Adaptación Rav Gabriel Guiber
La Hoja

La nueva hoja PERASHAT EMOR

NOBLEZA  OBLIGA “El marido (Cohen) no se impurificará” (Vaikra 21,4) Nuestra perasha comienza con la advertencia a los Cohanim (sacerdotes) para que se cuiden de las impurezas: está prohibido que se impurifiquen con los muertos. Y la Tora escribe muy cerca de la
First slide

NOBLEZA  OBLIGA

“El marido (Cohen) no se impurificará” (Vaikra 21,4)

Nuestra perasha comienza con la advertencia a los Cohanim (sacerdotes) para que se cuiden de las impurezas: está prohibido que se impurifiquen con los muertos. Y la Tora escribe muy cerca de la prohibición también el motivo, y abre un capítulo extenso para enseñarnos a todos, no solamente a los Cohanim.

Nos explica, según las palabras de rabenu Haramban ztz”l, que para la categoría espiritual del Cohen, por cuanto que es posible que llegue a ser el hombre más grande y honorable del pueblo (si en el futuro es ungido como Cohen Gadol, Sumo Sacerdote), la Tora le advierte para que jamás impurifique su espiritualidad.

Y dijo el gaon, el justo, rabi Iorujam Haleivi ztz”l de Mir, que así nuestra sagrada Tora nos ordena en forma general, para llegar a cada hombre, y no sólo a los Cohanim: todo iehudi, por el solo hecho de ser iehudi, tiene una categoría espiritual destacada, y no puede comportarse como los hombres que pertenecen a otros pueblos, deberá cuidar sus modales, el tipo de vestimenta, el tono de voz y las palabras: ¡tú eres un iehudi, cuida tu categoría! El que cuida la Tora y cumple sus preceptos es dueño de una categoría especial, y porque “nobleza obliga”, deberá tener un lenguaje más refinado, vestirse con prendas más recatadas, y mostrarse con movimientos más delicados.

En el caso de un estudiante de Ieshiva, la advertencia se multiplica, ya que el estudio lo eleva a una categoría única, que es imposible profanar: no puede mostrarse en cualquier lugar, no tiene permiso a vestirse con cualquier prenda. Debe tener una gran claridad en sus palabras y en sus conceptos, en sus costumbres y en su andar, santificando siempre el Nombre del Cielo. Y más si tiene el mérito de convertirse en rab o de enseñar Tora, porque será un “grande y honorable en su pueblo”.

Y estas palabras están dirigidas, también y especialmente para los padres: ustedes son grandes y honorables a los ojos de sus hijos, sean meticulosos en sus costumbres, que sean de las mejores y con límites, para que jamás profanen vuestra categoría frente a ellos.

Siendo un estudiante de Tora de unos veinticinco años, ya fue nombrado como Rosh Ieshiva (de los jóvenes mayores) en Estambul, el gaon Hakadosh rabi Shlomo Eliezer Alfandari ztz”l. Cuando el Sultán Abdul Jamid subió a la cima del gobierno, tenía gran cantidad de opositores y enemigos que lo odiaban.

El Sultán se dirigió al rabino principal y le pidió una bendición para que su gobierno y su gestión tengan éxito y pueda sobreponerse a la fuerte oposición. De todos los grandes rabinos y estudiosos de Turquía, el rabino principal eligió al todavía joven estudiante, rabi Shlomo Eliezer Alfandari, para que sea el encargado de dar la bendición al Sultán. El rab le dio la bendición y todos los enemigos del Sultán se esfumaron…

Pasaron varios años y el rab Alfandari viajó a Damasco, en Siria, donde fue nombrado rabino principal. Obtuvo allí un gran reconocimiento y sus palabras eran Ley…

Se entiende que el padre aceptó la orden.

Ese mismo día vinieron a verlo unos enviados del gobierno. El vice gobernador comprometía a su hija y quería que la hija de este hombre sea el espectáculo en su fiesta con su voz y sus canciones.

Dijo el padre: mi hija ya no canta…

-Esa fue la orden del rab, prosiguió, y para mí, sus palabras son como la Ley.

Dijo el gobernante: “yo soy el que decide cuál es la ley en este lugar”.

El le ordenó al padre ante la presencia del rab, y envió en ese instante un telegrama al Sultán donde se quejaba del rab “cerrado”, “fanático”, que no permitía que la mejor cantante del lugar muestre su talento delante de los hombres. El gobernante le pedía autoridad al Sultan para expulsar al rab iehudi de su cargo.

-Nosotros vamos a esperar aquí mismo la respuesta, dijo.

Esperaron, hasta que llegó el telegrama de respuesta del Sultán: de inmediato le informaron al vice gobernador de Damasco sobre la llegada.

El Sultán, recordó al rab Alfandari, y la fuerza de su bendición, que por su mérito pudo asentarse en el gobierno…

¿Y qué sucedió?

El Sultán turco, el hombre más poderoso del imperio otomano, tenía una buena relación con los rabinos, y siempre se preocupó y seguiría preocupándose por mantener esa relación, con lo cual ayudó a que los esfuerzos de nuestros sabios por mantener las murallas del recato en el pueblo de Israel, rindan sus frutos.

 

Traducido del libro Maian Hashavua.

Leiluy Nishmat

Israel Ben Shloime   z”l

Lea (Luisa) Bat Rosa    Aleha Hashalom

Iemima Bat Abraham Avinu    Aleha Hashalom

 

 



Articulos Relacionados

Inscribite
Contactanos