Malka Wyzanski
Para Reflexionar Juntos

Mort y Amelle

  Mort y Armella….. y ahora, ¿cuál era su apellido?... No puedo recordarlo, pero puedo imaginarlos como si fuera ayer. Vestidos con camisetas y pantalones vaqueros, nadie habría adivinado que eran realmente judíos. Hasta que los escuché hablar&he
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Mort y Armella….. y ahora, ¿cuál era su apellido?...

No puedo recordarlo, pero puedo imaginarlos como si fuera ayer. Vestidos con camisetas y pantalones vaqueros, nadie habría adivinado que eran realmente judíos. Hasta que los escuché hablar… sí, era el hebreo rápido que los delataba.

Me senté aburrida en el banco, frente a la casita del nuevo complejo habitacional de la ciudad, que acababa de ser poblado. Habíamos sido uno de los primeros en lanzarse en el proyecto, por así decirlo, habíamos comprado en un barrio que, esperábamos, pronto se convertiría en un mini complejo de residentes observantes, una “mini-comunidad”.

Mientras esperaba que mi hijo que volvía de la escuela primaria se baje del autobús y cuidaba a mi otro pequeño hijo que andaba en triciclo por la acera, sentí una sensación de soledad entre el bullicio de los habitantes del nuevo barrio que aún no conocía. Fue entonces cuando me atreví a acercarme a ella.

"Boaz, bo hena" (Boaz, ven aca), dijo mientras perseguía a un niño que corría en el parque infantil.

 ¿He oído bien? ¿Un israelí aquí? Tal vez fue mi imaginación, pensé. Y me esforcé por escuchar mejor.

"Rak shnia, Ima,"  (sólo un minuto mamá) respondió Boaz mientras retozaba entre los juegos para niños en el parque. Mi presentimiento era correcto.

Sonreí y la saludé, cuando paso a mi lado. Ella me devolvió la sonrisa. Eso fue todo.

Pero la próxima vez que se topó conmigo me  aseguré de entablar una conversación. Tenía curiosidad. ¿Cómo llegó esta familia aquí? ¿Eran conscientes de que en las afueras de este complejo aislado yacía el verdadero "pueblo” Judio?

Armelle, pronunciado Aarmel-lll-le, con ese pintoresco y sofisticado acento de París, era una joven francesa sefardí que había ido a Israel en sus “veintes” para vivir por un tiempo la experiencia del kibutz y su forma de vida. Mort era bastante mayor - Yo diría que en sus treinta y tantos años - en realidad procedía de la vieja Brooklyn. Estuvo un tiempo en Florida como conductor de taxi, se cansó, y decidió probar justo en el mismo kibutz. Allí había conocido en una “cita”, por así decirlo , a una conversa, se casó con ella y se divorció unos años más tarde. Fue entonces cuando decidió que Armelle era la mujer para él. La vida había sido realmente "idílica". Se levantaba a las cuatro de la mañana para recoger las zanahorias en el campo, y ella trabajaba en el jardín de infantes local. Ahora, allí estaban, junto con su joven familia, los emisarios en shlijut, comercializando juegos y juguetes educativos fabricados por el kibutz.

Parecía que se sentían suficientemente judíos como para enviar a sus hijos a la guardería de la sinagoga reformista local, donde otros niños de buenas casas judias como Finklestien, Gross, y "McDonald” también asistían. Pero aparte de eso, el conocimiento de sus ilustres raíces era muy limitado . Sentí un impulso de atraerlos. Los invitamos a comer con nosotros en Shabat en un intento de presentarles un ejemplo positivo de lo es la verdadera práctica Judia. En mi mente, sin embargo, sentía que las comidas inevitablemente terminarían en un fracaso. En una ocasión, los niños estaban tan irritables e inquietos, que nosotros, los adultos, no podíamos conversar de forma inteligente. En otro - por supuesto, justo en el momento en que yo estaba ansiosa por impresionarlos - el plato principal se había recocinado.

Entonces, el barrio cambió drásticamente. De repente, la mayoría de los departamentos en alquiler quedaron vacantes y compraron muchas familias judías observantes.

Si es que acaso, al alejarse de la parte secular de Israel en que vivían, Mort y Armelle pensaron que se estaban alejando de los Judios y de su patria, no podían haber estado más equivocados. Ellos deben haber sentido como si los habitantes de Mea Shearim los hubiesen seguido directamente desde Jerusalem, la capital de su país!

Ahora eran ellos los que observaban el ajetreo y el bullicio predominante en la vida observante. Ya no éramos el único símbolo de una familia judía. Los Yidden constituían la mayoría! Las vísperas de Shabat y las fiestas, los hombres con talit en Shabat y Iom Tov, el olor del chulent impregnando el aire una vez cada siete días, barbas, kipá, sombrero negro, el brillo de los shteimlich (sombreros jasídicos de piel), gente vestida con recato... Una cosa era cierta, esto no era el kibutz!

Seguimos tratando de despertarles una chispa. Los que conocían sus antecedentes trataban de acercarlos con sus sonrisas y pequeñas charlas. Sin embargo, yo sabía que entre nosotros no se sentían tan cómodos. Así que la vida continuaba. Nosotros, con nuestros hijos, nuestros horarios y nuestros estilos de vida. Y ellos, con sus hijos, sus horarios y estilos de vida.

Sin embargo, hubo un atisbo de interés, tal vez por simple curiosidad normal. Armelle había aceptado con entusiasmo un encuentro de aprendizaje semanal improvisado y Mort aceptó una visita a la yeshiva en la que estudiaba mi marido. Oh sí, ellos sonreían y asentían con la cabeza, como si comprendieran algo superficialmente, ... pero en realidad, nos parecía , como si sus corteses agradecimientos fueran sólo eso.

"Hey..., todo este asunto es solo para ellos. No tiene nada que ver con nosotros ... "

Si era cierto o no, así es como podíamos leer sus pensamientos.

Antes de que nos diéramos cuenta, el período del trabajo para el kibutz llegó a su fin. Ellos empacaron sus pertenencias, se despidieron y regresaron a Eretz Israel, al kibutz en donde Mort se levantaría a las 4:00 de la mañana para recoger las zanahorias y Armelle se reintegraría en el jardín de infantes y sus hijos crecerían como buenos sabras ... con un futuro quizás a la altura del sueño del rey de los sionistas, Ben Gurion, “Judios en su país de origen sin ningún tipo de semejanza con el judaismo tradicional”.

Un tiempo después de su partida traté de mantener los lazos. Escribí una carta. No recibí respuesta. Pero de vez en cuando me pregunto. "¿Cómo les va, Mort y Armelle? ¿Se acuerdas de nosotros aquí en Chutz l\'Aretz? ¿Saben ustedes que hay más como nosotros que viven no muy lejos de su kibbutz? "

Y me imagino el escenario.

"¿Mort?"

"Sí, Armelle, ¿qué pasa?"

"¿Te acuerdas de cuando estábamos en los Estados Unidos?"

"Mmm. Sí ".

"¿Recuerdas que irónico fue que habíamos dejado Israel, la tierra de los Judios, donde nos ocupamos de la vida sin pensar en lo que es ser judío, y de repente fuimos testigos de la vitalidad y la vida judía auténtica?"

"Mmm. Sí, fue una cosa graciosa. "

"¿Mort?"

"¿Sí, Armelle?"

"Tu sabes, los niños están creciendo".

"Sí, me di cuenta."

"¿Has oído lo que pasó con Booz el otro día?"

"¿Te refieres a lo que nos contó sobre el problema de las drogas en su clase?"

"Sí, Mort. Y hay más cosas que me preocupan ... ¿Mort? "

"¿Mmm?"

"Quiero algo diferente para los niños. ¿Recuerdas lo agradable que era allá en el barrio, ver a esos increíbles niños? Niños que se veía tan - tan – tan…, no sé, era acaso por su judaísmo… "?

"Lo sé Armelle. He estado pensando de la misma manera. Allí, parecía que la vida tenía un propósito - mucho más que simplemente recoger las zanahorias en el campo. Era una linda forma en la vida familiar. Parecía que todo estaba sincronizado. Y que todo el mundo sabía que había una misión en la vida ... Algo que echo de menos y que yo sepa, no lo podremos encontrar en el kibutz ".

"¿Mort?"

"¿Sí, Armellle?"

"Me enteré de un seminario, creo que es patrocinado por un grupo llamado Arachim o algo así. Necesito unas vacaciones, Mort. Creo que tú también. Salgamos por un Shabat. Vamos. No tienes que comprometerse a nada. Vamos a ir, a escuchar, y listo. Si no es para nosotros, no es para nosotros. Por lo menos vamos a tener un descanso y un cambio de escenario. "

"¿Arachim? Pero es una cosa religiosa. ¿Seguro que dejan ir a gente como nosotros? "

"¡Oh, Mort! Es para gente como nosotros. La prima de Ronit de Haifa, fue sólo por curiosidad. Va de nuevo la próxima semana. Ronit dijo que ella no podía dejar de hablar del tema. ¿Qué dices tu, Mort? "

"Armelle, sí, vamos a darnos una oportunidad. Me vendría bien un descanso. Y además Armelle, extraño un poco los Shabat, cuando estábamos en Chutz l\'Aretz. ¿Crees que será lo mismo en el seminario Arachim, aquí en Israel? ¿Crees que el Shabat es el mismo?

"Tu sabe, Mort. No se. Pero sí sé algo, quiero averiguar. "

¿Mort y Armelle?

En mi mente, me imagino el ajetreo y el bullicio de la vida en un barrio típico religioso en Eretz Israel. ¡La mayoría son observantes! Las vísperas de Shabat y las fiestas, los hombres con talit en Shabat y Iom Tov, el olor del chulent impregnando el aire una vez cada siete días, barbas, kipá, sombrero negro, el brillo de los shteimlich (sombreros jasídicos de piel), gente vestida con recato...  Una cosa es cierta, ¡esto no es el kibutz!

Y en mi mente, allí en Shabat, en un apartamento, tal vez en el centro de Jerusalem, Mort y Armelle están de pie con sus hijos alrededor de una mesa festiva, una familia con un increíble aspecto judío. Mort hace kidush. Y el aura de santidad impregna su hogar ...



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