Temas de la Parashá
Shemot (Éxodo) 18:1 - 20:23
Nuestra parashá habla sobre los siguientes temas:
Primera aliá (18:1-12): El reencuentro de Moshé con Itró.
Segunda aliá (18:13-23): Itró le aconseja a Moshé que cambie el sistema judicial.
Tercera aliá (18:24-27): Moshé escucha el consejo de su suegro.
Cuarta aliá (19:1-6): El pueblo de Israel acampa frente al Monte Sinai.
Quinta aliá (19:7-19): La preparación anterior a la entrega de la Torá.
Sexta aliá (19:20 - 20:14): La advertencia de Moshé y los Diez Mandamientos.
Séptima aliá (20:15-23): El pueblo le pide a Moshé que intermedie entre D'os y ellos. Algunas leyes referentes al culto y a la idolatría.
Comentario de la Parashá
"Y no subirás por escalones sobre Mi altar, para que no se descubra tu desnudez sobre él" (20:22).
A través de este versículo, la Torá nos quiere enseñar un detalle de la construcción del altar. El altar era el lugar sobre el que se sacrificaban los animales ofrecidos en el Mishkán (Tabernáculo) - cuando los hijos de Israel estaban en el desierto - y más tarde, en el Bet Hamikdash (Templo Sagrado) en la ciudad de Jerusalem. La Torá nos enseña que para ascender al altar no se podía usar una escalera sino que se debía utilizar solamente una rampa.
A pesar de que, si es posible, debemos entender las palabras del texto bíblico en forma literal, Nuestros Sabios en el midrash Mejiltá han comprendido que en nuestro caso esto es imposible. Dice el midrash:
"¿Qué significan las palabras "para que no se descubra tu desnudez" si ya está escrito: "y harás para ellos pantalones de tela" (28:42) [y por lo tanto es imposible que se descubran las partes íntimas de los sacerdotes]? Quiere decir que no camine dando pasos largos, sino el talón al lado del pulgar y el pulgar al lado del talón."
Rabí Baruj Haleví Epshtein (1860 - 1942) en su libro "Torá Temimá", nos explica que Nuestros Sabios comprendieron que a pesar de que en este caso es imposible que se descubriese la desnudez de los cohanim (sacerdotes), de todas formas es algo inapropiado dar grandes pasos sobre el altar, pues generalmente es posible que se descubra la desnudez de la persona en un lugar inclinado si esa persona no está bien cubierta, y es por eso que la Torá ordenó subir al altar colocando el talón de un pié al lado del pulgar del otro, y el pulgar del último, al lado del talón del anterior, es decir dando pasos muy cortos.
Sin embargo, el midrash entendió que este precepto no regía en todos los lugares:
"¿Qué significan la palabras: "sobre él"? Quiere decir que sólo en él
(en el altar) tú no puedes dar grandes pasos, pero sí puedes dar grandes pasos en el hejal y el kódesh hakodashim (otros lugares del Templo)".
El autor del libro "Torá Temimá" nos explica que el motivo de esta diferenciación es que en aquellos lugares no habían rampas, y es por eso que no había razón para desconfiar de que se descubra la desnudez de alguien a causa de que pudiera dar grandes pasos.
Ahora bien. Si queremos profundizar en la comprensión de esta mitzvá de la Torá, es necesario conocer las palabras del Rambán (Rabí Moshé Ben Najmán, 1190 - 1270). Él nos dice que el motivo de este precepto es por el temor reverencial y la honra que debemos profesarle al altar, sin embargo, nos aclara que los preceptos de D'os tienen muchas razones, ya que cada mitzvá tiene mucho provecho - a través de distintas facetas - tanto para el cuerpo como para el alma.
De todas formas, todavía hay un punto que todavía no está claro, ya que de acuerdo con el Rambán, no se comprende por qué esta mitzvá rige sólo en el altar y no en otros lugares del Templo. Pero al observar lo que escribió Rabí Iaacov Báal Haturim (1275 - 1340) en su comentario extenso a la Torá, vemos que el motivo de la mitzvá es honrar específicamente al altar, ya que a través de los sacrificios allí ofrecidos, él es el medio de expiación de los pecados del pueblo de Israel, y es por eso que es correcto honrarlo.
Conceptos similares encontramos en el libro "Moshav Zekenim" de los Baalé Hatosafot (s. XII). Ellos dicen que el altar hace la paz entre Israel y D'os, sin embargo, quien es presumido y arrogante provoca peleas en el mundo, y ese es el motivo por el cual desde que aumentó el número de personas engreídas, se incrementaron las disputas en el pueblo. Es por eso que la Torá ordenó que se debe ascender al altar caminando lentamente en señal de humildad y sumisión.
Otra opinión encontramos en el comentario de Rashí (Rabí Shelomó Itzjaki, 1040 - 1105) que nos dice que quien asciende hacia el altar dando grandes pasos se comporta en forma despectiva. Y de acuerdo con las palabras del midrash Mejiltá citadas por él:
"Debes aprender que si la Torá - refiriéndose a estas piedras que no tienen entendimiento para sentirse mal cuando las desprecian - dijo que está prohibido hacer alguna acción que pueda verse como despectiva para con ellas, por cuanto que son necesarias; con mucha más razón debes cuidarte de no despreciar a tu prójimo quien está hecho a imagen y semejanza del Creador, y verdaderamente le duele cuando es despreciado".