Adaptación Rav Gabriel Guiber
Shavuot

La Hoja Shavuot

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DOBLE BENDICION 

Escuché una vez, en las palabras del gaon, rabi Eliezer Simja Vaserman ztz”l, una explicación excelente sobre las bendiciones de la Tora, nos cuenta el rab hagaon Shlomo Levinstein Shlita...

Me han honrado para subir al Sefer Tora, ya estoy frente a él, y recito la bendición “Ayer Bajar Banu Micol Haamim Venatan Lanu Et Torato...” (que nos eligió entre todos los pueblos y nos entregó Su Tora). Y recité la bendición porque entiendo que es necesario agradecer por el Regalo que recibimos de nuestro Bore Olam.

Después de mi bendición, el “Bal Kore” leyó la Tora, y cuando terminó volví a bendecir “Ayer Natan Lanu Torat Emet Vejaie Olam...” (que nos dio la Tora que es Verdad, que da la vida en el mundo...).

Y ahora no entiendo, ¿por qué tengo que agradecer dos veces? Ya dije gracias hace no más de dos minutos...

Un iehudi me hace un obsequio envuelto con un hermoso papel de regalo, moños, cintas, etc. Y yo no sé lo que hay dentro, no sé si necesito de ese regalo. Pero, de todas formas, le doy las gracias, porque el hecho de hacerme el regalo me hace ver que él me quiere y dedica parte de su tiempo y de su dinero para mí.

Llegué a mi casa, abrí el paquete, y pude ver el maravilloso regalo. Justo lo que hace tanto tiempo quería comprar, algo que realmente necesitaba. Como si hubiera estado esperando toda la vida para tenerlo. Entonces, llamo a mi querido amigo para agradecerle nuevamente...

Y aquí no hay ninguna redundancia, la primera vez agradecí por la atención, por haberse ocupado de hacerme un regalo. La segunda agradecí por el regalo propiamente dicho.

De la misma forma, dice rabi Eliezer Simja Vaserman ztz”l, cuando estoy frente al Sefer Tora, le agradezco a Hashem porque nos eligió entre todos los pueblos y nos dio Su Tora, doy las gracias por la acción, nos dio la Tora a nosotros y no a todos los otros pueblos.

Pero después de que leyeron la Tora y escuché lo que recibimos, ahora tengo una nueva obligación de agradecer: porque nos dio la Tora que es Verdad y que nos lleva por una vida tan especial... O sea, agradecemos ahora por el contenido de la Tora y por la forma de vida que la Tora nos brinda!

EL AMOR DE HASHEM A ISRAEL EN LA ENTREGA DE LA TORA

El Or Hajaim Hakadosh pregunta en la perashat Itro: ¿por qué necesitamos el consejo de Itro para nombrar jueces que se ocupen de asuntos no tan importantes en lugar de Moshe Rabenu? Esto es algo muy elemental, ¿no podía surgir la idea en un integrante del pueblo?

(Rabi Iojanan David Salomon Shlita aclara que un iehudi no puede dar ese consejo, porque el iehudi quiere escuchar y recibir la Tora directamente de la boca de Moshe Rabenu. Por eso lo sugiere Itro, que no entendía este concepto, pensando que se trataba solamente de una cuestión técnica).

Continúa el Or Hajaim Hakadosh: digamos que Hakadosh Baruj Hu quiere honrar a Itro, y por eso le da la palabra para aconsejar a los hijos de Israel. Pero no podemos decir así ya que para honrar a Itro hace falta sacarle honores y méritos a los integrantes de nuestro pueblo preguntando, ¿no existe en el pueblo de Israel nadie a quien se le ocurra algo tan simple?

Por eso, el Or Hajaim concluye que Hakadosh Baruj Hu quiere mostrarnos que nos dio la Tora no por nuestra sabiduría o por nuestro entendimiento, sino solamente porque nos quiere... y esto se da para la generación del desierto y para todas las generaciones, ya que en todos los tiempos hubo personas inteligentes entre los no iehudim, por eso, Hashem nos entrega la Tora a nosotros, los iehudim, por Su Gran Favor y el Amor que tiene por nuestros padres, Abraham, Itzjak y Iaacov.

El rab hagaon Don Segal Shlita trae las palabras del Zohar Hakadosh. Hashem le preguntó a todos los pueblos si querían recibir la Tora, y cuando ellos preguntaban qué estaba escrito en ella, Hakadosh Baruj Hu les decía algo que ellos no podían o no estaban preparados para recibir. A los ishmaelim les dijo que en la Tora está escrito que no se puede matar. A amon y moab, que no se pueden tener relaciones prohibidas...

Y el Zohar trae el siguiente ejemplo: un hombre tenía una medicina capaz de curar todas las enfermedades. Cuando estaba a punto de morir, pensó que sus servidores matarían a su hijo para apoderarse de la medicina, una herencia muy especial. Por eso, llamó a sus servidores y les ofreció la medicina en forma de regalo, pero, antes de entregarla, le puso un poquito de veneno encima. Ellos le preguntaron qué era y él les dijo que lo verifiquen por sí mismos.

Cuando descubrieron que se trataba de veneno, le dijeron al hombre: “esto se lo podés dar a tu hijo”.

Mi hijo tampoco va a querer recibirlo, aseguró el hombre.

No te preocupes, dijeron los servidores, nosotros lo convenceremos, le agregaremos otros regalos para que acepte recibir su herencia...

Así, Hakadosh Baruj Hu pretendió que la Tora sea solamente para nosotros, y para que los demás pueblos no sientan envidia, también se las ofreció a ellos, pero, poniéndole un poquito de veneno por encima para que no quieran recibirla...

Cuando el Bore Olam le entrega la Tora al pueblo de Israel, se la entrega con regalos: algunos de ellos preceptos que se desprenden de las mismas prohibiciones, por ejemplo, de la prohibición del adulterio aparece el precepto de casarse con la esposa del hermano fallecido (ibum).

Vemos, entonces, que la entrega de la Tora es una muestra del amor de Hakadosh Baruj Hu hacia su pueblo Israel.

 

EL MERITO DE VIVIR LA VIDA DE LA TORA

Dice la Guemara en el tratado de Pesajim (hoja 68) que rab Iosef le pedía a la gente de su casa que le prepare, en honor a la fiesta de la entrega de la Tora (Jag Hashavuot), las mejores comidas, y decía: si no fuera por este día, cuántos Iosef habría en el mercado!

Explica el Ialkut Haguershoni: un iehudi debe comer y beber (como cualquier otra persona, no llegamos a la categoría de los ángeles), debe procurarse su sustento y más tarde el de su familia, se casa, tiene hijos, y mientras tanto, está viviendo una buena vida en este mundo... Y preguntamos: ¿a esto se le llama Olam Haze? Seguro que no! El iehudi recibe por todas estas cosas que nombramos su recompensa en el Olam Haba, ya que ésta es la Voluntad de Hakadosh Baruj Hu.

Y así explicamos las palabras de rab Iosef: si no existiera este día, cuántos Iosef habría en el mercado! Porque en este día fuimos merecedores de recibir la Tora que es Vida, que nos permite vivir la Vida de la Tora, que transforma a cada una de nuestras obligaciones materiales en preceptos!

Para ampliar esta explicación traeremos las palabras del rab hagaon Moshe Shaul Klein Shlita, que habla sobre la Guemara en el tratado de Shabat (hoja 89), cuando Hakadosh Baruj Hu le dice a nuestros Avot, empezando por Abraham Avinu: -Tus hijos han pecado…

-Borrá el pecado por la Santidad de Tu Nombre, contesta Abraham.

Ahora Hashem le dice lo mismo a Iaacov Avinu que contesta lo mismo que Abraham. Hakadosh Baruj Hu piensa, que si se dirige a Itzjak Avinu, éste intentará encontrar méritos en los hijos de Israel, y le dice: -Tus hijos han pecado…

Itzjak contesta con una pregunta: ¿son mis hijos y no son tus hijos? Cuando les entregaste la Tora y ellos la recibieron dijiste: mi Hijo, el Primogénito Israel. Y continua Itzjak: ¿cuántos son los años de vida del hombre? Setenta años. Hasta los veinte años vos no castigás. Quedan cincuenta años, de los cuales, veinticinco son noches. Quedan veinticinco años, y en ellos hay doce años y medio que el hombre utiliza para rezar, comer y beber y hacer sus necesidades.

Quedan solamente doce años y medio en un total de setenta. Podés entonces perdonarlos, o poner a mi cuenta la mitad, o poner todo a mi cuenta!

Nos dice el rab Klein que este cálculo no es correcto. Porque si en los setenta años de vida solamente tenemos doce años y medio para cumplir con los preceptos, entonces, la queja no resulta ser doce años y medio contra los setenta años sino que la queja debe ser qué hicimos en los doce años y medio respecto a los doce años y medio posibles…

Y contesta que, cuando un iehudi duerme para recuperar fuerzas, porque por la mañana tiene que levantarse temprano para poder asistir a un curso de Tora, resulta que en el Olam Haba, recibirá su premio no solamente por el tiempo que concurrió al curso sino también por el tiempo en que durmió para recuperar sus fuerzas. Y, lo alenu, la persona que usa su tiempo para el mal, por ejemplo, un ladrón que se va a descansar para poder salir a robar temprano por la mañana, recibirá su castigo también por el tiempo que estuvo durmiendo (aparentemente sin cometer pecados).

¿Y qué pasa con el que no es ni justo ni pecador, el medio medio?

Cuando se va a dormir, tiene la intención de levantarse temprano para concurrir al curso, pero, finalmente, no se levanta a tiempo por haragán, entonces recibirá su premio por la intención que tuvo al dormir, y la queja hacia él resultará solamente por no haber concurrido a estudiar.

Por eso, un iehudi que tiene una clase de Tora de una hora por día, y para cumplir con esa clase organiza todo su día, levantándose muy temprano para poder, después de los rezos de la mañana, ir hasta el almacén para comprar las cosas que hacen falta en la casa antes de dirigirse a su trabajo. Y después puede volver temprano a su casa para poder descansar un poco antes de la clase de Tora, de forma de estar más descansado para poder prestar más atención y aprovechar su clase…, para este hombre, las veinticuatro horas del día se consideran de Tora, y recibirá su premio en el Olam Haba por las veinticuatro horas del día!

Vemos, que todos los iehudim, en el momento de la entrega de la Tora, nos hicimos merecedores de un regalo maravilloso, un regalo que convierte toda nuestra existencia en una vida llena de Santidad.

Y encontramos la intención de las palabras de rab Iosef, si no fuera por este día, Jag Hashavuot, cuántos Iosef habría en el mercado!

Gracias a la Tora, todas nuestras acciones están ahora llenas de Santidad, de lo contrario, todas nuestras acciones que parecen comunes, serían así, simplemente comunes…

La Tora, tiene ese mágico poder, que convierte cosas comunes, de acuerdo a nuestras intenciones, cuando son Leshem Shamaim, en preceptos!

Por todo esto, tenemos dos motivos para agradecer al Bore Olam en este gran día: Porque nos elegiste entre todos los pueblos y nos entregaste Tu Tora. Porque nos entregaste la Tora que es Verdad, para vivir la Vida de la Tora.

  Esh Dat 5760.

Leiluy Nishmat

 Alberto Abraham ben Amalia  ?"?

 

 



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