Adaptación Rav Gabriel Guiber
La Hoja

No. 347-Yitro-4

  EL MEJOR DESEO: QUE TENGAMOS UN BUEN VIAJE ...uno se llamó Guershom porque Moshe dijo: viví como forastero en tierra extraña. (Shemot 18,3) Moshe Rabenu, cuando nombró a su hijo Eliezer, alabó y agradeció al Bore Olam, porque lo salvó
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EL MEJOR DESEO:
QUE TENGAMOS UN BUEN VIAJE

...uno se llamó Guershom porque Moshe dijo: viví como forastero en tierra extraña. (Shemot 18,3)

Moshe Rabenu, cuando nombró a su hijo Eliezer, alabó y agradeció al Bore Olam, porque lo salvó de la espada del faraón. Pero, cuando nombró a Guershom nos hace dudar, con lo que nos obliga a preguntar: ¿qué finalidad tiene la comparación que proviene de este nombre, mostrando que fuimos forasteros en una tierra que no era nuestra? Y podemos preguntar más: ¿por qué no llamó al primero Eliezer? Ya que el haberse salvado de la espada del faraón fue algo que ocurrió antes de su estancia en midian…

El Jafetz Jaim ztz”l, en su libro “Al Hatora” nos enseña que esos nombres fueron puestos mientras Moshe estuvo en la casa de Itro, su suegro.

Deberíamos tratar de transportarnos hasta esos tiempos, para entender la situación que tuvo que atravesar Moshe Rabenu en esos días. En todo el territorio de midian, Moshe era el único hombre que creía en la existencia de Hakadosh Baruj Hu. También Itro, que aunque más tarde se convirtiera al iahadut, ahora estaba muy lejos de creer en Hashem, y desde luego, que sus acciones todavía dejaban muchísimo que desear. Solamente cuando Itro llega al campamento del pueblo de Israel, exclama: ahora yo sé que Hashem es muy grande!, con lo cual entendemos que antes de expresar estas palabras, no sabía quién era Hakadosh Baruj Hu.

Y el Midrash nos confirma esta suposición (Ialkut Shemoni, 169): cuando Moshe tomó a Tzipora, hija de Itro, por esposa, este mismo Itro jura que el primer hijo del matrimonio tendrá un gran honor: podrá convertirse en uno de los principales sacerdotes de la idolatría. Y también encontramos en el Targum Ionatan, que Itro, día tras día, se ocupaba de impedir a Moshe hacer el Brit Mila a su hijo primogénito, todo tiempo que Moshe permanecía en la casa de su suegro.

Entonces, en semejante ambiente, la posibilidad de una estrepitosa caída espiritual, no parecía algo lejano. Cualquiera podía temer, que Moshe aprenda de las malas acciones que se hacían continuamente en la casa de Itro y alrededores. Para anticipar el remedio a la enfermedad, Moshe le pone a su primer hijo el nombre “Guershom”, con la intención de mostrar a todas las generaciones cómo comportarnos cuando estamos rodeados de un ambiente hostil, porque dijo: fui forastero en tierra extraña. Con estas palabras, Moshe Rabenu intenta fijar este concepto en su alma, para recordarse a sí mismo, cada día, que el alma en este mundo, el Olam Haze, será siempre considerada como un forastero, hasta que después de los ciento veinte años, vuelva a su lugar de origen, el Cielo. Por eso, aquí, el alma se considera como alguien de paso en una tierra extraña. Y cuando el alma, vuelva a su fuente, al lugar en el que fue creada, podrá decir que se siente como “habitante” de ese lugar.

El Jafetz Jaim fortalece sus palabras con el caso de una persona que tiene que viajar a un mercado para hacer negocios con sus mercancías. Pensando en la enorme posibilidad de hacer grandes negocios, no prestó atención en que ese mercado estaba demasiado lejos de su casa, razón por la cual tendría que dejar solos a los integrantes de su familia por una larga temporada.

Una vez en el mercado, si alguien se le acercaba para ofrecerle dejar pasar el tiempo en tonterías, con seguridad podemos afirmar que no escucharía a nadie que viniera con propuestas semejantes, y después les diría: aléjense de mí! ¿acaso ustedes creen que abandoné mi casa por tanto tiempo y me alejé miles de kilómetros simplemente para dejar pasar el tiempo? Solamente vine aquí para conseguir el sustento para mí y mi familia, por eso tengo la obligación de aprovechar cada segundo que estoy lejos de mi casa!

Y no es tan difícil entender el mensaje:
El alma, algo tan valioso y querido que habita en los cielos (allí está su casa), desciende a este mundo material, para permanecer aquí durante un tiempo muy corto, muy lejos de “Su Casa”, y desciende pura y exclusivamente para adquirir Tora y buenas acciones. ¿Y qué pasa entonces? Aparece en escena el ietzer hara y empuja y convence al hombre para que desperdicie una parte muy importante de ese corto tiempo, tan valioso, y que lo use para cosas vanas y sin sentido. En ese preciso instante, deberíamos utilizar las palabras del comerciante de nuestro relato: ¿acaso no sabemos que somos personas extrañas en esta tierra? El alma viajó desde muy lejos, un viaje de mas de quinientos años desde el Cielo hasta la tierra, y dejó Su Lugar, tan bueno, solamente para llegar aquí y comprar la mercancía que en el Cielo no se puede adquirir, únicamente aquí, en el Olam Haze, se pueden comprar Tora y buenas acciones, para luego tener satisfacciones hasta la eternidad. Y vos, ietzer hara, ¿por qué querés molestarme para que pierda este tiempo tan valioso y que en lugar de hacer “mis compras” haga tonterías? ¿Qué le voy a contestar al Bore Olam cuando me pregunte por qué mi alma regresa al Cielo vacía?!!!

Nosotros, en nuestro lenguaje cotidiano, acostumbramos llamar “Am Haaretz” a una persona que no quiere estudiar Tora y por lo tanto carece de los conocimientos indispensables. El Shlah Hakadosh tiene otra forma de describir al Am Haaretz. Dice que este nombre se le da a la persona que convierte a la tierra, o sea el Olam Haze, como su lugar fijo de residencia. Por eso, a estas personas las denominamos como el pueblo de la tierra. Nosotros tenemos la obligación de considerarnos como de visita en esta tierra, ya que nuestro objetivo está enfocado hacia el Cielo, hacia la espiritualidad, hacia el mundo de nuestro Creador.

Y todo el que se sienta más y más extraño en este mundo, se alejará de ser un Am Haaretz!

Y el rab hagaon Jaim Shmuelevich ztz”l, nos explica lo que significa ser un Ben Haolam Haba, un hijo o un habitante del mundo venidero. Así decía, es el hombre que en su vida en el Olam Haze, se observa que está pasando por aquí como un pasajero en la mitad de un viaje. Su lugar de residencia permanente es el Olam Haba, de la misma forma que cuando llega un turista a cualquier lugar, por ejemplo, llega un turista de américa, todos lo llaman “el americano”, así el hombre que es un turista en el Olam Haze será el habitante del Olam Haba!

El rab hagaon Eliahu Dessler ztz”l, acompañaba a uno de sus alumnos que dejaba la Ieshiva para viajar a un país lejano. Cuando se acercaban a la estación de trenes, el alumno se dirigió al rab y le pidió: Rab, deme su bendición.

El rab, se paró y le dijo: es mi deseo, con todo mi corazón, que encuentres un lugar placentero en tu viaje!!!

El alumno quedó asombrado, no esperaba una bendición como esta, por eso preguntó: Rabenu, ¿nada más? Yo le pedí una bendición que me acompañe durante toda la vida, y el rab me bendijo para que solamente tenga un buen viaje!

El rab le aclaró: la bendición es para toda tu vida. Tuve la intención de desearte lo mejor para este viaje tan largo que tenés por delante, que continuará durante toda tu vida, el viaje en busca del Olam Haba. Y mi gran deseo es que durante todo este viaje cada cosa transcurra de la mejor forma...

Esta bendición está incluida en la gran enseñanza que nos dio Moshe Rabenu cuando nombró a su hijo Guershom. Todos debemos vernos en un espejo, durante toda la vida, como quien viaja de un lugar a otro, y todo porque sabemos que estamos en un estado de permanente transición, de cambio, esta es la forma de prepararnos con la verdadera intención de viajar hacia el Olam Haba, considerando a este Olam Haze, sólo como un camino para llegar a nuestro destino soñado, el Olam Haba. Y así, todas las dificultades que atravesamos en este mundo de guerra, dejan de ser dificultades, con lo que podemos sobreponernos tanto material como espiritualmente y continuar nuestro camino hacia la verdadera y eterna vida.

Entre el Gan Eden y el Gueinom hay una separación muy pequeña, como el grosor de un cabello, y ya escribió el “Jovat Halebabot” sobre la sabiduría: cuando usamos la sabiduría como corresponde, llevándola por el camino correcto, encontramos el remedio para cualquier problema. Pero, si lo alenu, nos dejamos inclinar y apartamos a la sabiduría de su sendero, entonces la enfermedad se agrava tanto, que resulta imposible encontrar alguna medicina para lograr hacerla retornar a su camino. Por eso la Tora se comparó con el fuego, dominado es beneficioso, suelto es imparable...

La crítica tiene una fuerza maravillosa, y con su ayuda podremos hacer cosas muy grandes. Lo primero, la autocrítica, así lograremos saber quién va en busca de la verdad. ¡Dichoso el hombre que aprendió a usar esta fuerza!

Lekaj Tov.

Leiluy Nishmat

Harav Hagaon Daniel Ben Sara zz"l



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