Adaptación Rav Gabriel Guiber
Sucot

La Nueva Hoja Nueva -SIMJAT-TORA-18

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ESTA ES LA TORA

 
Contó el rab hagaon Iaacov Galinsky zz"l que su cuñado, rabi Zalman Astolin, llegó a Bnei Brak después de muchos y largos años en la congelada Siberia, fría y desolada.

El frío no sólo se sentía en el cuerpo sino también, y mucho más fuerte, en el espíritu. Era terrible la desolación espiritual, la gente que estaba presa allí esperaba pacientemente el turno para dejar este mundo.

Pero el cuñado, con todas sus fuerzas, cuidó su iahadut, se esforzó al máximo para cumplir los preceptos en los que existiera la mínima posibilidad de cumplir, pero, estaba solo allí, absolutamente solo, no había ningún otro iehudi cerca. Sin Minian para rezar ni en día de semana ni en Shabat, ni en Jol Hamoed ni en las fiestas, ni en Rosh Hashana ni en Iom Hakipurim.

Hakadosh Baruj Hu lo ayudó, con sus oraciones y sus llantos, logró salir de allí, y llegó a nosotros arrastrándose sobre un par de muletas.
Imposible describir su alegría al estar junto a iehudim, junto a su familia, ver a su alrededor que la gente cumple, estudia la Tora y se preocupa por los preceptos y las buenas acciones.

El primer Shabat que estuvo aquí, con nosotros, fuimos juntos al Beit Hakneset a rezar la Tefilat Shajrit. Tefila con Minian, un Beit Hakneset repleto de iehudim, sus ojos se desbordaban!!!

Comenzó a hacer preguntas, y le conté que en el Beit Hakneset de “Lederman”, donde estábamos, hay, primero, un Minian que reza con la salida del sol, “Vatikin”, y mientras allí ya están en la mitad de la Tefila, se organiza en el cuarto contiguo, el segundo Minian, en el “Beit Sheini”. Y cuando el Minian de Vatikin finaliza, se organiza allí mismo un tercer Minian.

Mi cuñado estaba excitadísimo, no se llenaba de escuchar cosas que para él, parecían provenientes de otro planeta. Tres turnos para rezar las oraciones de Shabat en un mismo Beit Hakneset, y allá en Siberia, él, era el único iehudi!!!
La Tefila finalizó y le dije a mi cuñado si quería acompañarme de regreso a casa. Pero, me pidió si podía quedarse allí un rato más, estar allí. En un rato volvería solo, ya sabía el camino de regreso…

Y Baruj Hashem, la Tora tiene gran bendición, mientras todos lo esperaban, alcancé a estudiar una hoja de Guemara, dos, tres… y rabi Zalman todavía no llegaba…

Yo me preocupé, porque era todavía extraño en la ciudad, y se movilizaba con muletas. Tal vez se perdió por el camino y no sabe cómo llegar. Quién sabe dónde podremos encontrarlo. Antes que nada, fuimos al Beit Hakneset. Investigamos, tal vez alguien vio dónde fue. Sí, lo vieron, seguro, él está arriba, en el último piso, en la terraza. Subí, y allí estaba, frente a mí. Me hizo una señal con su mano para que espere, un momento. ¿Qué hay, qué pasa? Esperé a su lado cerca de veinte minutos. Solamente en ese momento, se levantó y se apoyó en sus muletas.

¿Qué estás haciendo aquí?, le pregunté.
Dijo: ustedes son como un ratón acostado sobre una montaña de monedas. Resulta ser un colchón para nada cómodo. Ninguno de los que está aquí se dio cuenta del tesoro que tienen debajo.

Durante una hora completa, me estuvo contando. Una hora completa estuvo saltando de Minian en Minian, caminando ayudado por sus muletas. Para contestar otro “Amen”, otro “Amen Iehe Shmei Raba”, otra “Kedusha”. Estos son los tesoros, y mi cuñado estaba dispuesto a permanecer allí, sin volver a casa, mucho más tiempo.
Estuvo desconectado durante años, hambriento, y ahora, al ver semejante abundancia, con tanta bendición, ¿cómo es posible desconectarse de todo esto?
Y recordé lo que escuché de rabi Ele Lupian ztz”l, cuando hablaba en nombre del Saba Mikelem ztz”l: todo este mundo fue creado para una finalidad central y única.
Así dijeron nuestros sabios, todo lo que creó Hakadosh Baruj Hu en su mundo, no lo creó sino para su propio honor, como está escrito (Ieshaiahu 43,7): todo fue nombrado en Mi Nombre, para Mi Honor fue creado, formado y así lo hice para mí (final de Avot). Y así recordaron siempre las personas: “Baruj Hu Elokenu Sheberaanu Lijbodo”, Bendito nuestro D-s, que nos creó para Su Honor.

Por esto, dijo Hashem, habría sido suficiente para Mí, crear todo este gran mundo, y mantenerlo con vida y alimentarlo durante seis mil años, para que durante todos esos años, aparezca un solo hombre, que una sola vez en su vida, solamente una vez, diga “Baruj Hu Ubaruj Shemo”.
Con esta sola acción, se cumplió la finalidad de la Creación del Mundo. Darle Honor al Cielo.

Y agregó: Mil “Baruj Hu Ubaruj Shemo”, no equivalen a un solo “Amen”.
Y mil “Amenim” no pesan lo que pesa un “Amen Iehe Shmei Raba”.
Y terminó diciendo: mil “Amen Iehe Shmei Raba” no alcanzan para equilibrar el valor de una palabra de Talmud Tora.

No fue porque sí que Jazal establecieron que debemos alegrarnos en Simjat Tora, al finalizar la lectura de toda la Tora, los Jamishe Jumshe Tora.

En una oportunidad, me encontré con un grupo de estudiantes de una Ieshiva que estaban caídos y sin entusiasmo. ¿Por qué?, porque no entendían la clase que había dado el Rosh Ieshiva, no comprendían el tema con claridad, y miraban con mucha envidia a otros estudiantes, que estaban satisfechos de la clase, y que tuvieron éxito y aprendían y avanzaban, y descubrían permanentemente novedades en el estudio.

En efecto, parecían como ratones sobre un colchón de monedas de oro. ¿Acaso tenían la idea de lo que significa estudiar una sola palabra de Tora?!
Comencemos por “Bereshit”, por el principio, cuántos iehudim en el mundo saben leer las letras de Rashi. Y cuántos iehudim en el mundo saben lo que está escrito en un Jumash. Cuántos iehudim en el mundo leen, año tras año, el Jamisha Jumshe Tora, dos veces el texto de la Tora y una vez el Targum, cuántos escuchan la lectura de la Tora en el Beit Hakneset. Cuántos abrieron una Guemara. Cuántos saben lo que es “Baba Metzia”, y podríamos continuar sin detenernos…

Nuestros sabios establecieron que vamos a bailar al término de la lectura de los Jamisha Jumshe Tora. Todo lo demás, cada escalón y escalón, es un mundo entero, un agregado impresionante de luz. Lo principal, no ser desagradecidos.

Tenemos que agradecer que no estamos en Siberia, congelados. Tantos hermanos nuestros están tan congelados con distintos tipos de venenos. Y nosotros, con el favor de Hashem, también “Amen”, también “Amen Iehe Shmei Raba”, también “una palabra de Talmud Tora”, decimos.

Por eso, alegrarnos con la Tora, con la parte que nos toca, ya con terminar de leer todas las perashiot de la Tora, Jazal nos ordenó bailar, y sí con el paso del tiempo, subimos a los escalones superiores, tendremos más para bailar y agradecer. Pero a no desesperar cuando un escalón se pone difícil. Paso a paso, estaremos cada vez un poco más arriba.
 
 
Traducido del libro Lehaguid – Simjat Tora.

 

 

 

Leiluy Nishmat

Israel Ben Shloime   z”l

Lea (Luisa) Bat Rosa    Aleha Hashalom

Iemima Bat Abraham Avinu    Aleha Hashalom

 



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