Rav Yehuda Levi
Temario Semanal

Parashat Nitzavim-2

Nuestra parashá habla sobre los siguientes temas: Primera aliá (29:9 - 11), Segunda aliá (29:12 - 14), Tercera aliá (29:15 - 28) La renovación del pacto.   Cuarta aliá (30:1 - 6), Quinta aliá (30:7 - 10) El arrepentimiento y la res
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Nuestra parashá habla sobre los siguientes temas:

Primera aliá (29:9 - 11), Segunda aliá (29:12 - 14), Tercera aliá (29:15 - 28)

La renovación del pacto.

 

Cuarta aliá (30:1 - 6), Quinta aliá (30:7 - 10)

El arrepentimiento y la restauración.

 

Sexta aliá (30:11 - 14)

La accesibilidad a la Torá.

 

Séptima aliá (30:15 - 20)

El libre albedrío.

 

Comentario de la Parashá

Muchas veces pensamos que hemos inventado cosas que nunca existieron. Otras veces consideramos que estamos ante situaciones que nuestros antepasados nunca tuvieron que enfrentar. Pero en realidad no siempre es así. Las situaciones se repiten, tal vez algunos detalles secundarios son distintos, pero si observamos detenidamente, notaremos que la esencia de la situación es la misma. El hombre, dentro de él, es el mismo. Lo que cambia no es él.

Hoy, en nuestro tiempo escuchamos frases como: "La Torá es un libro que tiene mucha sabiduría pero es antiguo para nuestra época" o "Hay que modernizar la Torá" o "Antes era fácil cumplir con las mitzvot (preceptos), pero para nosotros es muy difícil. Tenemos auto, electricidad, televisión, computadora, Àcómo vamos a hacer sin todas estas cosas en shabat?". Incluso hay quienes creen todavía que el único motivo por el cual la Torá prohibió comer carne porcina es por la enfermedad llamada triquinosis.

También en las generaciones pasadas hubieron quienes creyeron que la Torá era algo que cayó en desuso y la Torá - adelantándose a ellos - les dijo que estaban equivocados.

La Torá - que es eterna pues D'os que es Quien la creó también lo es - tiene un mensaje eterno para nosotros:

"Pues esta mitzvá, que yo te ordeno hoy, no está oculta de ti y no está lejos. No está en el cielo para decir: 'ÀQuién subirá para nosotros al cielo y la tomará para nosotros y nos la haga entender y la haremos?'. Y tampoco al otro lado del mar está ella para decir: 'ÀQuién cruzará el mar para nosotros y la tomará para nosotros y nos la haga entender y la haremos?'. Porque esta cosa está muy cercana a tí, en tu boca y en tu corazón, para hacerla" (30:11 - 14).

No necesitamos que nos acerquen la Torá al alcance de las manos pues está cercana hasta tal punto que sólo necesitamos tener la voluntad de estudiarla, entenderla y cumplirla.

En los últimos años quedó esto demostrado con más contundencia. Antes teníamos que ir a la sinagoga para escuchar alguna enseñanza sobre la parashá, pero ahora ni siquiera ese mínimo esfuerzo es necesario hacer. Hay clases de Torá por teléfono, por fax y también por Internet, ya no queda nada más por inventar.

Todas las excusas que podamos ofrecer para justificar nuestra indiferencia a los eternos valores de nuestro pueblo son solamente explicaciones que fueron buscadas después de haber decidido alejarnos de ellos y por lo tanto carecen de seriedad.

Después de que nos convencimos de la cercanía de nuestro legado, termina la Torá diciendo cómo debemos incorporar su contenido a nuestras vidas.

Dice la Torá: "en tu boca y en tu corazón, para hacerla". En este pasuk (versículo) están mencionados los tres aspectos del cumplimiento de los preceptos. El primero es el habla ("en tu boca"), luego el pensamiento ("en tu corazón") y por último la acción ("para hacerla").

El judaísmo predica que debe haber una armonía total entre estos tres elementos. Todo empieza por el pensamiento y es por eso que es de suma importancia que sea sano. Sin prejuicios de ninguna índole. Nótese que el pasuk está aparentemente desordenado pues primero es recordado el habla, luego el pensamiento y por último la acción, cuando en realidad tendría que haber comenzado por el pensamiento y luego por el habla. Pero la Torá siempre ubica en el centro lo que es más importante y es por eso que aparece el pensamiento entre el habla y la acción.

No debemos conformarnos con ser "judíos de corazón". También es nuestra obligación hablar acorde a lo que pensamos, pues si no lo hacemos, con el correr del tiempo nuestro pensamiento comenzará a cambiar. Finalmente, la acción - el mayor exponente del pensamiento - debe reflejar claramente los últimos dos.

Parashat Nitzavim

Devarim (Deuteronomio) 29:9 - 30:20

De acuerdo con la halajá (ley judía) la parashat Nitzavim siempre debe ser leída - sola o junto con parashat Vaiélej - antes de Rosh Hashaná, como fue codificado por Rabí Iosef Karo (1488 - 1575) en su gran obra: el "Shulján Aruj" (Oraj Jaim 428:4), y los distintos comentaristas explicaron que dos son las razones para este orden que determinaron los Sabios.

Por un lado, parashat Nitzavim debe ser leída antes de Rosh Hashaná, para hacer una separación entre parashat Ki Tavó y la semana en la cual cae el día de Rosh Hashaná. Por cuanto que en parashat Ki Tavó figuran las maldiciones mediante las que Moshé Rabenu previno al pueblo de Israel para que no se desvíe del camino de D'os, nosotros hacemos una separación entre Ki Tavó y Rosh Hashaná leyendo en el medio parashat Nitzavim, como una señal de que deseamos que todas las maldiciones se terminen en el año que finaliza, para que el año entrante sólo contenga bendiciones.

El segundo motivo por el cual leemos parashat Nitzavim antes de Rosh Hashaná es porque en parashat Nitzavim se habla de teshuvá (el arrepentimiento):

"Pues esta mitzvá que te ordeno hoy, no está oculta de ti y no está lejos. No está en el cielo, para decir: '¿Quién subirá para nosotros al cielo y la tomará para nosotros, y nos la hará entender y la haremos?'. Y tampoco del otro lado del mar está ella, para decir: '¿Quién cruzará el mar para nosotros y la tomará para nosotros y nos la hará entender y la haremos?'. Porque esta cosa está muy cercana a ti, en tu boca y en tu corazón, para hacerla" (30:11 - 14).

La señal que los Sabios nos dieron para recordarnos este orden especial de las parashot es: "Kumu vetikú - Levántense y toquen (el shofar)", como diciendo que primero viene "kumu", es decir, parashat Nitzavim - que comienza con las palabras: "Ustedes están parados hoy delante de D'os…" (Devarim -Deuteronomio- 29:9) - y luego "tikú", es decir, el toque del shofar en el día de Rosh Hashaná. Los Sabios quisieron insinuarnos que primero debemos pararnos y erguirnos delante de D'os mediante el arrepentimiento, y solamente después de eso podremos pedirle a D'os que se apiade de nosotros en el juicio en el Día del Toque del Shofar, es decir, el día de Rosh Hashaná.

Por otro lado, nosotros sabemos que básicamente los pasos para llegar al arrepentimiento son tres: primero se debe dejar de hacer el pecado, luego la persona debe arrepentirse del pecado que cometió, y por último, él debe confesar su culpabilidad delante de D'os. Y realmente también podemos encontrar en el orden que nos indicaron los Sabios, una insinuación de estos tres componentes de la teshuvá:

Primero debemos leer parashat Ki Tavó con un sábado de separación entre las maldiciones que figuran en esa parashá y Rosh Hashaná, para dejar atrás las maldiciones, es decir los pecados que finalmente provocan que las maldiciones recaigan sobre nosotros. Luego, en ese sábado que hacemos esa separación, debemos leer parashat Nitzavim, porque en ella figuran varias partes que hablan del arrepentimiento, y la persona después de abandonar el pecado que solía cometer, debe arrepentirse de él. Y por último, debemos tocar el shofar en el día de Rosh Hashaná, y en ese momento debemos pensar en confesar todos nuestros pecados delante de D'os.



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