Rav Stephen Baars
Fundamentos

Parashat Vaierá

"La elección de las experiencias" Génesis 18 - 22 Nosotros somos una sociedad "hambrienta de experiencias". Todo lo que ofrece un distinto o nuevo gusto, sentimiento, aventura o incluso sonido, obtiene una inmediata popularidad. Sin embargo, de todas las ex
First slide

"La elección de las experiencias"

Génesis 18 - 22

Nosotros somos una sociedad "hambrienta de experiencias". Todo lo que ofrece un distinto o nuevo gusto, sentimiento, aventura o incluso sonido, obtiene una inmediata popularidad.

Sin embargo, de todas las experiencias posibles, ¿no sería la más grandiosa tener una conversación con el Creador de todas las experiencias? Incluso un ateo estaría de acuerdo que si D'os verdaderamente existe, un encuentro con Él sería una experiencia más allá de cualquier comparación.

En la parashá de esta semana, Abraham vivió esta experiencia de hablar con D'os (Génesis 18:1-2). Sin embargo, en medio de la conversación Abraham deja a D'os en función de ofrecer hospitalidad a tres extraños que pasaban delante de su puerta.

¿Cómo pudo ocurrir algo así?! ¿Qué experiencia tan grande Abraham vió que lo indujo a abandonar su reunión con el Ser Supremo?

 

Dos opciones

Para entender la elección de Abraham tenemos que hacernos una pregunta distinta: ¿qué es más grandioso: amar o ser amado?

Amar es ser humano. Ser amado no es ser más que una estatua, admirada y alabada, pero sólo un objeto pasivo.

Amar a otros y dar placer a otros, nos brinda un sentimiento de autovaloración, de realización, de que hemos ayudado a hacer de este mundo un lugar mejor. Esto llena nuestros días con significado y regocijo.

Sin embargo, en la práctica, a pesar de que es verdad que encontramos más integridad en "amar a otros", tendemos a poner muchas de nuestras energías para ser "amados". Ponemos un esfuerzo increíble en la manera de vernos, en el lugar en el cual vivimos, en el auto que conducimos - todas las cosas que provocan que los otros gusten de nosotros. Más esfuerzo del que ponemos para intentar mejorar la vida de los otros.

¿Por qué nos dedicamos tanto tiempo a esto, cuando nunca terminamos respetándonos a nosotros mismos por buscar la admiración de otros? ¿Y cuando sabemos profundamente en nuestro interior que finalmente no hay satisfacción por una vida de autogratificación?

 

Dador o receptor

Nosotros vivimos en un mundo llamado "YO". Muy pocas personas pueden escaparse del camino desenfrenado del materialismo del mundo occidental. Todo lo que nosotros gastamos en otros, incluso en nuestros hijos, es percibido frecuentemente como que lo sacamos de lo nuestro. Considera la declaración: "no vamos a tener niños para poder continuar con nuestro estilo de vida".

En la vida, somos o dadores o receptores. A pesar de que todo el tiempo nos podamos percibir a nosotros mismos como dadores, en realidad solemos ser bastante egoístas. Todo lo que tenemos o no tenemos afecta nuestro estado de ánimo y nuestra visión. Nosotros vivimos en un mundo de "receptores" y todos hemos tomado de esta misma taza.

En la parashá de esta semana: ¿Por qué Abraham dejó de hablar con D'os para ofrecer comida a los extraños? Porque hay algo más grandioso que la experiencia pasiva de hablar con D'os, incluso más grandioso que la experiencia de "ser amados", incluso más grandioso que satisfacer los deseos propios. ¿Cuál es esa gran experiencia? Ser realmente como D'os. Emular a D'os, salirnos de nosotros mismos, ser activos y hacer cosas por otros. Ser un dador.

Nuestras acciones afectan nuestros sentimientos. Si nuestras acciones son elevadas, nos sentimos bien con nosotros mismos. Si nuestras acciones están enfocadas hacia afuera, en otros, en mejorar al mundo, nosotros sentimos que hemos logrado algo.

Por otro lado, si son enfocadas hacia adentro, sólo para ayudarnos a nosotros mismos, carecemos de este rico sentimiento de realización. No importa cuánto podemos tomar para nosotros mismos, no se puede igualar al sentimiento de ser dadores.

Repasa tus actividades diarias: ¿Cuántas de ellas fueron para otros y cuántas de ellas fueron para ti mismo? Si has tenido un mal día, ahora sabes por qué.

Para llevar esto a la realidad, intenta hacer los siguientes ejercicios: Haz una lista de todos tus amigos cercanos y familiares cercanos. Por una semana haz algo por ellos. Dáles un regalo, pasa algunos momentos con ellos, comparte una idea o experiencia. Luego al final de la semana, evalua: ¿Esto mejoró mi semana o no? Si lo hizo, intenta practicar esto regularmente en tu vida.

 

Preguntas para reflexionar

#1: ¿Cuántas veces has dado hoy?

#2: ¿Cuántas veces has tomado hoy?

#3: ¿Qué elementos "para dar" puedes agregar a tu vida?

 



Articulos Relacionados

Inscribite
Contactanos