, ¿Por qué, entonces, fue necesaria la plaga de la oscuridad? De todas formas se requirió de un milagro para que los egipcios no perciban la falta de personas.

En la plaga de la lepra, esta escrito: Y tomaron de las cenizas del horno y se presentaron ante el Faraón, y lo arrojó Moshé hacia el cielo (Ib. 9,10). Explica Rash"í, todo lo que se arroja con fuerza, debe de arrojarse con una sola mano. Por lo tanto, ocurrieron en ese momento varios milagros; primero, la palma de Moshé contuvo la cantidad de cenizas de su mano y la de Abaron, segundo, el polvo se esparció por toda la tierra de Egipto. Aparentemente, si ocurrieron tantos milagros ¿Por qué entonces necesitaba Moshé arrojarlo con una sola mano y utilizar todas sus fuerzas? Se hubiese manifestado más claramente el milagro si lo arrojaba con las dos manos y sin fuerza.

Asimismo podemos preguntar sobre la plaga de las langostas, en la que encontramos escrito: E inclinó Moshé su vara sobre la tierra de Egipto y el Eterno condujo un viento del este sobre la tierra de Egipto, todo aquel día y toda la noche. Fue la mañana y el viento del este levantó la langosta, y subió sobre toda la tierra de Egipto (Shemot 10,13-14). Asimismo al quitar esta plaga encontramos una expresión similar: Y volvió el Eterno un viento del oeste, muy fuerte y levantó las langostas (ib. 19). También es preciso comprender en este caso ¿Por qué el Eterno no trajo la langosta inmediatamente, sin hacer soplar el viento del este? ¿Para qué fue necesaria la mediación del viento durante toda la noche?

Encontramos en distintos lugares de la Tora que el Eterno encomendó a Moshé realizar los milagros por medio de la vara, como está escrito: Y la vara tomarás en tu mano con la que realizarás las señales (Ib. 4,17), también: Y levantarás tu vara y golpearás las aguas (Ib. 7,20) Y le dijo el Eterno a Moshé, dile a Altaron, extiende tu mano con tu vara sobre los ríos, los afluentes y los pantanos (Ib. 8,1). Y así en otras numerosas ocasiones. Esto realmente causa asombro ¿Qué utilidad ofrecía dicha vara? ¿Acaso el Eterno necesitaba la vara para producir los milagros? Definitivamente únicamente palabra del Todopoderoso podía originar todas aquellas maravillas! Para qué entonces una vara?!

 Algo similar es preciso comprender con respecto al episodio de me mará, en el que el pueblo de Israel no podía beber de este manantial porque las aguas eran muy amargas, y se quejaron ante Moshé y Aharón reclamando algo para beber. Allí escribe la Tora: Y clamó (Moshé) al Eterno y le indicó el Eterno una rama y la arrojó a las aguas y se endulzaron (Ib. 15,25).

Igualmente en este caso está claro que no se requería de la rama para endulzar el agua, por el contrario, afirma el Midrash (Tanjumá Ib.) que se trataba de la madera "hordofni" que era naturalmente amarga, por lo que el endulzado del agua fue un milagro abierto. Siendo así, ¿Qué necesidad existía de encomendarle a Moshé arrojar la rama al agua, por qué no se produjo el milagro sin arrojar la misma?

EL MILAGRO OCULTO

Para aclarar todas estas preguntas, citaremos el versículo que dice: Fuego eterno arde sobre el altar, no se apagará (Vaikrá 6,6). Escribe al respecto el Jinuj (precepto 132) es mandato de D-os trasladar fuego al altar cada día. El fundamento de este precepto es, porque los grandes milagros que el Eterno le hace a las personas en su inmensa piedad, los realiza de manera oculta, aparentando que las cosas suceden naturalmente o casi en forma natural. Porque aún en el milagro de la partición del Mar Rojo, que fue un milagro público, está escrito: Y el Eterno hizo que el mar se desplazara con un fuerte viento del este toda la noche y convirtió al mar en tierra seca, y las aguas se partieron (Shemot 14,21). Y por este motivo, fuimos encomendados a encender fuego sobre el altar, aún que en ese lugar baja fuego del cielo, para ocultar el milagro.

El gaón (erudito) Rab Jaim Shmuelevitz z"l, decano de ía Yeshivá de Mir, explica estas palabras del Jinuj de la siguiente manera, el Eterno oculta los milagros abiertos y públicos, aún cuando se trata de una cambio radical en el orden natural, como en el episodio del Mar Rojo, para que el hombre los descubra. Ya que este es el objetivo del hombre en el mundo, descubrir la honra divina y alcanzar a esclarecer la verdad por medio del esfuerzo personal. De hecho, es apropiado que se oculte la honra del Eterno, para que sea revelada por el trabajo del hombre.

Más aún, si no existiese el ocultamiento de la presencia divina y los milagros se manifestaran abiertamente a los ojos de todos, el hombre carecería de libre albedrío y se hallaría en la categoría de los ángeles, para quienes la verdad es perfectamente captada por su misma esencia y no necesitan trabajar para revelarla. Pero el hombre fue creado de una forma diferente, para obrar y esforzarse en función de alcanzar la verdad y revelar la honra divina por medio de su esfuerzo personal.

EL ARCA DE NOAJ

Cuando D-os decretó el diluvio sobre toda la humanidad, le ordenó a Noaj (Noé) construir un arca para así salvarse él con su familia y las distintas especies de animales, como está escrito: Y todo ser vivo, de toda criatura, ¿los de todos traerás a/ arca para hacer vivir contigo, macho y hembra serán (Bereshit 6,19). Escribe el Ramba"n al respecto: Es sabido, que las especies animales son numerosas, algunos sumamente grandes, como los elefantes, rinocerontes, etc., los insectos que pululan sobre la tierra son asimismo numerosos, y entre las aves hallamos incontables especies... y de todas las especies le encomendó introducir al arca para que puedan reproducirse, sumando a ello el alimento que requerían para un año entero, no alcanzaría el arca que construyó, ni siquiera otras diez similares! Pero se trataba de un milagro, que un espacio pequeño contuvo tanto.

 

Si es así, pregunta el Ramba"n ¿Para qué le fue requerido a Noaj construir un arca tan grande? Sería suficiente con construir una pequeña y el milagro haría el resto!, si de todas formas necesitaron del milagro.

Responde, en su segunda respuesta, Decidió el Eterno que sea construida grande para disminuir el milagro, ya que es una constante en todos los milagros de la Tora o de los profetas hacer aquello que se encuentra al alcance del hombre y lo demás dejarlo en manos del Eterno.

Explica Rab Yejezquel Levinstein z"l, en su obra Or Yehezquel, que todo el objetivo del milagro es para el hombre, para que medite y deduzca del mismo la grandeza del Eterno. Y debido a que toda la creación está dirigida a permitirle al hombre hacer uso de su libre albedrío, y utilizar este rasgo con el que fue dotado, para realizar el bien por propia aspiración y voluntad, si el milagro sería tan grande y evidente que se hace innegable, entonces se verá afectada su capacidad de elección, porque ya no podrá escoger el mal con la misma decisión que escoge el bien, ya que se hizo evidente la verdad y se puso al descubierto la mentira. Por este motivo, el Eterno disminuyó el milagro del arca, para que conserven las personas de aquella generación la posibilidad de retornar en Teshubá y rectificar sus actitudes por propia decisión. En este mismo sentido escribe el Saba de Kelem z"l sobre el versículo: Y subió Moshé desde las llanuras de Moab al monte de Nebo, en la cima, que se encuentra frente a Yerijó, y le mostró el Eterno la tierra (Debarím 34,1). Escribe el Ramba"n sobre esto: Cita el valle de Yerijó ya que se trataba de un valle profundo, que no podía ser divisado desde la cima de la montaña, sin embargo, pudo observarlo por medio de un milagro.

 

Pregunta el Saba z"l, si el Eterno le mostró a Moshé la tierra de Israel en forma milagrosa ¿Para qué entonces tuvo Moshé que subir al monte? La respuesta, ocurrió de esa forma para disminuir el milagro, ya que el Eterno se comporta con el hombre en lo posible dentro de los límites de la naturaleza.

Según este concepto podemos decir, que con el fin que los egipcios no percibieran la muerte de los malvados del pueblo de Israel se hizo necesario un milagro. Sin embargo, es voluntad del Eterno ocultar el milagro en lo posible y por ello creó la plaga de la oscuridad, para que murieran en ella y así permitir la posibilidad del error pensando que no ocurrió un milagro.

DISTINGIR LA MANO DEL ETERNO

Según lo escrito hasta ahora, podemos responder también porque arrojó Moshé con fuerza las cenizas que traerían la lepra sobre Egipto, y la langosta llegó por medio de los vientos, y en distintos lugares que el Eterno produjo un milagro se menciona la vara, todo para disminuir el milagro y no hacer tan evidente la presencia de D-os. Sin embargo, los sabios podrán distinguir la mano del Eterno presente. En cada una de estas situaciones, para de esta forma recibir recompensa por su escogencia del bien. Como dijimos, si el milagro sería en forma abierta y evidente, sin ningún velo, se afectaría la capacidad de elección del hombre, y está escrito Escogerás la vida (Debarím 30,19), todo debe hallarse sometido al albedrío del hombre.

De acuerdo a este principio se aclara también lo que encontramos en el Patriarca Iaacob, cuando durmió en el monte de Moría, está escrito: Y tomó de las piedras del lugar y las colocó bajo su cabecera, y se acostó en aquel lugar (Bereshit 28,11). Explica Rash"í, que colocó las piedras como un cerco alrededor de su cabeza, porque temía de las fieras del lugar.

 

Aparentemente resulta ilógico, ¿Acaso las fieras no podían ingresar por sobre las piedras? ¿No podían atacar otras partes de su cuerpo? Sin embargo según lo anterior podemos comprenderlo perfectamente. En realidad sabía laacob que D-os lo protegería de las fieras, pero para disminuir el milagro realizó algún esfuerzo por su parte, aún cuando dicho esfuerzo, insignificante, sin la intervención celestial no hubiese podido protegerlo, pero era lo mínimo que podía realizar de su parte, y eso fue lo que hizo.

Por este motivo el profeta Elishá, cuando revivió al hijo de Shunamit en forma milagrosa, de todas formas para no poner el milagro en total evidencia, colocó sus ojos y su boca sobre las del niño, para aparentar una reanimación natural y así poder ocultar el milagro.

LA SALVACIÓN MILAGROSA DE LA YESHIVÁ DE MIR

Podemos agregar, dice el Rab Yejezquel z"l, en realidad no existe una disminución del milagro en sí, sino la disminución es acorde a la perspectiva humana del mismo, ya que allí radica el fundamento de la creación, determinar si el hombre distingue entre el bien y el mal, entonces en relación a esta prueba es suficiente algún velo natural para encubrir el milagro. Porque al existir un aspecto natural, ofrece a la persona la posibilidad del error, de someterse al mal instinto y argumentar que sólo se trata de una situación natural y no de la expresión de la divinidad.

Por ello, agrega Rab Jaim Shmuelevitz z"l, aún cuando la salvación de la Yeshivá de Mir durante el terrible holocausto se produjo de manera absoluta y abiertamente milagrosa, sin embargo existía una tiniebla que cegaba los ojos de la gente próxima, al ver la intervención del "consulado", "visas" que ayudaban, etc., todo tipo de intervenciones racionales, aún cuando era claro que todas estas situaciones simplemente escondían el colosal milagro que ocurría, la mano del Eterno permanecía oculta tras una espesa cortina. Ello les otorgaba a quienes vivenciaban dicha situación la posibilidad de descubrir la honra divina que materializaba toda esta situación. Y agrega: Lo mismo podemos decir en relación al milagro ocurrido con Israel, en la guerra de los "seis días", en la que la ira divina cayó sobre el enemigo, como está escrito: Y caerá sobre ellos el temor y el miedo (Shemot 15,16-17). Los aviones y los tanques del ejército Israelí fueron simplemente la cortina que ocultó el milagro real, la oscuridad tras la cual se escondió la honra divina.

ESFUERZO Y LA CONFIANZA EN DI-S

Aparentemente, podemos cuestionar la afirmación Talmúdica (Betzá 16a) que dice: El sustento del hombre se determina de un Rosh Hashaná al otro. De ser así, supuestamente el hombre no debería preocuparse ni trabajar para obtener el sustento, ya que de todas formas el mismo se encuentra determinado y no lo ayudará ningún esfuerzo que realice, ¿Para qué, entonces, hacer que el hombre trabaje y se esfuerce?

Sobre este tema ya escribió Rab Simja Zisel de Kelem z"l, que el esfuerzo que el hombre realiza y que pesa sobre sus hombros, fue impuesto por el Eterno y todo su objetivo es constituir una prueba para el ser humano. El Todopoderoso colocó al hombre en un mundo en el que Su presencia se encuentra oculta, aparentemente el hombre decide en relación a su manutención y sus cuestiones mundanas en forma independiente, por lo tanto puede equivocarse y pensar que su fuerzo y su habilidad le permitieron lograr sus éxitos (Debarím 8,18). Sin embargo, tras esta cortina, es preciso que el hombre descubra y reconozca la acción divina, que todo ocurre por decisión e intervención del Eterno.

Y añade textualmente en sus escritos (comentario "El camino de la fe"): No existe una ley natural, todo ocurre exclusivamente por intervención del Eterno, ninguna cosa grande o pequeña sucede sin la previa decisión divina, como afirma el versículo (Ejá 3,37) ¿Quién es el que dijo y ocurrió algo, que el Señor no mandó? Porque aún cuando realiza algún esfuerzo, debe poseer la certeza que su accionar no decide nada en absoluto, sino la voluntad del Eterno es la que determina. De esta manera, descubrirá la presencia divina que se oculta tras el velo de la naturaleza, podrá santificar al Eterno al reconocer Su honra, aún tras la realidad que la encubre.

 

Este es el concepto fundamental de la confianza en el Todopoderoso, reconocer que todo se origina en El, y aún cuando realizamos todo tipo de esfuerzos, y debemos realizarlos tras la maldición divina de Con el sudor de tu frente comerás pan (Bereshit 3,19), de todas formas debemos saber que nuestro accionar no es la causa definitiva, sino la misma es la intervención divina, Porque Él te otorga la fuerza para triunfar, y el esfuerzo que debemos realizar es sólo el medio que origina la voluntad divina.

Se cuenta que en cierta ocasión el Jafetz Jaim z"l le preguntó a un lehudi por su situación. Este le respondió, no dañaría si la situación fuese un poco mejor! Le dijo el Jafelz Jaim: ¿Cómo sabes que no dañaría? El Eterno sabe mejor que tú, y siendo que es misericordioso, piadoso, ciertamente desea darle lo mejor y posee los medios para hacerlo, y si de hecho no lo hace, es porque sin lugar a dudas esto es lo mejor!

A la luz de lo escrito, concluimos que el esfuerzo excesivo no resulta en un mayor beneficio, porque lo que le corresponde a la persona es lo que recibirá, y lo que se exige de él es un mínimo de esfuerzo para que los resultados se encuadren dentro de lo natural, por lo tanto, un esfuerzo denodado es simplemente expresión de falta de confianza. Este mismo concepto encontramos con Iosef, quien por incrementar esfuerzos, que según su nivel espiritual no correspondían, al pedirle dos veces al ministro de las bebidas Me recordarás y pues has de recordarme ante el Faraón (Bereshit 40,14), se le fue decretado de los cielos que permanezca otros dos años en la cárcel,

Y es necesario saber que lo mismo ocurre con las cuestiones espirituales. Así explica Rab Yehezquel Levinstein z"l (Ib.) el versículo de Mishié (2,6) Porque el Eterno da sabiduría de Su boca, saber y comprensión, de la siguiente manera: El Rey Shelomó de bendita memoria, accedió por medio de su plegaria y su pedido a una inteligencia sin límites, ya que la sabiduría es otorgada por el Eterno, El deber de estudiar que pesa sobre el hombre para alcanzar la sabiduría de la Tora, es exclusivamente para justificar el "milagro ", darle la posibilidad de equivocarse y pensar que él alcanzó la sabiduría por sí mismo. Por ello, aquel que puede alcanzar un nivel en el que no es necesario distinguir entre el bien y el mal, merece que el Todopoderoso le otorgue una sabiduría ilimitada, sin esfuerzo. Esto explica como muchos Sabios y hombres piadosos alcanzaran una sabiduría que no se encuentra en las posibilidades naturales del ser humano alcanzar, porque recibieron del Eterno una sabiduría sin límites, ya que todo logro intelectual es debido únicamente a la misericordia divina.

 



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