Del versículo \"y aleccionarás a tu hijo ...\" (Éxodo 13, 8) deducimos el importantísimo precepto de relatar la salida de Egipto ? en particular a nuestros hijos ? para inculcarles la fe en D\'s y en su poder sobrenatural y en la elección de Israel, en vista a su preparación para la recepción de la Tora.
La ordenanza de enseñar a los hijos los pormenores de la salida de Egipto está repetida cuatro veces en la Tora con expresiones diferentes, de lo cual se deduce que la Tora se refiere a cuatro géneros de hijos que representan cuatro tipos de personas: el sabio, el perverso, el simple y el que no sabe preguntar. A cada uno de ellos debemos dirigirnos en forma diferente.
Nos formulamos una pregunta: ¿por qué el perverso está mencionado en segundo lugar después del sabio, siendo él, el de inferior categoría entre los cuatro hijos? El gran Sabio Rav David Abudarham explica: Enumeramos a los hijos según el orden de capacidad. El perverso a quien nos referimos no es una persona torpe. Al contrario, tiene inteligencia y entendimiento, sólo que no quiere aceptar el yugo de los Mandamientos.
Sin embargo, parecería más justo que los hijos fuesen mencionados según un orden de méritos pues ¿qué valor en sí tiene la inteligencia y la alta cultura del perverso? Lo esencial no es la ciencia sino la conciencia y el temor de D\'s a través de la observancia de Sus mandamientos.
Aquí cabe otra pregunta: Si es perverso y no acepta la Tora, ¿por qué asiste al Séder? La Hagadá se expresa duramente hacia él: \"Si estuviese en Egipto no hubiese sido liberado\" y sin embargo tenemos la obligación de incluirle en el diálogo.
Es que, como afirma el Talmud, (Sanhedrin 44): \"Un hijo de Israel, aunque caiga en el pecado, sigue siendo hijo de Israel\". Aun alejado del Judaísmo, una chispa judía siempre permanece en él, un cierto bagaje de sentimientos judíos se oculta en su corazón y un día podría revelarse transformando esta chispa en una ardiente llama. Por consiguiente, no debemos descartarle sino atraerle por la persuasión. Y es justamente el sabio que tiene la capacidad de convencerle en este sentido, por lo cual es lógico que el hijo perverso permanezca a su lado en segundo lugar del relato de la Hagadá.
Sin embargo, el autor de la Hagadá responde al argumento del perverso en forma agresiva: \"si hubiera estado en Egipto no hubiera sido liberado\". Es que en Egipto antes de la recepción de la Tora, aquel que renegaba de los principios del Judaísmo se excluía de la Comunidad, y es el caso de este perverso. Pero después de recibir la Tora en el Monte Sinai, todo judío quedó atado a ella y consciente o inconscientemente, voluntaria o involuntariamente, queda comprometido a cumplir sus prescripciones sin posibilidad de liberarse o excluirse. Todos los Judíos están unidos entre sí y son responsables unos de otros. Cada judío está ligado a la Tora sin posibilidad que esa unión pueda deshacerse, por lo cual, aún si cae en el pecado, conserva la cualidad de judío.
Es un deber primordial el transmitir de padre a hijo este concepto fundamental del Judaísmo. La Hagadá enumera cuatro categorías de hijos: el sabio, el perverso, el simple y el que no sabe preguntar.
Pesa\'h es un llamamiento a la libertad, a la liberación de nuestras almas de la influencia del exilio. Ser un pueblo libre significa adoptar una vida genuinamente judía, rechazando las ideologías, leyes, costumbres, convenciones y perversiones ajenas al judaísmo. Por otra parte, ser un pueblo libre en Tierra de Israel, no significa sólo ser independientes sino ser impermeables a todas las influencias que hemos importado del exilio y reedificar nuestra personalidad y nuestra patria sobre la base de la Tora eterna que es el precioso tesoro divino que recibimos en el Sinai a la salida de Egipto.
Entonces, nuestros ojos verán y nuestro corazón se regocijará con el arribo en masa de todos nuestros hermanos del extranjero y la redención definitiva tan esperada.
Extraído de los libros del Rab Nissim Behar zz\"l con la autorización de su familia.