El Poder de la Reflexión
"Y escuchó Itró, el sacerdote (cohen) de Midián, suegro de Moshé, todo lo que hizo Di-s con Moshé e Israel - que Di-s sacó a Israel de Egipto" (Shemot 18:1).
En la parashá anterior encontramos que después del milagro de la apertura del Mar de los Juncos, el pueblo de Israel dijo en la shirá (canto de alabanza): "Los pueblos escucharon y se atormentaron, y el terror se apoderó de los Filisteos. Entonces los jefes de Edom se confundieron…" (Shemot 15:14-15).
Vemos que los ecos de la salida del pueblo judío de Egipto con sus milagros, llegaron a oídos de todos los pueblos.Entonces, ¿por qué aquí la Torá solamente destaca el hecho de que sólo Itró escuchó todos aquellos milagros?
Rashí explica que luego de escuchar acerca de la salida de Egipto y la victoria de Israel sobre el pueblo de Amalek, Itró recapacitó y fue a encontrarse con el pueblo judío - que estaba acampando frente al monte en el que Di-s entregaría la Torá - para aceptar el cumplimiento de la Torá y sus mitzvot.
Los otros pueblos sólo escucharon y se asombraron, pero no se detuvieron a meditar acerca del por qué de estos milagros.
Sin embargo, Itró aprovechó el momento, analizando el origen de estos hechos sobrenaturales y entendió que había un Ser Supremo y Poderoso que maneja todo, y es por eso que decidió acercarse al pueblo de Israel.
La grandeza de Itró no consistió solamente en el hecho de que reflexionó y analizó acerca de todo lo ocurrido; sino quetambiénse distinguió por haber abordado a las conclusiones apropiadas sin autoengañarse, hasta el punto de tomar la iniciativa de abandonar la sociedad en la cual se encontraba, para aprender cómo vivir según la única verdad.
Nuestros Sabios en el Midrash nos enseñan que cuando Di-s partió el mar ocurrieron muchos milagros, y que incluso las sirvientas de los iehudim llegaron a percibir "la mano de Di-s" de una manera muy clara - más clara de la que llegó a percibirla el profeta Iejezkel.
Pero la Torá en sí no nos cuenta a qué nivel espiritual llegaron las sirvientas.¿Por qué?Porque siguieron siendo sirvientas.Ellas no meditaron sobre los grandes milagros que vieron, y consecuentemente, volvieron a sus rutinas y a su nivel espiritual anterior.
Tres veces al día, al finalizar las tefilot, recitamos en el "Alenu Leshabeaj" el versículo: "Y sabrás este día y asentarás en tu corazón que Hashem es el único Di-s - en los cielos arriba y en la tierra abajo - no hay otro" (Devarim 4:39).Analizando este párrafo, podemos ver que aquí se encuentra la llave para avanzar constantemente en el terreno de lo espiritual, ya que no alcanza sólo con saber, sino que la sabiduría hay que ponerla en práctica, y a eso se llega únicamente fusionando la mente con el sentimiento - asentando esa sabiduría en el corazón.
Muchas veces escuchamos que gente que está alejada del judaísmo nos dice: "Si Di-s haría conmigo un milagro, yo haré teshuvá". Pero la realidad nos demuestra lo contrario. Por ejemplo, ¿quién no admite que en la guerra del Golfo Di-s hizo con nosotros grandes milagros?Sin embargo, ¿cuánta gente cambió el rumbo de sus vidas desde aquel entonces?
Lamentablemente, fueron pocos los que buscaron el mensaje implícito en esos milagros tan grandes.
Este fenómeno se asemeja a lo que ocurrió en el pasado con nuestro pueblo.
Moshé Rabenu se presentó delante del pueblo de Israel para liberarlos, después de que ellos estuvieron esclavizados en Egipto durante 210 años.Di-s le había dicho que enfrente al Faraón, y para lograr que el rey egipcio tema de él y sepa que realmente es un emisario de Di-s, le confirió el poder para hacer milagros.
Moshé comenzó convirtiendo su vara en una serpiente, y provocó que su mano se llene de lepra al introducirla dentro de sus ropas. Luego tuvieron lugar diez milagrosas plagas, que demostraron fehacientemente que Di-s es Quien maneja toda la creación.
Nuestros Sabios preguntan: ¿Por qué Di-s mandó diez plagas sobre Egipto, y no alcanzó con una sola? A lo que responden, que el objetivo de las plagas no fue solamente castigar a los egipcios, sino también afianzar la fe del pueblo judío en Di-s, demostrándole que Di-s es Quien maneja el mundo y sólo a Él hay que servir - y no al Faraón.
Sin embargo, Rashí - citando al Midrash Tanjumá - nos dice que solamente salieron de Egipto el 20% de las personas que componían el pueblo judío, y el 80% restante no pudo salir porque no entendieron el mensaje.
¿Cómo pudo ser que con tantos milagros, la mayoría del pueblo siguió en sus caminos erróneos y no se despertó?Porque a pesar de que ellos veían aquellos milagros, se autoengañaban diciendo que eran fenómenos de la naturaleza, y por consiguiente, no había motivo alguno de reflexión.
Generalmente, no nos detenemos a analizar nuestro proceder por temor a darnos cuenta de que estamos caminando por el sendero equivocado.El tener que cambiar de rumbo hacia el camino verdadero es muy difícil, y es por eso que siempre encontramos un buen pretexto para explicar todo lo que ocurre, y no necesitar reconocer que en todas las cosas que pasan hay un mensaje de Di-s.
El Midrash Rabá en parashat Toledot, cuenta que después de la destrucción del Bet Hamikdash los enemigos querían que los judíos entrasen al Har Habait - y como es sabido, eso está prohibido. Allí estaban todos los utensilios de oro que se usaban en el Bet Hamikdash, entonces dijeron que quien entrara, podría llevarse lo que querría.
Iosef ben Meshita - un judío alejado de las raíces del judaísmo - decidió entrar a pesar de que él sabía de la prohibición,.
Los enemigos le dijeron que entrara y que lo que tomara podría llevárselo con él. Iosef ben Meshita entró y tomó la Menorá del Bet Hamikdash.Pero al salir le dijeron que era algo muy sagrado para una persona simple como él, y por eso se la quedarían ellos.
En ese momento Iosef ben Meshita se dio cuenta de que perdió por los dos lados. Él traicionó a su Di-s, y fue engañado por el enemigo.
Ellos le dijeron que podía volver y sacar otra cosa. Iosef les contestó ¿no alcanza con que enfurecí una vez a mi Creador, que aún quieren que entre otra vez?
Esta respuesta no fue muy bien recibida por ellos y lo amenazaron diciéndole que si no entraba tendría que pagar impuestos muy altos.
Iosef ben Meshita, totalmente arrepentido de lo que había hecho, no se rindió y dijo que de ninguna manera volvería a entrar.
El enemigo lo amenazó de muerte, pero este judío no accedió al pedido de ellos, entregando finalmente su vida.
De esta historia podemos aprender hasta que punto puede influenciar en la vida del judío un momento de reflexión verdadero. Iosef ben Meshita vivió toda su vida alejado de su judaísmo, pero en un momento de reflexión llegó al nivel más elevado que puede llegar un judío: entregar su vida por amor a Di-s.
Ahora entendemos por qué la Torá pone tanto énfasis en la reflexión de Itró, ya que gracias a su reflexión, él decidió acercarse a Moshé para que le enseñe los preceptos de la Torá.El mensaje que Itró nos legó es que debemos aprovechar las oportunidades que Di-s nos presenta en nuestras vidas, para reflexionar y llegar a la verdad que Él nos entregó.