Rav Moshe Walles
En Perspectiva

Parashat Jaie Sara-4

LAS BUENAS CUALIDADES SON NUESTRAS RAICES. En esta Parashá leemos, entre otros temas, acerca de la misión que le encargó Abraham a su servidor Eliezer, de buscar una mujer a su hijo Itzjak. La Torá nos relata que Abraham le hizo jurar a Eliezer que no iba a traerle una
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LAS BUENAS CUALIDADES SON NUESTRAS RAICES.

En esta Parashá leemos, entre otros temas, acerca de la misión que le encargó Abraham a su servidor Eliezer, de buscar una mujer a su hijo Itzjak. La Torá nos relata que Abraham le hizo jurar a Eliezer que no iba a traerle una mujer del pueblo Kenaanita, sino que únicamente de su propia familia en Jaran.

Se supone que el motivo de Abraham era porque los Kenaanitas eran idólatras y Abraham, que toda su vida había luchado contra la idolatría, no podía darse el lujo de traer a su casa a una nuera idólatra.

Lo sorprendente es que la misma familia de Abraham, en Jaran, también fueron idólatras y, la casa de donde vino Rivka (la escogida finalmente para Itzjak) fue de casa idólatra. Esto se deduce de las palabras de Lavan (hermano de Rivka) el cual invitó a Eliezer a que pasara a su casa y le menciona que él ya la había limpiado, por lo que Rashi explica que en dicha limpieza se ocupó de limpiar la de los ídolos.

Entonces ¿cuál es la ventaja de tomar una esposa de la familia y no tomarla de los Kenaanitas?

Los comentaristas de la Torá explican, de que a pesar de ser ambos idólatras, existe una gran diferencia entre los Kenaanitas y la familia de Abraham: las cualidades.

Cuando existen malas ideas e ideologías pero las cualidades son buenas, se puede corregir y enderezarse relativamente fácil, pero si las cualidades son malas, entonces la corrección de ello es muy difícil.

Por un lado, las cualidades son las raíces, y por el otro, las ideas, las acciones y las conductas son el árbol con sus ramas y frutos. Cuando las raíces son buenas, es posible que crezca un buen árbol, pero si las raíces están podridas, es muy difícil que crezca un árbol sano.

Esta es la razón por la cual Eliezer puso como señal, para saber quién era la adecuada para Itzjak, que aquella que le ofreciera agua a él y a sus camellos sería la elegida.

Por lo mismo que nuestros patriarcas cuidaban que las buenas cualidades sean las dominantes en sus familias, dicen nuestros sabios, que las características de cada uno de los miembros de nuestro pueblo deben ser tres: piadoso, vergonzoso y bondadoso.  La verdad, la desvergüenza y la falta de bondad no son invitados a nuestras casas. Por otro lado, la misericordia, la timidez, el recato, la privacidad y la bondad deben ser nuestra bandera.

 

 

 



Sobre el Autor

Fue el Rabino del Centro Comunitario Beth Itzjak
y del Consejo Comunitario Ashkenazi (Mexico City)



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