En estos tiempos más que en otras épocas, la humanidad entera - en cierta manera - a aprendido lo que es el valor de la paz.
Muchos países se muestran interesados en hacer de mediadores entre dos países o facciones que están en discordia con el "único" objetivo de conseguir que reine la paz entre las personas. Este es, sin ningún lugar a dudas, un gran paso que ha dado la humanidad toda, en su camino de culturización.
Sin embargo, si observáramos lo que ocurre dentro de cada país veremos que las personas no viven de una manera pacífica. No nos estamos refiriendo al orden democrático e institucional de las naciones sino a la situación de cada pueblo en el marco de lo social. Si observáramos las páginas de los periódicos o las noticias en los distintos medios radiotelevisivos, al llegar a la sección "policiales", veríamos que en realidad la paz es aún un lejano anhelo.
Sin embargo, no necesitamos llegar a la sección "policiales", también al llegar a "sociales" notaremos que las personas no se comportan pacíficamente en su hablar diario a pesar de que lo hagan de una manera "civilizada".
Ellos se humillan los unos a los otros sin cesar y cuanto más pueden ganar dinero o prestigio más contentos están, a pesar de que lo hayan logrado a costa de la desgracia ajena. La Torá nos enseña que la paz es mucho más importante de lo que generalmente creemos, y debemos tratar de buscarla aún en las pequeñas situaciones de nuestro diario vivir, incluso en nuestro más pequeño ámbito familiar.
"Le dijo (el ángel a Abraham): 'Volver, habré de volver a ti en esta misma época y he aquí que tendrá un hijo Sará, tu esposa'; y Sará estaba escuchando en la entrada de la tienda que estaba detrás de él. Mas Abraham y Sará eran ancianos, entrados en años; Sará había dejado de tener el período de las mujeres.
Se rió Sará dentro de ella diciendo: '¿Después de haber envejecido tendré deleite?! Y mi señor ya es anciano!'. Le dijo D'os a Abraham: ¿Por qué es que se rió Sará diciendo: 'Acaso verdaderamente daré a luz? Yo he envejecido!'?" (18:10-13).
En estos pesukim, la Torá nos relata cómo Sará recibió la noticia de que tendría un hijo. Sará, que estaba escuchando desde su tienda todo lo que el ángel - en nombre de D'os - le decía a Abraham, se rió dentro de ella, pues pensó que al haber dejado de tener el período de las mujeres, era "imposible" que tenga un hijo.
Además ella pensó que esto también era "imposible" pues Abraham ya era muy anciano.Al ver esto, D'os quiso que Abraham sepa lo que Sará pensaba para que él encamine los pensamientos de Sará, explicándole que no hay nada que D'os no pueda hacer para ejecutar Su voluntad, y si era necesario que Él haga un milagro para conseguir su objetivo, lo haría. Pero al estudiar con detenimiento los pesukim veremos que cuando D'os le informa a Abraham el pensamiento de Sará, lo hace cambiando algunas palabras.
Sará había pensado: '¿Después de haber envejecido tendré deleite?! Y mi señor ya es anciano!', pero cuando D'os le comenta esto a Abraham dice el texto que Sará pensó: '¿Acaso verdaderamente daré a luz? Yo he envejecido!'. Sará había pensado que era imposible que ella diera a luz por dos motivos: primero, ella ya había cesado de tener el período de las mujeres y segundo, ella sabía que Abraham ya era anciano. Pero D'os al comentarle esto a Abraham no le dijo que Sará pensaba que él era anciano. D'os sólo le dijo que Sará pensaba que ella era anciana. ¿Por qué es que D'os no le quiso decir la verdad a Abraham? Rashí (Rabí Shelomó Itzjaki, 1040 - 1105), en su comentario a la Torá nos ayuda a responder esta pregunta, a través de lo que dijeron Nuestros Sabios en el Talmud (Babá Metziá 87a). Dice Rashí literalmente: "Cambió el texto para que haya paz, ya que ella dijo: 'Y mi señor ya es anciano!' (y no: 'Yo he envejecido!')". El Talmud nos enseña que no es un hecho meramente casual que D'os haya querido ocultar de Abraham las palabras de Sará.
Hay una importante intención detrás de este cambio de palabras. Seguramente D'os no hizo esto porque sabía que Abraham se enojaría al escuchar aquellas palabras - ya que como nos enseña la Torá y toda la literatura post-bíblica, Abraham Avinu fue un hombre coronado con las mejores virtudes. De este pasaje podemos aprender que lo que nosotros llamamos "paz" no es ni un ápice de lo que realmente debe ser de acuerdo con la Voluntad Divina.
Es increíble decirlo pero D'os quiso enseñarnos que incluso Él - bendito sea Su Nombre, eligió las palabras correctas para que Abraham no se entere de los pensamientos de Sará respecto de él, a pesar de que él mismo no se enojaría! Aún más! Para que Abraham no se sienta mal al escuchar que Sará dijo que él es anciano, D'os quiso cambiar las palabras de Sará, a pesar de que ella habló con un gran respeto por su esposo, ya que ella dijo: 'Y mi señor!' al referirse a Abraham!Cuánto tenemos que aprender nosotros de nuestro Creador y de su Sagrada Torá! Nosotros no nos cuidamos de hablar correctamente para no provocar malos entendidos, aún cuando estamos seguros de que sí provocaremos enemistad entre dos personas. ¿Y todo esto por qué? Porque todavía no hemos entendido lo que realmente significa el vocablo "paz".