"Tiempo Para la Libertad"
"Dijo D'os a Moshé y a Aharón en la tierra de Egipto diciendo: Este mes es para vosotros el comienzo de los meses: Primero es, para vosotros, de los meses del año. Hablad a toda la congregación de Israel diciendo: En el día diez de este mes que tomen para ellos, cada hombre un cordero para cada casa paterna, un cordero por familia" (12:1 - 3).
Este versículo marca el primer mandamiento dado a toda la congregación de Israel. El Midrash citado por Rashí en el primer versículo de la Torá, cuestiona la propiedad de la Torá que comienza con tanta narrativa. Uno hubiese asumido que la Torá, siendo un libro de leyes, hubiese comenzado con una sección legal. Rashí específicamente pregunta: "¿Por qué la Torá no comenzó con 'Hajódesh hazé lajem - Este mes es para vosotros…?'". En palabras del Midrash:
Rabí Janái dijo: La Torá no necesitó ser salvada de enseñarnos "este mes es el primer mes para vosotros" (Shemot 12:2). ¿Por qué entonces, D'os reveló a Israel lo que pasó en el primer día y lo que pasó en el segundo día hasta el sexto día? Como una recompensa porque dijeron: "todo lo que D'os diga haremos y escucharemos" (Shemot 24:7). Por eso Él lo reveló a ellos (Midrash Rabá - Shir Hashirim 1:28).
Entonces, ¿qué tiene esta sección de especial que tendría que haber marcado el comienzo de la Torá? La respuesta simple sería que, como mencionamos anteriormente, esto es el primer mandamiento dado a toda la comunidad. Pero de alguna manera, esta respuesta suplica por el tema: ¿por qué este fue el primer mandamiento? Seguramente D'os tenía por lo menos 613 opciones con que comenzar la Torá, o por lo menos con que liderar a los mandamientos. Aún más, ¿por qué fue este mandamiento dado en la tierra de Egipto? ¿Por qué los judíos no pudieron esperar hasta el Sinai para recibir esta mitzvá? Podríamos decir de alguna manera que el mandamiento referente al nuevo mes es un prerequisito para la fiesta de Pésaj, que iba a ser celebraba en Egipto. Para poder separar un cordero en el día diez del mes, uno necesita saber cuando es el diez del mes. En función de tener un Séder en la noche del quince necesitamos saber cuando es el día quince.
Mientras que esta explicación nos da una visión del concepto de Kidush Hajódesh - la santificación del nuevo mes, uno podría argumentar que muchas sino todas las mitzvot contribuyen a la personalidad religiosa del judío. Es difícil ver por qué este mandamiento no podía esperar unos dos meses hasta el Sinai. D'os podría haberle dicho a Moshé: "en diez días el pueblo debe preparar un cordero y en dos semanas se irán".
Yo creo que un análisis del Séder de Pésaj que los judíos celebraron en Egipto nos ayudará a entender la importancia de esta mitzvá, y por qué fue realmente ordenada en este momento en particular.
Los judíos fueron ordenados tomar un cordero, matarlo y esparcir su sangre en los marcos de las puertas. Esto fue ciertamente liberación, considerando que muchos animales eran adorados por los egipcios; matar a los animales, y esparcir su sangre donde podía ser vista por todos, fue ciertamente percibido como un acto de desafío y un rechazo a la deidad egipcia. Entonces fueron ordenados:
"Habrán de comer la carne en esta noche: asada al fuego y con panes ázimos (matzá); con hierbas amargas (maror), habrán de comerla" (12:8).
A primera vista, este versículo no parece ser algo fuera de lo común. Por miles de años los judíos han observado este rito, comer maror y matza en la noche de Pésaj, ya sea con el sacrificio (durante el tiempo del Templo) o sin él. Es por eso, que no debería sorprendernos que los judíos en Egipto comieron el sacrificio de Pésaj con maror y matzá. Pero después de una contemplación, un problema surge: ¿Por qué nosotros comemos maror y matzá? La Mishná explica el simbolismo de cada uno de estos tres elementos del Séder de Pésaj:
Rabí Gamliel solía decir: quien no menciona estas tres cosas en Pésaj no cumple con su obligación, y estas son: el sacrificio de Pésaj, matzá y maror. El sacrificio de Pésaj es sacrificado porque el Todopoderoso salteó las casas de nuestros antepasados en Egipto, como está escrito: "Entonces dirán: es el sacrificio de Pésaj del Señor, porque Él los ha salteado etc.". Las matzot son comidas porque nuestros antepasados fueron redimidos de Egipto, como está escrito: "y ellos hornearon tortas ázimas de la masa que sacaron de Egipto, etc.". El maror es comido porque los egipcios amargaron la vida de nuestros antepasados en Egipto, así como está escrito "y ellos hicieron sus vidas amargas". En cada generación el hombre está obligado a verse a sí mismo como si él personalmente hubiese salido de Egipto. (Pesajim 116b)
"Llevó el pueblo su masa antes que leudase…(12:39). Hornearon la masa que habían sacado de Egipto, panes ázimos porque no habían leudado. Pues ellos fueron expulsados de Egipto y no pudieron demorarse y tampoco provisiones no prepararon para ellos" (12:39).
Nosotros comemos matzá porque los judíos dejaron Egipto tan rápido que el pan que tenían con ellos no tuvo tiempo de levar. El problema obvio aquí es con la matzá que los judíos comieron en el primer séder: ¿por qué razón ellos comieron matzá en Egipto? Consideremos la secuencia de los hechos. D'os habló a Moshé antes del primero de Nisán, le dijo a Moshé que hay un concepto de un nuevo Mes, meses y años. Más adelante le ordena a Moshé que le diga al pueblo que prepare corderos para sacrificar en el diez del mes. La cena festiva tomó lugar en la noche del quince. A media noche de esa noche, los primogénitos de los egipcios murieron y D'os pasó de largo las casas de los judíos. En algún momento después de la medianoche el Faraón comenzó a buscar a Moshé, y subsecuentemente los judíos fueron echados rápidamente de Egipto. El éxodo real tomó lugar en la mañana, y en ese momento los judíos tuvieron que salir tan rápido que no tuvieron tiempo de que el pan leve.
Otra vez, ¿por qué comieron matzá la noche anterior? Cuando los judíos comieron matzá esa noche, ¿Cuál fue su experiencia religiosa? Seguramente la razón para comer la matzá fue porque D'os se los ordenó, y nosotros sabemos hoy que comemos matzá en función de recordar el apuro en el cual dejamos Egipto, pero ¿por qué pedir a los judíos de Egipto comer pan ázimo, cuando el concepto de matzá no existía aún?
Un pasaje en el Talmud puede darnos claridad sobre el tema. Hay una discusión en el Talmud respecto del correcto orden del rezo de la noche:
"Dijo Rabí Iojanán: ¿quién hereda el Mundo Venidero? El que reza la amidá de la noche inmediatamente después de la bendición de la gueulá. Rabí Ioshúa ben Leví dice: las amidot deben ser dichas en medio de las lecturas del Shemá Israel (y es por eso que en arbit se debe rezar la amidá primero y luego recitarel shemá Israel). ¿En qué difieren sus opiniones?… Se puede decir que razonan diferente pues Rabí Iojanán considera que a pesar de que hubo algún tipo de liberación por la noche, la completa liberación de Egipto tomó lugar por la mañana; mientras que Rabí Iehoshúa ben Levi considera que puesto que la verdadera liberación pasó en la mañana, [la de la noche] no fue una propia liberación (Berajot 4b).
Rabí Iojanán dice que debemos decir primero el Shemá en la noche, seguido del Shemoná Esré de la noche. Rabí Iehoshúa ben Leví dice que primero se dice el Shemoná Esré y luego el Shemá. La halajá sigue la opinión de Rabí Iojanán. En adición, este pasaje tiene dos puntos interesantes. El primero es el comentario citado en nombre de Rabí Iojanán, que sirve como introducción de este pasaje:
¿Quién hereda el mundo venidero? El que reza la amidá de la noche inmediatamente después de la bendición de la gueulá. La redención a la que nos referimos aquí es la bendición (Bendito eres Tu…Redentor de Israel) recitada después del Shemá. Obviamente, sólo si dices el Shemá antes del Shemoná Esré puedes yuxtaponer la bendición dicha después del Shemá a la Shemoná Esré. La recompensa parece ser desproporcionada a la acción tan mecánica; después de todo, ¿cuán difícil es decir el Shemá con su bendición antes del Shemoná Esré?
El segundo punto interesante es el razonamiento filosófico ofrecido por el Talmud como apoyo de la diferencia de opinión entre Rabí Iojanán y Rabí Iehoshúa ben Leví. El Talmud nos dice que la discusión legal está basada en exégesis y "sevará", lógica o filosofía: Rabí Iojanán sostiene que aunque la completa redención no tuvo lugar en la mañana, hubo una redención parcial en la noche. Rabí Iehoshúa ben Leví opina que la completa redención no tuvo lugar hasta la mañana, y sólo una redención completa nos interesa.
De acuerdo a ambos lados de la discusión, la Redención de Egipto no tuvo lugar hasta la mañana. La pregunta que queda es, ¿cómo nosotros vemos la "oscuridad anterior al amanecer?". No sólo Rabí Iojanán cree que la redención parcial es significante, él dice que el que pueda expresarla, es merecedor del Olam Abá. Yo escuché que el Rab Nisan Alpert Zat"zal (yerno del Rab Pinjas Sheinberg, y quizás el alumno muvák del Rab Moshé Feinstein) explicó la posición de Rabí Iojanán hermosamente: un lugar en el Mundo Venidero, el Olam Abá, no es una recompensa por yuxtaponer la bendición del Shemá con el Shemoná Esré. Sino que al hacer esto, tu eres un "ben Olam Abá", un miembro o participante del Mundo Venidero. Tu vives aquí en el presente pero tu existencia está conectada con el futuro. El individuo que puede ver o experimentar la Redención en la oscuridad de la noche es un miembro del Mundo Venidero, aquí y ahora. El amanecer es un tiempo de claridad, estabilidad. La bendición que decimos en la mañana después del Shemá comienza con "Emet Veiatziv" - verdadero y estable. En la noche la bendición comienza con "Emet Vemuná" - verdadero y fiel. En el amanecer, cuando las cosas están claras, la fe es simple. En la oscuridad de la noche, la fe es mucho más tenue. A pesar del hecho que la redención no tomó lugar hasta la mañana, el judío puede aún confiar en D'os hasta tal punto que él puede literalmente sentir la redención a pesar de la oscuridad de la noche.
El arquetipo de este comportamiento tomo lugar en Egipto. La noche anterior a la Redención, mientras todavía eran esclavos del Faraón, los judíos untaron la sangre del cordero de Pésaj en las puertas, y luego se sentaron a celebrar la Redención, porque en ese momento ellos eran libres!!
A pesar de que la Redención no había tomado lugar aún, ellos estaban liberados de la opresión del Faraón: Ellos creían tanto en la Redención que, literalmente, podían sentirla. Su confianza en D'os era completa. Ellos estaban aún en Egipto físicamente, pero estaban a muchas millas psicológicamente. Este fue el propósito de D'os en esa importante noche. Una vez que los judíos se sintieron liberados, ellos necesitaron comer de las hierbas amargas para recordar la opresión. Ellos pudieron incluso comer matzá la cual sirve como símbolo de su rápido éxodo - que tomó lugar a la mañana siguiente. Ellos sabían que iban a tener que irse tan rápido que no iban a tener tiempo suficiente para dejar levar el pan. Ellos confiaban en D'os completamente, y literalmente sintieron el gusto del futuro. Entonces, qué irónico es el mandamiento de que cada año tenemos que vernos a nosotros mismos como si saliéramos de Egipto. Los judíos de Egipto hicieron justo eso: Ellos también, se vieron a sí mismos como saliendo de Egipto, la única diferencia fue que ellos lograron esto mirando al futuro, mientras que nosotros debemos mirar al pasado.
"La persona está obligada a verse a sí misma como si ella saliera de Egipto" (Mishná Pesajim 116b).
La elección del Kidush Hajódesh como el primer mandamiento para el pueblo de Israel se refleja en la misma naturaleza de la Redención. La Redención no es meramente política o geográfica. La verdadera redención trae con ella la completa liberación, física y psicológica. Uno puede imaginar que si el Mashiaj viniera hoy, y traería a todos los judíos a Israel, y haría que todas las naciones "convirtieran sus espadas en herramientas para arar…" todo eso no sería suficiente si estaríamos psicológicamente esclavizados. Por ejemplo: si estuviéramos aún atormentados por los horrores del Holocausto, no entenderíamos los caminos de D'os, y estaríamos en efecto, esclavizados. (Yo creo que he visto esta idea en las escrituras del Rambán, en su "Disputa"). El Talmud dice:
Rabí Aja hijo de Janiná enseñó: el mundo venidero no es como este mundo. En este mundo por cosas buenas, decimos "Bendito es Él que es bueno y trae lo bueno", cuando malas noticias llegan decimos: "Bendito es el Juez de la Verdad". En el futuro la única bendición será: "Bendito es Él que es bueno y trae lo bueno" (Pesajim 50a).
Nosotros vemos que la redención tiene un aspecto psicológico también. La verdadera liberación significa liberación de las cosas que acosan nuestra mente, a parte de los tormentos físicos. Esto es lo que D'os quiso enseñarnos en Egipto: cómo ser verdaderamente libres. Hay un viejo dicho que dice que es más fácil sacar a un judío fuera del exilio que sacar al exilio fuera del judío. D'os les había dado una gran enseñanza en Egipto, en el "arte de la liberación".
Encontramos esta lección enseñada por Rabí Akivá en un famoso pasaje del Talmud:
Una vez más ellos fueron a Jerusalem y al llegar a Monte Scopus rasgaron sus ropas; al llegar al monte del Templo vieron que un zorro salía del que fuera otrora, el lugar más santo de todos y comenzaron a llorar, mas Rabí Akivá se reía. Le preguntaron ¿de qué te ríes? Les dijo: ¿por qué lloran? Le dijeron a él: puesto que en el lugar del cual está escrito "el extraño que se acerque a él morirá" ahora caminan por él zorros, ¿cómo no lloraremos? Les dijo a ellos: por ese motivo yo río, pues está escrito: "y haré atestiguar para mí a testigos verdaderos; a Uriá el sacerdote y a Zejariá ben Iebarjiahu. ¿Qué relación tiene Uriá con Zejariá, Uriá vivió en la época del primer Templo y Zejariá en la época del segundo? El texto quiso hacer depender la profecía de Zejariá de la profecía de Uriá. Respecto de Uriá está escrito: "es por eso que por causa de ustedes Zión, como un campo será arada" y respecto de Zejariá está escrito: "se sentarán ancianos y ancianas en las calles de Jerusalem". Todo tiempo que no se cumplió la profecía de Uriá temía de que no se cumpliese la profecía de Zejariá, pero ahora que se cumplió la profecía de Uriá, sin duda, que la profecía de Zejariá se cumplirá. De esta manera le dijeron: "Akivá nos has consolado, Akivá nos has consolado" (Talmud Makot 24b).
¿Qué es lo que vio Rabí Akivá que eludieron sus contemporáneos? La severa visión del Templo en ruinas era seguramente suficiente para bajar el espíritu de los más entusiastas optimistas. Y aún en el momento más oscuro, Rabí Akivá vio la "Mano de D'os", y la futura redención. Es fascinante notar que Rabí Akivá habló en tiempo verbal presente; élliteralmente vio la profecía de Zejariá como "mitkaiemet", tomando lugar, en proceso - aquí y ahora. Para Rabí Akivá, la oscuridad de la noche es el momento anterior al amanecer. Donde otros vieron oscuridad, él vio la gloria de la redención. Él vivía en el presente mientras era un "ben Olam Abá", porque él tenía la especial habilidad de experimentar el potencial de la Redención como una realidad. Él realmente conectó la gueulá con la tefilá.
El logro elevado de Rabí Akivá tenía su antecedente en Egipto en la noche del primer séder. Esta es precisamente la lección que D'os le dio a los judíos, un momento antes de la redención. Al comer las matzot y el maror, los judíos fueron alentados a probar la futura Redención.
Ahora podemos entender por qué la Torá comienza esta sección con el mandamiento de dominar el tiempo. Nos fue ordenado consagrar las estaciones, decidir cuando el nuevo mes a llegado. Se nos ordenó la función de determinar la naturaleza del tiempo. ¿Será éste sagrado o mundano? Al mismo tiempo se nos enseñó una poderosa lección: el judío tiene la habilidad de controlar el tiempo, y así elevarse por sobre él; creer en D'os tanto que los problemas del presente son resueltos cuando los consideramos dentro del gran contexto de la eternidad. ¿Será la noche un tiempo de temor o el momento final anterior al amanecer?
La habilidad de los judíos de creer en D'os fue el acto final que anunció la Redención de Egipto. Porque cuando un judío verdaderamente cree en D'os, él pasa a formar parte del Mundo Venidero, sintiendo el gusto de la redención.