A CONSTRUIR EL MISHKAN
...?hicieron para ellos un becerro de oro?
(Shemot 32,8)
Prestemos atención a la lectura de la perashat Ki Tisa, que tiene una gran particularidad, dice el rab hagaon Iaacov Galinsky ztz?l.
Sabemos, que en Shabat suben a la Tora siete personas. Los primeros, el Cohen y el Levi.
Normalmente, la perasha se divide en siete partes lo más parejas posibles. Pero, en esta perasha, se leen, para el Cohen, cuarenta y cuatro versículos, para el Levi, cuarenta y seis, y para los cinco restantes, solamente cuarenta y tres. Entre los cinco que quedan debemos repartir cuarenta y tres versículos, un promedio de ocho para cada uno?
Encontramos el origen de esta rareza en el Maguen Abraham, que escribió en nombre de la ?Kneset Haguedola? que la perasha del becerro se lee siempre en la Alia del Levi. Y en el libro ?Tikun Issajar? leemos en nombre de los Rishonim, que recibieron de los Kadmonim, que como la tribu de Levi no se asoció en el pecado, por eso el Cohen y el Levi podrán escuchar la perasha sin sentirse culpables. Pero si se la leemos a un Israel, éste se va a avergonzar al recordarle que su bisabuelo pecó, cien generaciones atrás, hace tres mil trescientos años...
Y yo pregunto: ¿alguno de nosotros se sentirá mal si nos leen la perasha del becerro?
Si viene una persona y me dice: tu bisabuelo vio como hacían el becerro, y no le importó. ¿Esta persona está insultándome?, ¿me está haciendo sufrir? Entonces, ¿cuál es el problema al leer a un Israel la perasha del becerro?
En la antigüedad, cuando se leía el Sefer Tora, se traducía versículo a versículo. Porque la mayoría de la gente, no hablaba en hebreo. Esa costumbre hoy continúa entre los teimanim.
Y la Guemara dice que la perasha del becerro se lee y se traduce. Y pregunta: ¿por qué no?, ¿acaso hay algo que esconder?
Y vuelve a preguntar, podríamos pensar que estamos hiriendo el honor de Israel. Que se sientan mal al escuchar el pecado de sus ancestros. Al contrario, con más razón, cuando Israel se sienta mal por el pecado, entonces serán perdonados. Ya que la Guemara dice que en todo sufrimiento estamos siendo castigados, en parte, por el pecado del becerro de oro.
Pensemos: ¿para quién se traduce la lectura de la Tora?, para la gente común, que no conocía el idioma hebreo. Y ellos sentían vergüenza, tanta, que sus pecados eran perdonados. Y vemos, entonces, cuál es la forma de leer la perasha. La forma de estudiar cada versículo. Viviendo dentro de ellos, estando allí, palpitando cada situación?
Cuando era joven, en la lectura de la perashat Vaieshev, escuchábamos cuando Iaacov Avinu envía a Iosef a ver a sus hermanos. Una mujer, con todo sentimiento, comenzó a gritar: No, Iosef, ¡no vayas! Dueño del Mundo, sálvalo, por favor?
Las puertas de las lágrimas no estaban cerradas, y Reuben protegió a Iosef. Lo envió al pozo, pero, lo sacaron y lo vendieron a los ishmaelim. Pobre Iosef, ¿qué será de él? Si habría escuchado la voz de la mujer?, cuánto se habría ahorrado.
Pasó un año, y como dicen, la historia se repite. Otra vez Iaacov envía a Iosef. Ahora el grito de la mujer cambió: el año pasado te lo advertí, y no escuchaste? ya pudiste comprobar lo que ocurrió. Ahora, puedes hacer lo que quieras, ya eres un muchacho grande, puedes cuidarte solo.
Ella, la mujer, ya había hecho su parte?
En su momento, esto pareció una broma. Pero es la forma en la que debemos leer la porción semanal de la Tora.
Si leemos así, hace un mes y medio habríamos salido de Egipto, hace cinco semanas cruzamos el mar y cantamos la Shira.
El Shabat siguiente, recibimos la Tora. En este Shabat hicimos el becerro de oro.
El próximo Shabat, construiremos el Mishkan, y viviendo con la Tora, abandonaremos el becerro y recibiremos el perdón.
Traducido del libro Vehigadta.
Leiluy Nishmat
Israel Ben Shloime z?l
Lea (Luisa) Bat Sabri Aleha Hashalom