Relaciones Entre Empleador y Empleado
Génesis 28:10 - 32:3
Hace algunos años atrás, mientras vivía en Jerusalem, tuve un amigo que trabajaba como oficial en el ministerio de Educación. Mi amigo era meticuloso en su comportamiento, siguiendo tanto la ley al pie de la letra como el espíritu de la ley, tanto en cosas religiosas como en cosas seculares. Por ejemplo, el registraba la cantidad de tiempo que pasaba cada día de trabajo haciendo cosas privadas como llamadas telefónicas personales. Al final de la semana, él contaba el total del tiempo que había pasado en sus asuntos personales y se aseguraba de quedarse más tarde en el trabajo para completar el tiempo que había tomado prestado.
Este comportamiento, es de hecho, compatible con la ley judía (halajá). La obligación de un empleado para con su empleador es tomada tan seriamente en la halajá que modificaciones han sido hechas en los rezos: reconociendo que los empleadores serían engañados si los trabajadores pasaban demasiado tiempo rezando, los Sabios compusieron un "bircat hamazón" - bendición para después de las comidas, especial para los trabajadores.
Este tema de las obligaciones de los trabajadores es recordado en la parashá de esta semana, Vaietzé. Iaacov se escapaba de su hermano Esav, e iba a Padán Aram, en donde se casó con sus primas, Rajel y Leá. Iaacov trabajó para su suegro Laván, una persona despreciable que constantemente cambiaba los términos de los arreglos de trabajo que habían pactado entre ellos.
Después de 20 años de servicio a Laván (y alentado por D'os en un sueño), Iaacov decidió retornar a Quenaan. Pero antes de partir, él consultó con sus esposas, y describió cómo "con toda su fuerza él trabajó para el padre de ellas". Maimónides cita estas palabras de Iaacov como una fuente para el requerimiento de que los trabajadores trabajen todo el día - y "trabajen con todas sus fuerzas".
Al mismo tiempo, la necesidad de una dirección responsable y la protección de los derechos de los trabajadores también deriva de esta parashá. Cuando Iaacov finalmente decide retornar a su casa, él lo hace con precaución y temeroso de lo que Laván podría llegar a hacerle. Laván lo persigió y finalmente alcanzó a Iaacov y a su familia. En la mitad de la confrontación, Iaacov le recuerda que él cuidó las ovejas de Laván durante 20 años, y amargamente comenta: "Durante el día yo me consumía bajo el calor ardiente, y en la noche me consumía la helada, y se me arrebataba el sueño de mis ojos".
Los comentarios de Iaacov son vistos como críticas a Laván - un reflejo en el hecho de que él había sido tratado injustamente. Las palabras de Iaacov, finalmente encuentran su camino en la ley judía, la cual prohibe a un empleador dañar la salud de sus trabajadores, y establece estrictas reglas para determinar hasta qué grado el empleador puede pedirle al trabajador que esté despierto en la noche para trabajar.
Hay realmente cientos de leyes en la literatura rabínica que tratan las relaciones laborales. Por ejemplo: el no pagar a un trabajador su sueldo a tiempo es una transgresión explícita de la ley de la Torá. Más allá de todo, el tema principal es asegurar que ninguna de las dos partes tome ventaja de la otra, y que el respeto sea mantenido, porque cada persona fue creada a imagen de D'os.