PAGANDO DEUDAS
“gente verdadera”
(Shemot 18,21)
Un hombre verdadero sabe que existe la recompensa por el cumplimiento de los preceptos y frente a esto, el castigo por los pecados. El que vive con esta verdad, podrá vencer a su instinto al saber que deberá exponer todo en el Juicio, que todo se paga y nada se desintegra, nada se olvida.
Un campesino llega por primera vez a la gran ciudad. En su andar por las calles de la ciudad, se paró frente a la entrada de una gran tienda. Las luces de colores iluminaban una entrada imponente.
De pronto, le llamó la atención algo que para él era mágico. Las puertas se abrían solas como “llamando” a la gente para que pase al interior de la tienda. Y él también entró... y vio mucha gente que paseaba por allí, con carritos repletos con las mejores cosas del mundo. La gente cargaba sus carritos a gusto, y seguían su camino, sin pagar... entonces decidió buscar un carrito y comenzó a llenarlo con todo lo que pasara por delante de sus ojos. Y la mayoría de las cosas que tomaba jamás las había visto en su vida.
En su recorrido, escuchaba bellas melodías, se sentía en el Gan Eden.
Después de llenar su carrito, quiso salir. Se dirigió hacia las puertas por donde entró, pero no sólo que éstas no se abrieron, sino que un hombre le indicó que la salida es por el otro lado.
Pensó, que la dirección de la tienda, decidió separar la entrada y la salida para que no se molesten los que entran con los que salen, y que del otro lado, las puertas se abrirían como cuando entró.
Para su sorpresa, cuando se acerca, en lugar de portones, ve un pasillo estrecho donde al final lo espera una “cajera” que le hará pagar por cada cosa que lleva, hasta por una pequeña caja de fósforos. Y a continuación hay otra puerta con un custodio, que también revisa que haya pagado cada cosa y cosa...
Todos sus sueños se disolvieron, en un instante. El campesino entendió rápidamente, que en las tiendas hay que pagar, y no hacen regalos. Por eso, tuvo que regresar, y acomodar todo lo que sacó de las góndolas.
Esto es lo que ve un hombre verdadero. Sabe que le harán la cuenta justa, y que habrá que pagar por cada cosa. Hay veces, que desde el Cielo nos hacen pagar aquí nuestras cuentas, en el acto. Para otros, que tienen “crédito”, los pagos a veces se hacen en cuotas, o a largo plazo, y para algunos el pago llega recién en el Olam Haba. Es bueno recordar lo que nuestros sabios nos enseñaron en la Mishna del tratado de Avot: “El patrón es honesto, y pagará el salario de acuerdo a tu trabajo”.
Traducido del libro Barji Nafshi.
Leiluy Nishmat
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