Rav Yehuda Levi
Temario Semanal

Parashat Balak

Temas de la Parashá Balak Bamidbar (Números) 22:2 - 25:9 Nuestra parashá habla sobre los siguientes temas: Primera aliá (22:2-12):  El temor del rey Balak.  Balak le pide a Bilam que maldiga al pueblo de Israel. Segunda aliá (22:13-2
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Temas de la Parashá Balak

Bamidbar (Números) 22:2 - 25:9

Nuestra parashá habla sobre los siguientes temas:

Primera aliá (22:2-12):  El temor del rey Balak.  Balak le pide a Bilam que maldiga al pueblo de Israel.

Segunda aliá (22:13-20):  El rechazo de Bilam.  Balak lo convence a Bilam de maldecirlos.

Tercera aliá (22:21-38):  La discusión entre Bilam y su asno.  El encuentro entre Balak y Bilam.

Cuarta aliá (22:39 - 23:12):  Las bendiciones de Bilam y las quejas de Balak.

Quinta aliá (23:13-26):  Bilam bendice nuevamente a Israel.

Sexta aliá (23:27 - 24:13):  Las profecías de Bilam para los pueblos.

Séptima aliá (24:14 - 25:9):  Bilam regresa a su tierra.  El pecado de Israel en Shitim.  La acción de Pinejás.

 

Comentario de la Parashá

En parashat Jukat la Torá nos había contado cómo el pueblo de Israel comenzó su viaje para ingresar a la tierra de Israel.  El pueblo, que se encontraba en la zona de la península del Sinai, quiso entrar a la tierra desde el sur.  Para eso ellos debían atravesar el territorio del pueblo de Edom, mas aquel pueblo se negó a dejar que el pueblo de Israel pase por su tierra y nuestro pueblo debió seguir la travesía hacia el este, bordeando todo el territorio de Edom, para después girar en dirección norte como para entrar a la tierra desde el oeste, desde la zona que hoy es el país llamado Jordania.

Siguiendo esa ruta, después de finalizar la tierra de Edom se encontraba el territorio perteneciente al pueblo de Moab, al sudeste de lo que hoy en día es el mar muerto.  Por cuanto que el pueblo de Moab también se negó a dejar que nuestro pueblo atraviese pacíficamente por su territorio para entrar a la tierra de Israel, nuestro pueblo también tuvo que bordear su territorio en dirección norte, hasta llegar al río Arnón, que limitaba las tierras de Moab - al sur del río Arnón, y de Emor - al norte del mismo.

Allí, Moshé le pidió a Sijón, el rey de Emor, que deje pasar al pueblo judío por su territorio, para poder seguir el camino hacia la tierra de Israel.  Pero Sijón se negó a dejarlos pasar y salió con toda su gente a pelear en contra de Israel, y así fue que el pueblo de Israel venció a Sijón, el rey de Emor, conquistando su territorio, que se encuentra al noreste de lo que hoy en día es el mar muerto.

Luego nuestro pueblo siguió su camino hacia el norte, y salió a pelear contra ellos Og, el rey del Bashán, quien estaba asentado al norte de la tierra de Emor.  Y así fue que conquistamos también su territorio.

Después de todo esto, al comienzo de nuestra parashá, cuando el pueblo estaba acampando al este de la tierra de Israel, cerca del río Jordán, nuevamente aparece en la escena el pueblo de Moab, representado por su rey Balak Ben Tzipor.  La Torá nos cuenta que él contrató a Bilam, el hechicero, para que maldijera al pueblo de Israel y así poder destruirlos.  ¿Por qué es que Balak hizo esto?  ¿Él temía de que el pueblo de Israel luche contra su pueblo conquistando su territorio también?

El Rambán (Rabí Moshé Ben Najmán, 1194- 1270) nos explica que a pesar de que el pueblo de Israel había conquistado las tierras de Sijón - el rey de Emor, y Og - el rey del Bashán, al norte del territorio de Moab, el rey Balak realmente sabía que Moshé no estaba interesado en conquistar su territorio, pues de haber querido hacerlo, lo hubieran hecho mucho antes de conquistar las tierra de Sijón y de Og, ya que el pueblo de Israel ya había pasado frente a su tierra sin intentar conquistarla.  Pero Balak temía que de todas maneras el pueblo de Israel le pidiera el pago de impuestos a cambio de dejarlos en su tierra sin luchar contra ellos. Y es por eso que al ver que D'os estaba con el pueblo de Israel y mediante las armas "convencionales" él no podría vencerlos, Balak decidió contratar a Bilam para que maldiga a nuestro pueblo, y así serían destruidos, desapareciendo aquella amenaza potencial.

Sin embargo, D'os no dejó que Bilam nos maldiga, y en contra de su propia voluntad (y la de Balak), él tuvo que bendecirnos.  Entonces, antes de volver a su tierra, Bilam le dijo a Balak (hemos agregado las palabras entre paréntesis basados en el comentario de Rashí): "Y ahora yo voy con mi pueblo; ven y te aconsejaré (qué hacer, y te mostraré) qué hará este pueblo con el tuyo al final de los días" (24:14), y regresó a su lugar de residencia sin haber podido cumplir su misión.

Luego, casi al final de la parashá, la Torá nos relata acerca de un extraño episodio que ocurrió con el pueblo de Israel, después de que Bilam regresó a su tierra:

Y se asentó el pueblo en Shitim, y comenzó el pueblo a cometer inmoralidad con las hijas de Moab.  Y ellas convocaron al pueblo para sacrificar para sus dioses, y comió el pueblo y se prosternaron ante sus dioses  (25:1-2).

Este episodio es muy extraño pues después de que en toda la parashá vimos el odio del pueblo de Moab en contra de Israel, ¿cómo es que ahora las hijas de Moab se "amigaron" con los hijos de Israel?

Rashí (Rabí Shelomó Itzjaki, 1040 - 1105) nos enseña que este episodio tiene relación con el consejo que Bilam le dió a Balak - el rey de Moab, antes de regresar a su país.  Allí, el texto no nos informa cuál fue aquel consejo, pero Rashí nos recuerda las palabras de Nuestros Sabios en el Talmud (Sanhedrín 106a) que dicen que el consejo que Bilam le dió a Balak para destruir a Israel era que provoque que el pueblo de Israel caiga en el pecado de la prostitución, porque D'os la aborrece enojándose con quien la practica.  Entonces, antes de acceder al pedido de los hombres de Israel, las mujeres de Moab les pedirían a los hijos de Israel que hagan una acción delante del ídolo, y sin que ellos supieran lo que estaban haciendo, realmente estarían cometiendo idolatría.

Rabí Ovadiá Seforno (1475 - 1550) comenta que en realidad la intención del pueblo de Israel no fue cometer idolatría sino solamente prostituirse con las mujeres de Moab.  Pero comió el pueblo y se prosternaron ante sus dioses.

Y a este peligro se refirió la Torá cuando prohibió casarse con personas de los demás pueblos:

Y esto fue exactamente lo que ocurrió en este triste episodio, de nuestra parashá: ellos cometieron el primer error de comer con las mujeres de Moab, y es por eso que después cometieron el error de prosternarse ante sus dioses, pues así es el camino del iétzer hará (impulso del mal): lleva a la persona de mal en peor.

 



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