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Perlas

Parashat Toledot-1

“Y se acerco Iaacov a su padre Itzjak y él lo palpó.  Dijo (Itzjak): La voz es la voz de Iaacov, pero las manos son las manos de Esav” (Bereshit 27:22). Este versículo nos enseña que la fuerza del pueblo judío la constituyen el estudio de l
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“Y se acerco Iaacov a su padre Itzjak y él lo palpó.  Dijo (Itzjak): La voz es la voz de Iaacov, pero las manos son las manos de Esav” (Bereshit 27:22).

Este versículo nos enseña que la fuerza del pueblo judío la constituyen el estudio de la Torá y la Tefilá (relacionadas con la boca), mas la fuerza de los otros pueblos reside en las armas (las manos).  Cuando el pueblo judío estudia Torá y le reza a D-os, ellos pueden derrotar a los otros pueblos que los atacan físicamente.

Sin embargo, una vez dijo el Jafetz Jaim: "A veces nuestra fuerza está en las armas" y agregó que si tuviera fuerzas físicas iría a luchar con rifles contra la opresión rusa.

¿Cómo se entiende esto?   Analizando los casos de Janucá y de Purim.  En Purim, nuestro pueblo estaba bajo la amenaza de un aniquilamiento físico y luchamos con armas espirituales: Ester y todo el pueblo judío ayunaron durante tres días y rezaron a D-os, y gracias a eso pudimos triunfar sobre Hamán el malvado.  Por otro lado, en Janucá, los griegos nos querían aniquilar espiritualmente y nuestra lucha en su contra se llevo a cabo en forma física con un levantamiento armado en contra de los griegos.

Es por eso que en momentos en los cuales nosotros, el pueblo de Israel, estamos amenazado físicamente por nuestros adversarios, según la analogía del Jafetz Jaim, debemos intensificar nuestro estudio de la Torá y rezar fervorosamente a nuestro Creador, para vencer así a nuestros enemigos.

*  *  *

“Y estos son  los acontecimientos de Itzjak hijo de Avraham, Avraham había engendrado a Itzjak” (Bereshit 28:19).

Este versículo nos enseña que Itzjak se veía exactamente como Avraham, y no sólo eso, sino que hasta este momento de la historia la gente no envejecía y no se podía distinguir entre los jóvenes y los ancianos.  Avraham - según dice el Midrash - le pidió al Todopoderoso que le diera a los ancianos un signo para poder diferenciarlos de los más jóvenes.  D'os accedió a su pedido y consecuentemente creó un elemento nuevo en la naturaleza humana: cuando una persona empieza a envejecer se le cambia el color de su pelo volviéndose blanco.   

Según la Cabalá, el pelo blanco es un signo inequívoco para la persona que tiene que empezar a hacer Teshuva en forma más intensiva, ya que, obviamente, llegó a una etapa de su vida en la cual se acerca al momento que deberá rendir cuentas a D'os.

Por el Rab Yosef Meyer Medresh

 

 

 



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