Una de las cosas más impresionantes del Judaísmo es la sensibilidad que éste exige de nosotros.
Es tan elevado el nivel de sensibilidad que deberíamos sentir hacia nuestro ambiente, hacia la gente, hacia nuestras propias emociones que la Torá nos expresa esta importancia pidiéndonos que nos comportemos de una u otra manera respecto de ciertas cosas como por ejemplo, no causarle dolor a los animales, cubrir las jalot en shabat antes de hacer la bendición por el vino para no “ofenderlas”, en caso de provocar daños materiales o emocionales a otro, debemos pagar por la vergüenza que le ocasionamos a la persona ofendida, y mil y un ejemplos más.
Y si yo les contara con qué delicadeza tratan mis maestros temas de relaciones humanas para no herir a nadie, parecería absurdo, pero así es…
Hay un episodio que, si entendemos lo que conlleva, podremos entender una faceta muy importante de la sensibilidad humana que debemos desarrollar. Está escrito que al realizar las plagas en Egipto, D-os le pide a Aharón - el hermano de Moshé - que sea él quien le pegue al río y no Moshé, puesto que fue el río el que ayudó a Moshé cuando era bebé para que no muera, cuando su madre lo puso en el canasto dentro del agua. Es decir que como agradecimiento al río no era correcto que sea Moshé quien le pegue. Y la pregunta es: ¿Tiene sentido esta acción? ¿No parece absurdo? El río no hizo nada, ¿por qué tanta precaución?
Una de las bases de la felicidad y del amor es la capacidad de la apreciación. Cuanto más uno pueda reconocer las virtudes de otros seres humanos, más podrá sentir amor hacia ellos. Cuanto más uno pueda disfrutar de las cosas que tiene, más feliz podrá ser. Cuanto más uno simplemente abra los ojos se dará cuenta de la maravilla que es la vida… Miren a los bebés y a los niños - por todo están felices, todo aprecian, todo admiran…de todo se sorprenden…
Otro concepto importante que hay que recordar es que desde la perspectiva judía, el objetivo de D-os al crear al mundo fue "dar". Así como un padre quiere que su hijo tenga lo mejor y le da lo mejor de si, así también, dicen nuestros Sabios que el Creador del Universo creó este mundo con una intención pura de dar, de amor… Entonces ¿por qué no sentimos ese amor tan profundo del Creador del Universo hacia nosotros? ¿Por qué no estamos tan felices?
Una de las respuestas a esta pregunta se encuentra en el principio que podemos aprender del episodio citado… Es cierto que la apreciación de las cosas es la base de la felicidad y el amor, es cierto que es un mundo de amor, pero lo único que nos falta son las herramientas para percibirlo y esa es precisamente la cualidad interna que D-os quería que Moshé desarrolle al pedirle que no le pegue al río. La cualidad de agradecer y reconocer cuando alguien hizo algo por ti - la cual llamamos en hebreo “hacarat hatov” - reconocer el bien…
El reconocer el bien o en palabras populares "agradecer", significa reconocer lo que otro hizo por ti y valorar y entender que sin ello las cosas no hubieran sido similares, algo hubiera faltado…
Imagínense poder caminar en el mundo agradeciendo por todo lo que se ha hecho por ustedes, desde el oxigeno, el agua, sus padres, sus amigos, la compañía de autos, el panadero, el fabricante de cubiertos. Imaginen su mundo sin una de las cosas que para ustedes son importantes…
Y si pensamos que sólo debemos ser agradecidos con los seres humanos y no con… el río por ejemplo, nos equivocamos. El Judaísmo nos pide sensibilizarnos como seres humanos al nivel tal que nuestras mismas emociones sientan y reconozcan el bien que hasta un objeto inanimado hizo por nosotros, puesto que las emociones se crean de experiencias, y si le pegaríamos al río nos desensibilizaríamos a esta apreciación de las cosas y de lo que ellas hicieron por uno.
Y sepan un secreto: Dicen nuestros Sabios que una de las herramientas básicas para percibir la bondad y el amor del Creador en el mundo es tener en nuestras personalidades esta cualidad, porque de no adquirirla en este mundo, no se adquirirá en ningún otro lado, y que triste es no poder percibir el amor tan grande en cada detalle de la creación a causa de nuestro egoísmo y sentimiento de “que todo me lo merezco”.
De la misma manera en que uno debe sensibilizarse a un buen vino y a un concierto de música clásica, debemos sensibilizarnos a la vida. Y cuanto más trabajemos en ello mejor nos sabrá.
Si quieres intentarlo, tómate el tiempo día a día de reconocer tres cosas que alguien o algo hicieron por ti y siente el vacío que hubieras sentido de no tenerlas. Después valora el hecho de tenerlas y di con el corazón.
GRACIAS!!!