Rav Yehuda Levi
Temario Semanal

Parashat Vayishlaj-2

Temas de la Parashá Vayishlaj Bereshit (Génesis) 32:4 - 36:43 Nuestra parashá habla sobre los siguientes temas: Primera aliá (32:4 -13) Iaacov envía mensajeros a Esav. El rezo de Iaacov a D'os Segunda aliá (32
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Temas de la Parashá Vayishlaj
Bereshit (Génesis) 32:4 - 36:43


Nuestra parashá habla sobre los siguientes temas:

Primera aliá (32:4 -13)

  • Iaacov envía mensajeros a Esav.

  • El rezo de Iaacov a D'os

Segunda aliá (32:14-30)

  • Iaacov envía un presente a Esav.

  • La pelea de Iaacov con el ángel.

Tercera aliá (32:31 - 33:5)

  • La prohibición de comer el nervio ciático de los animales.

  • El encuentro con Esav.

Cuarta aliá (33:6-20)

  • La conversación entre Iaacov y Esav.

  • Iaacov se asienta en Shejem.

Quinta aliá (34:1 - 35:11)

  • El episodio de Diná y Shejem.

  • El desplazamiento hacia Bet El.

  • Iaacov recibe el nombre de Israel.

Sexta aliá (35:12 - 36:19)

  • El nacimiento de Biniamín y la muerte de Rajel.

  • El episodio de Reubén y Bilhá.

  • La muerte de Itzjak.

  • Los descendientes de Esav.

Séptima aliá (36:20-43)

  • Los descendientes de Seir, el Jorí.

  • Los gobernantes de Edom.

  •  

Comentario sobre la Parashá

La parashá de esta semana comienza con el relato del regreso de Iaacov Avinu a la tierra de Israel. Él había permanecido en la casa de Labán durante 20 años (véase 31:38 y 41) habiendo hecho allí una gran fortuna:

"Se enriqueció el hombre mucho, mucho; y tuvo mucho ganado y siervas y esclavos, y camellos y asnos" (30:43).

Al regresar, Iaacov se enteró que Esav salió a su encuentro acompañado de 400 hombres. Iaacov - que se había escapado de su hogar porque su hermano Esav lo quería matar - sintió en ese momento un profundo temor. Sin embargo, ese temor no lo paralizó sino que tuvo la tranquilidad necesaria para seguir adelante.

Basado en los versículos, el midrash (Tanjumá Iashán Vaishlaj, 6) nos recuerda que Iaacov Avinu se preparó para enfrentar a Esav de tres maneras distintas:

- él se preparó para la guerra en contra de su hermano (32:8-9),

- también le rezó a D'os pidiéndole ayuda (32:10-13),

- y por último le envió un presente a Esav (32:14-22).

Mucho podemos aprender de este pasaje respecto del comportamiento que debe tener el hombre (y también el pueblo de Iaacov-Israel) en momentos difíciles. Notemos que Iaacov no se dio por vencido. A pesar de haber escuchado la desalentadora noticia de que 400 soldados salían a su encuentro, él decidió intentarlo.

Por otro lado, Iaacov Avinu nos enseñó que el hombre no debe tratar de salir de situaciones límite (ya sea en el plano de lo material, de lo espiritual o de ambos) por un medio solamente, sino que debe esforzarse de varias maneras y en variados campos, para intentar pasar todos los obstáculos que se le vayan presentando en su diario vivir. Sin embargo, no se debe exagerar. Solamente los caminos que lógicamente conlleven a la meta deseada deben ser tomados en cuenta, ya que todo intento ilógico en el campo de las probabilidades, es más una consecuencia de la desesperación, que el fruto de la razón.

Veamos un detalle interesante del segundo preparativo (cronológicamente hablando, no respecto de su importancia) de Iaacov Avinu:

"Dijo Iaacov: D'os de mi padre Abraham y D'os de mi padre Itzjak! Hashem, Quien me dice: 'Vuelve a tu tierra y a tu lugar natal, y haré el bien contigo'. He empequeñecido por toda la benevolencia y por toda la verdad que has hecho con Tu servidor, pues con mi vara he cruzado el (río) Jordán, éste, y ahora me he convertido en dos campamentos" (32:10-11).

Iaacov le pide a D'os que lo salve, recordándole que Él le había ordenado que retornara a la tierra de Israel. Iaacov no creía que era merecedor de la ayuda de D'os por sus grandes méritos, a pesar de que en realidad, él era un hombre justo. Iaacov tampoco se obstinó. Él podría haber pensado: "Yo soy un hombre poderoso, tengo mucho dinero, tengo sirvientes… ¿Quién me podrá dañar?", pero no lo hizo. Iaacov fue consciente de su situación en este mundo, no sólo por la situación de riesgo en la cual se encontraba, sino por un profundo sentido de la verdad que albergaba su corazón. Y así lo expresó el profeta, hablándole a D'os:

"Le entregaste la verdad a Iaacov…" (Mijá -Miqueas- 7:20).

Ese sentido de la verdad tan arraigado en él, le permitió reconocer que a pesar de haber conseguido "mediante tanto trabajo y esfuerzo" mucha riqueza y muchos bienes, él debía agradecerle a D'os por todo lo que poseía: "He empequeñecido por toda la benevolencia y por toda la verdad que has hecho con Tu servidor, pues con mi vara he cruzado el (río) Jordán, éste, y ahora me he convertido en dos campamentos".

El ser humano debe sentirse empequeñecido por todo lo que recibe del Creador, sin pensar que algo le corresponde. Aunque sea algo ínfimo. Y así empezará a valorar todo lo que posee, incluso las cosas más pequeñas.

 

 



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