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AMOR A PRIMERA VISTA
“Vengarás la venganza de los hijos de Israel con los midianim, después te reunirás con tu pueblo” (Bamidvar 31,2)
La venganza es con los midiamin y no con los moabim. Porque los moabim pelearon con los hijos de Israel porque sintieron miedo de ser invadidos y sometidos, a pesar de que los iehudim fueron ordenados de no mezclar a los moabim en ninguna guerra (Devarim, 2). Pero los midianim se mezclaron en una pelea que no les pertenecía (Sifri, Rashi).
La gravedad del proceder de los midianim, dice el rab hagaon Meir Rubman ztz”l, en su libro “Zijron Meir”, toma fuerza al ver lo que hicieron los moabim, que entraron en guerra solamente para defenderse del peligro, digamos, en defensa propia. Los midianim, en cambio, entraron en guerra con Israel sin motivo alguno.
El libro “Orjot Jaim”, profundiza sobre las consecuencias de quien entra en una guerra que no es la suya. Allí, el Rosh escribe: no intervengas en una guerra que no es tuya, ya que al final, ellos firmarán la paz y vos seguirás con el mismo enojo, siempre en pie de guerra. La intención del Rosh, en este caso, es la de prevenirnos, que cuando una guerra no nos pertenece, si entramos en ella, nunca podremos salir, porque esa guerra no es nuestro asunto, no tiene que ver con nosotros…
Y cuando en una pelea no tenemos nada que ver, no se puede decir que cuando se anula el motivo se anula la pelea. Y Jazal nos advirtieron en este punto: el pecado del odio gratuito (sin motivo) trae muchas peleas dentro de la casa de la persona, y la esposa, lo alenu, no completa su embarazo (perdiendo el bebé), y los hijos y las hijas de esta persona mueren siendo pequeños… (Talmud Babli, tratado de Shabat, 32)
En nuestros rezos de los “Iamim Noraim”, los jajamim nos siguen advirtiendo sobre el odio sin motivo. Decimos en el “Avinu Malkenu”: recordanos con piedad, hacé desaparecer el enojo, la exterminación, la peste, la espada, el hambre, la prisión, las epidemias, la maldad, las enfermedades, los sufrimientos, los malos decretos (entre otras cosas)… y el odio sin motivo que podamos tener y el de todos los hijos de Tu Pacto. Si algo falta en esta lista es simplemente porque la traducción está mal hecha. Y el último punto resulta ser el odio sin motivo. Y es sabido que la costumbre de Jazal es ir de lo más suave a lo más severo, como dijeron en el tratado de Baba Batra (hoja 8b), que todo el que va detrás de su compañero es más fuerte que el compañero…
Esto nos hace concluir que el odio sin motivo es más grave que cualquier otro tipo de sufrimiento o decreto malo!!! Una cualidad tan despreciable que convierte al que odia en un terrible asesino, ya que trae peleas a su casa y provoca el aborto de su esposa y la muerte de sus hijos cuando todavía son pequeños, Hashem nos guarde…
Y estudiamos, el segundo Beit Hamikdash, ¿por qué fue destruido? Porque había entre los iehudim odio gratuito (tratado de Ioma, 9b).
Y si queremos ver la reconstrucción del Beit Hamikdash, bimeira beiameinu, la solución parecería ser muy fácil y accesible. Simplemente hay que corregir esta cualidad tan mala, el odio gratuito, arrancándolo de nuestros corazones, y acostumbrar nuestras acciones hacia el polo opuesto, adquiriendo la cualidad contraria, o sea, intentar amar a nuestros semejantes con un AMOR GRATUITO (no un amor que no valga nada, sino entregar todo nuestro amor sin motivo, sin pretender nada a cambio). Que seamos capaces de entregar el amor en forma desinteresada, amar a nuestro semejante solamente por el hecho de ser un iehudi, ya que esa es la causa por la que nos ama Hakadosh Baruj Hu, querido Israel porque son llamados los hijos de Hashem.
Y siempre comprobamos que en la Tora no existen las contradicciones, después de leer la Meguilat Ester, cantamos “Shoshanat Iaacov…”, arur aman…, decimos: maldito aman porque quiso exterminarnos, Baruj Mordejai haiehudi…, bendito Mordejai el iehudi. Y, aparentemente, no vemos una causa por la que Mordejai debe ser bendecido, lo que si se explica es la causa por la cual maldecimos a aman, aman es maldito porque pretendió exterminar a nuestro pueblo.
Así debemos explicar, en verdad, sin una justa causa está prohibido maldecir a ninguna persona por el hecho de pertenecer a otro pueblo, incluso a aman, ya que estudiamos que la persona es querida (por Hashem) porque fue creada a Su Imagen (Pirke Avot, cap.3), y esto incluye tanto a iehudim como a los no iehudim. Si de todas formas, nosotros odiamos a aman, es solamente por el motivo que intentó exterminarnos.
En cambio, para amar y describir como bendito a Mordejai, no hace falta ninguna causa especial, alcanza con la característica tan particular de que Mordejai es el iehudi, con lo cual tenemos la obligación de amarlo hasta sin motivo, gratuitamente…
Sabemos que nuestros jajamim provocan, con sus buenas cualidades: aumentar la paz en el mundo, algo mucho más profundo que el amor gratuito del que estamos hablando, no se trata únicamente de no odiar a ninguna persona, sino que llevan a la práctica amar a todos sus semejantes, y además de esa forma, se ocupan de aumentar la paz sobre el mundo. Parecido a lo que estudiamos sobre Aharon HaCohen: ama la paz, persigue la paz, ama a todas las criaturas (a todas, sin tener en cuenta si son o no importantes) y las acerca a la Tora (Pirke Avot, cap.1).
En el libro “Sherirei Esh”, el rab hagaon Iejiel Iaacov Vainberg ztz”l cuenta sobre uno de sus encuentros con su maestro, el rab hagaon Natan Tzvi Finkel ztz”l, más conocido como el Saba Mislavodka.
Los grandes rabanim de Lita, rabi Jaim Oizer de Vilna y rabi Eliezer de Minsk, junto también con rabi Natan Tzvi, acostumbraban en los días de verano a viajar a una pequeña ciudad cercana a la ciudad de Liknsberg, en la Prusia oriental. Allí podían “respirar” el aire puro proveniente del mar para recuperar fuerzas, lo que se llama unas vacaciones curativas…
Y el “Saba” estaba allí con ellos porque los médicos lo habían obligado a interrumpir un poco sus grandes profundizaciones en los estudios para pasear y descansar a la orilla del mar. En esos paseos, en general, lo acompañaban alumnos del pasado, o jóvenes rabanim que habían sido nombrados últimamente para ocuparse de pequeñas ciudades de Lita, que disfrutaban al escuchar las conversaciones del Saba…
En una de esas charlas, decimos charlas porque eran cosas que surgían espontáneamente de la boca del Saba durante los paseos, comenzó a hablar sobe la obligación de sentir el duelo por el Beit Hamikdash en estos días de Ben Hametzarim y en los ayunos que realizamos durante el año. Recordó las palabras del Rambam, en las leyes de los ayunos, sobre el motivo que nos hace sentir el duelo: ayunamos para despertar a nuestros corazones, para abrir los caminos del arrepentimiento, recordando nuestras malas acciones y las de nuestros antepasados, que provocaron que lleguemos a tener estos sufrimientos. Y al recordar estas cosas pensaremos en mejorar, como está escrito…
Y, ¿cuáles son estas malas acciones?, preguntó el Saba, ¿qué fue lo que nos provocó a nosotros y a ellos estos sufrimientos? Y él mismo contestó: lo encontramos explícito en la Guemara, dijeron Jazal: Para los primeros, a los cuales se les revelaron sus pecados, también se les reveló el camino a seguir. Los últimos, no conocieros sus pecados, por lo tanto, tampoco el camino del arrepentimiento.
Para ellos no fue revelado, pero nosotros ahora lo sabemos…, ya que Jazal, a través de la profecía, nos revelaron los pecados que provocaron la destrucción de nuestro Beit Hamikdash, y por qué fuimos desterrados.
El Primer Templo fue destruido como consecuencia de tres pecados: idolatría, relaciones prohibidas y derramamiento de sangre. En cambio, durante el período del Segundo Templo, los iehudim se ocupaban de estudiar la Tora, cumplían los preceptos y hacían favores unos a otros, entonces, ¿por qué se destruyó? Porque entre ellos había odio gratuito, lo que nos enseña que este odio sin motivos es un pecado tan grave como los tres pecados que destruyeron el Primer Templo… (tratado de Ioma, 9)
Y lo más terrible, continuaba el Saba, es que nuestros corazones no tiemblan, ni siquiera laten más apresuradamente!!! Esto demuestra que ese satan, el que trae el odio sin motivos, todavía baila entre nosotros…
Y quien puede saber cuántos sufrimientos y desgracias todavía pueden caer sobre nosotros, lo alenu.
¿Acaso nosotros somos mejores que nuestros antepasados? Ellos se ocuparon del estudio de la Tora, del cumplimiento de los preceptos y de hacer Guemilut Jasadim, y con todo, no alcanzó como escudo en el día del pecado. ¿Y nosotros de qué nos ocupamos?
Nosotros nos ocupamos en ejercer el odio sin motivos. Sí, prosiguió el Saba, odiamos de día y odiamos de noche, y además, tenemos la caradurez de quejarnos y preguntar: ¿cuándo vendrá el Mashiaj?
Jazal se preocuparon por nosotros, quisieron acelerar el tiempo y sacarnos de este destierro tan amargo. Para eso establecieron estas tres semanas de duelo, para despertar nuestros corazones y abrir los caminos del arrepentimiento.
¿Y nosotros qué hacemos? Cumplimos las leyes y las costumbres que establecieron nuestros grandes jajamim, pero las cumplimos como bebés, sin entendimiento, sin recordar nuestras malas acciones que provocaron esto… Solamente imaginemos que en el mismo día de Tisha Beav, los gabaim del Beit Hakneset honraron ese año otra persona para determinada cosa que todos los años hacía la misma persona. ¿Acaso esta persona se va a quedar callada? El Saba recordó que esto pasó en una pequeña ciudad y es imposible describir la discusión que causó. El perjudicado sentía odio hacia los gabaim, que se equivocaron, hacia la persona que fue honrada, y hacia todas las personas que, viendo lo que ocurrió y, conociendo la costumbre del lugar, se quedaron calladas y no corrieron a defenderlo.
Y todo, como dijimos, en el mismo día de Tisha Beav…
Y todavía hay personas que afirman que no necesitamos estudiar “Musar”, reproche, olvidando las palabras de Jazal: Hakadosh Baruj Hu creó al ietzer hara, y creó a la Tora para combatirlo…
La generación que vivió la destrucción del Templo se ocupaba de la Tora, de los preceptos y hacían favores, pero existía entre ellos, el odio sin causas, ¿acaso podemos purificar nuestros corazones sin Musar? Los que dicen que sí, podrá ser que lo digan seriamente, pero están frenando la llegada del Mashiaj Tzidkenu…
Lekaj Tov.
Leiluy Nishmat
Harav Guilad Hacohen ben Shmuel zz"l
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