Parashat Emor
"El animal que haya muerto sólo (enfermo) o despedazado (por fieras) no lo comerá, para no impurificarse con ello, lo ordeno Yo Hashem" (Vaikrá 22, 8)
Es decir, también si un animal pertenece a la categoría de los animales puros, la única forma de ingerirlo es cuando el animal vivo fue matado según las leyes rituales judías y su sangre totalmente eliminada.
Y el motivo que la Torá menciona para ello no es físico sino espiritual.
Y si bien podemos entender el riesgo de comer un animal muerto que eventualmente está en estado de descomposición, o el riesgo de ingerir un animal que murió despedazado, la Torá no menciona esto como causa de prohibición, sino la energía espiritualmente negativa que emana de la ingestión de dicho tipo de carne!
Y somos lo que comemos no sólo a nivel de nuestro cuerpo físico, sino que somos lo que comemos también por la influencia que la carga espiritual y energética de los alimentos hace sobre nosotros!
Y Hashem tuvo la bondad de indicarnos cuales son los alimentos que afectan negativamente el metabolismo espiritual del alma judía, por lo cual es sumamente recomendable que lo escuchemos y le hagamos caso ...
Y si fuesemos conscientes de la influencia que la impureza causa sobre nosotros, como somos conscientes de la influencia que un alimento en buen estado lo hace, sin lugar a dudas que seríamos mucho más cuidadosos en todo lo referente a las reglas de Kashrut ...
"Que los sacó de la tierra de Egipto para ser vuestro D-s, Yo soy Hashem" (Vaikrá 22, 33)
Es decir, que toda la salida de Egipto tenía un propósito y un ideal más elevado que la propia salida en sí!
¿Y cuál es ese ideal?
Que dejemos de ser servidores del Faraón, transformándonos en servidores de Hashem nuestro D-s.
Y cuanto más una persona profundiza en el estudiode los preceptos, más se dá cuenta como, no sólo que los preceptos no limitan la verdadera libertad de la persona, sino que gracias a los preceptos, la persona se libera de otras cosas que espiritualmente las esclaviza ...
Y cuanto más elevado es el ideal al cual la persona sirve, más libre su alma y su espíritu habrán de ser!
"Sobre el candelabro puro estarán colocadas las lumina-rias delante de Hashem perpe-tuamente" (Vaikrá 24, 4)
Es decir, que todo el objetivo del candelabro es que sus brazos iluminen!
Y en este sentido, el candelabro es al cuerpo, como las llamas de la vela es al alma!
Por consiguiente, de esto podemos aprender, que así como el objetivo del candelabro es que sus candelas iluminen, así el objetivo del cuerpo y de todo lo físico y material de este mundo, no es sino servir como herramientas para ayudar a que el alma brille e ilumine!
Empero, para que ello suceda, debemos de colocar aceite en el candelabro, es decir, alimentar con contenidos espirituales a nuestra alma.
Y lo que alimenta espiritualmente a nuestra alma es la Torá que estudiamos, el rezo y el dialogo con Hashem que mantenemos y las mitzvót y actos altruistas que realizamos!
Y si así lo hacemos, entonces nuestra alma ilumina, cumpliendo también su misión nuestro cuerpo!
Y todo el cuidado del cuerpo, no es sino para estar bien para poder servir al alma, y todo el disfrute del mundo físico y material, no es sino para servir como aliciente y estímulo, para potenciarnos más a nivel espiritual!
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Reflexiones
Dijeron nuestros sabios, cuando la persona sabe que es Hashem quién otorga el sustento, tiene el mérito de ser contada entre las que heredarán el mundo porvenir.
Y esto es cierto no sólo desde el punto de vista espiritual, que por causa de ello la persona amerita recibir su lugar en el mundo venidero, sino que también es cierto desde el punto de vista material de éste mundo.
¿Por qué?
Porque el mundo del porvenir no es solamente el mundo después de nuestra vida en el mundo terrenal, sino que también es -literalmente- nuestro mañana temporal mientras permanecemos vivos en éste mundo!
Y cuando la persona tiene fe y confía en que Hashem es quien le ayuda a conseguir su sustento, también su presente es mejor y también su futuro será mejor.
Y esto es algo simple de comprender, pues si la persona vive todo el tiempo preocupada por su sustento para el día de mañana, jamás podrá disfrutar plenamente de nada, pues todo el tiempo su supuesto "mañana" lo estará acosando, renovándose día a día su preocupación.
Es por ello, que la persona debe de trabajar y hacer su parte, confiando en que Hashem también hará la "Suya", suministrándole todo aquello que verdaderamente necesita!
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Tehilim-Salmos
"Porque Él es nuestro D-s y nosotros somos el pueblo que pastorea y el rebaño de su mano, hoy si su voz escucharais" (Tehilim 95, 7)
Existen muchas maneras de describir la relación entre nosotros y Hashem: D-s y pueblo, Padre e hijos, Rey y servidores y también Pastor y rebaño.
Y cuál es el común denominador de todas estas denominaciones, que Hashem es quien se ocupa y preocupa de nosotros.
Empero, en el caso del rebaño, el rebaño no tiene ningúna obligación que cumplir respecto del pastor (a diferencia de los hijos respecto de sus padres o de los servidores respecto de su Rey), enfatizándose con ello la forma especial en que nos cuida, la cual eventualmente puede llegar a ser totalmente independiente de nuestra conducta!
Y si escuchácemos la voz de Hashem, como el rebaño escucha la voz del pastor, es decir siguiéndolo, sin lugar a dudas que llegaríamos mucho más pronto y de mucho mejor manera a todo aquello que tan deseosamente como pueblo esperamos!
"No endurezcáis vuestro corazón como en Merribá, como en el día de Masá en el desierto" (Tehilim 95, 8)
El autor de los Salmos advierte al pueblo de Israel de no actuar como lo hicieron durante la estadía de cuarenta años en el desierto, en los sitios llamados Masá y Merribá.
Allí el pueblo judío se quejó ante Moshé por no tener agua y muchos quisieron retornar a Egipto!
En otras palabras, el autor del salmo advierte al pueblo de Israel de no ser mal agradecidos, de no endurecer el corazón quejándose por todo, a pesar de todo el bien que Hashem les dá.
Y sin lugar a dudas, si pensarámos y valoráramos todo lo bueno que tenemos a nuestro alrededor, nos quejaríamos menos, seríamos más dóciles hacia nuestros semejantes, viviríamos más tranquilos y seríamos más felices!
"No endurezcáis vuestro corazón como en Merribá, como en el día de Masá en el desierto" (Tehilim 95, 8)
El autor de los Salmos advierte al pueblo de Israel de no actuar como lo hicieron durante la estadía de cuarenta años en el desierto, en los sitios llamados Masá y Merribá.
Allí el pueblo judío se quejó ante Moshé por no tener agua y muchos quisieron retornar a Egipto!
En otras palabras, el autor del salmo advierte al pueblo de Israel de no ser mal agradecidos, de no endurecer el corazón quejándose por todo, a pesar de todo el bien que Hashem les dá.
Y sin lugar a dudas, si pensarámos y valoráramos todo lo bueno que tenemos a nuestro alrededor, nos quejaríamos menos, seríamos más dóciles hacia nuestros semejantes, viviríamos más tranquilos y seríamos más felices!