Los Pilares de la Casa de Abraham
Abraham ligó a su siervo Eliezer por un juramento sagrado, de no tomar una esposa para Itzjak de las hijas de Canaán.
¿Qué error vio Abraham en las hijas de Canaán?, y ¿por qué se supone que las hijas de Aram Naharayim eran de alguna manera superiores? El Rambam nos dice que Abraham tenía decenas de miles de seguidores en Canaán como esta escrito: "Estos eran los miembros de la casa de Abraham, en cuyos corazones plantó las raíces de la fe (1)". ¿No podía haber elegido una esposa para su hijo de entre ellos?
El Kli Yakar escribe (2):
Abraham prohibió a su hijo casarse con las hijas de Canaán para que no aprenda de sus ma- los caminos. Sin embargo Be- tuel no era menos idólatra que los cananeos. Entonces, ¿qué gano Abraham mediante el aco- gimiento de la hija de Betuel como la novia de su hijo?
De hecho, Abraham tenía una preocupación diferente. Los niños tienden a exhibir rasgos similares a los de sus padres, pero solo en las zonas que se deri- van de su composición física. Por ejemplo: la avaricia, la lujuria, y defectos de carácter similares que son inherentes al cuerpo humano. Dado que los pa- dres ayudaron a formar los cuerpos de sus hijos, sus rasgos físicos son generalmente transmitidos a sus hijos...
Sin embargo, las falsas ideologías dependen de la decisión consciente de la persona, y por cuánto que Hashem otorga a cada persona un alma y pode- res de la razón con la que elegir sus propias creencias, no hay razón para temer que las falsas creencias se transmitan de una generación a la siguiente. Abraham rechazó a los cananeos, que estaban impregnados de deseo lujurioso, a favor de la familia de Betuel, ya que el único fallo de Betuel era la ido- latría, la cual no necesariamente se transferiría a su hija.
En la preparación de las bases para la nación Yehudi, Abraham no temía la influencia de la idolatría de Betuel. La unicidad de Hashem era tan evidente en la casa de Abraham, que cualquier novia traída por Itzjak instantáneamente abandonaría cualquier tendencias idolátrica que podría haber tenido en el pasado. Sin embargo, la corrección de los rasgos de carácter defectuosos es una tarea mucho más difícil. Rav Israel Salanter zt"l decía que es más fácil arrancar una montaña, que desarraigar un defecto de carácter. Por lo tanto, Abraham envió a Eliezer de regreso a su tierra natal en busca de una novia, en lugar de tener una novia de las hijas de Canaán, que eran corruptos en su carácter.
En Pirke Avot aprendemos (3)
Cualquier persona que exhibe los siguientes tres rasgos es un discípulo de Abraham Avinu, y cualquier persona que exhibe los tres rasgos opuestos es un discípulo de Bilam el impío: Un ojo generoso, un espíritu manso, y un alma humilde - estos son [los rasgos de los estudiantes] de Abraham. Un mal ojo, la altivez de espíritu y un alma concupiscente - estos son [los rasgos de] los estudiantes de Bilam.
¿Cuál es la diferencia entre los alumnos de Abraham Avinu, y las de los alumnos del impío Bilam? Los alumnos de Abraham disfrutan de su recompensa en este mundo, y heredan el Mundo Venidero, como está escrito (4): "Para legar a mi amado hay, y serán llenados sus depósitos". Los estudiantes de Bilam heredan el castigo del Guehinam [infierno], y descienden a la fosa de la destrucción, como está escrito (5): "Y tú, Di-s, los bajaras al hoyo de la destrucción, Hombres de derramamiento de sangre y engaño no vivirán la mitad de sus días, y yo confío en Ti".
Rabenu Yona explica que los estudiantes de Abraham tenían muchas otras cualidades preciosas, además de las tres mencionadas anteriormente. Sin embargo, estos tres rasgos eran los fundamentos de la filosofía de Abraham, y el mensaje central que imparten sus seguidores.
Vemos entonces que el mensaje de Abraham al mundo fue ante todo, las mejoras de carácter. Él inculcó la humildad y la generosidad en sus alumnos hasta el punto de que miles de años más tarde, los Sabios señalaron estos rasgos como los que ejemplifican su casa.
Abraham era un erudito consumado (6). Lideró una aca- demia donde se enseñaba centenares de tratados de Mishná (7), en contraste con las seis órdenes de la Mishná que actualmente poseemos. Su Masejet [tratado] Avodá Zarah contenía cuatrocientos capítulos, en contraste con los cinco capítulos de la nuestra (8). Observo previamente todas las leyes bíblicas y rabínicas que serían decretadas (9). Incluso percibió los nuevos conocimientos de la Torá que se desarrollan cada día en el Cielo (10).
Por lo tanto, es aún más interesante observar que los estudiantes de un maestro tan prestigioso, que bebieron profundamente de las aguas de sus enseñanzas, no fueron elogiados por su erudición, que era sin duda ejemplar, sino por sus rasgos de carácter. En la escuela de pensamiento de Abraham, el buen carácter era el fundamento mismo de la observancia religiosa.
Los tres rasgos que Abraham defendía más que todos los demás: la generosidad, la contrición y humildad, son los pilares centrales de toda la Torá (11). Ellos contrarrestan los tres rasgos destructivos de los celos, la pasión egoísta, y la arrogancia, que impulsan a una persona fuera de este mundo.
Sobre estos pilares, Abraham construyó la dinastía que él legó a Itzjak. Por lo tanto, es fundamental que la mujer que se unió a Itzjak en esta sagrada tarea fuera ejemplar en estos rasgos. Aunque Abraham se dio cuenta de que la casa de Betuel se vio empañada por la idolatría, él confió en que esta influencia podría ser fácilmente superada, mediante el buen carácter y buen corazón que buscaba en la novia destinada a su hijo.
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3 Avot 5:22
4 Mishle 8
5 Tehillim 55;
6 Yoma 28b
7 Jaguiga 14a
8 Avodah Zarah 14b
9 Kidushin 82a; Yoma 28b
10 Bereshit Rabba, Vayeira 49
11 Pirke Avot 4:28